Capítulo 9
Al salir de la sección de departamentos en la que James vivía, William subió a su auto y se dirigió a su propio departamento. Vivir solo no estaba mal, ese era el deseo de cualquier joven de su edad, ¿no? Tener un lugar propio en donde establecer tus propias reglas.
Él no se quejaba, después de vivir con su madre, una mujer bastante severa y estricta en casi todos los aspectos, vivir en aquel solitario departamento era mil veces mejor. Sin embargo había días es los que extrañaba algo de compañía, alguien con quien poder charlar de lo ocurrido en su trabajo. Cada vez la idea de comprar una mascota era más atractiva, al menos así podría platicar con el animal sobre sus problemas o indecisiones sin temor a ser criticado.
—Comienzo a perder la cabeza. —Comentó con una risita, encendiendo las luces de la sala. No porque pensara que hablar con un animal fuera descabellado, más bien porque si se decidía a tener una mascota, condenaría al pobre animalito a una vida de soledad también. Él únicamente se encontraba en casa por las noches y días libres, y no creía justo para el animal tener que vivir en un departamento y con un dueño que apenas vería.
Descartando la idea de la mascota, William se dirigió hacia la cocina y preparo algo sencillo para cenar: algo de pasta con salsa de lata. No era su costumbre comer comida ya preparada y únicamente para calentar, pero no tenía muchas ganas de preparar algo mucho más hogareño y elaborado. Comió en la pequeña islita de su cocina, sonriendo como idiota al recordar el semejante drama que había inventado con la pobre hermana de James.
—Carajo, de nuevo estoy comportándome como adolescente. —Dijo con una risita al verse de nuevo sonriendo al recordar que fue en su cocina donde había empezado todo. Ahí inicio esa aventura con el que fuera su compañero. Ahora recordaba porque había impuesto la regla de no llevar a ninguna aventura a su departamento. Hacer eso implicaba crear recuerdos que en el momento más inesperado se te venían a la mente, justo como ahora. Si estaba en la cocina, le recordaba a James. Si estaba en el recibidor, le recordaba a James. Y por supuesto, si estaba en la recamara, le recordaría a James.
William terminó su cena sin borrar aquella sonrisa de sus labios, aun mientras lavaba los platos que había utilizado. Una vez todo limpio, apagó la luz de la cocina y se dirigió a su recamara. William observó unos segundos la habitación antes de dirigirse al cuarto de baño para darse una ducha. Aquella sonrisa boba que lo había acompañado durante la cena volvió al estarse desnudando. Carajo, hasta en la ducha recordaba a James. Pero demonios, cómo no recordarlo después de tan maravillosa sesión de sexo bajo la ducha.
—Sin duda me estoy convirtiendo en un adolescente...—William comentó soltando un suspiro al percatarse de la suave erección que ya comenzaba a tener con un simple recuerdo.
Lanzando otro suspiro, el joven entró a la ducha y abrió en su mayoría la llave de agua fría para intentar que su erección bajara. Sin embargo William sabía que tendría que utilizar su mano si quería que su pene se calmara un poco. No le molestaba masturbarse, como hombre lo había hecho miles de veces, así que llevó su mano con naturalidad hacia su entrepierna y sujetó su pene.
//PARTE CENSURADA
SI DESEAS LEERLO, PUEDES IR A MI PERFIL EN AMOR YAOI.UNA DISCULPA POR LAS MOLESTIAS.//
Un poco más calmado, aunque ligeramente insatisfecho, William terminó su ducha y salió con una toalla rodeando su cintura. Se colocó únicamente el pantalón del pijama y se recostó en la cama esperando que el sueño llegara. Después de más de una hora dando vueltas en la cama sin poder dormir, William se incorporó un poco y tomó el libro que apenas si había tocado desde que lo comprara. Leer un poco siempre lo ayudaba a conciliar el sueño en esas noches de insomnio. Pero a diferencia de otras noches, esta vez el sueño no llegó y sin darse cuenta, William terminó de leer el grueso libro casi al amanecer. Aún faltaban un par de horas para que su turno empezara y fácilmente podría dormir unas cuantas horas para recuperarse de esa noche sin dormir, pero no tenía la costumbre de dormir durante el día así que William decidió darse otra ducha para desaparecer la pesadez en él y dedicarse a limpiar un poco lo que fuera en su departamento antes de tener que marcharse al trabajo.
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Arresta mi Corazón.
RomanceLa vida del teniente de la policía de la ciudad de Nueva York, James Hunter, transcurre con normalidad y sin ningún tipo de problemas hasta la llegada de su nuevo compañero, el novato William Agner. El mundo de ambos se vuelva patas para arriba con...