Una intrusa a llegado a colocar de cabeza la vida de este par de héroes.
Penosas situaciones y malos entendidos son por lo que tendrá que pasar esta chica.
¿Qué Genos la odia?
¿Qué es una molestia?
¿Qué a ella le vale un pepino?
Pues en parte es cie...
"Enfermeros temporales. La gran aventura de los idiotas"
Tal vez sonaba a que era toda una locura, pero recordando las palabras de Genos, puede que un trio no se escuchara tan mal.
Inclusive la idea gozaba de cierto atractivo. O de menos, eso era lo que rondaba el cerebro de un despistado muy conocido en ciudad Z. Uno que vestia de colores flipantes y combatia al mal por diversion. Nadie era capaz de derrotarlo, era un prodigio en su pasatiempo. Un dios para muchos que habian visto su gran poder.
Si supieran que se urgaba la nariz sin mayor pena. Y que le aguantaba los pedos a la vecina.
_Sensei
_Calla, estoy pensando
Y vaya que lo hacía, había colocado toda su concentración en la mente para generar esas imágenes tan... eróticas. Escenas interesantes de un pervertido calvo sometiendo a sus compañeros.
Él, Mitchjuss, y...
_Maestro
_Silencio Genos
Jugueteaba con sus manos nervioso imaginando las extensas posibilidades. Hace bastante tiempo que no tenía acción y no estaría de más integrar a un extra. No obstante, no le terminaba de convencer que el tercero fuera un hombre, y mucho menos si se trataba de su discípulo mitad robot.
Seria muy incomodo. Si no mal recordaba, Genos era en su mayoría metal. Le daba lastima el. hecho de que posiblemente solo se mantuviera observandolos.
Jaja, si supiera.
_Sensei
¿Que acaso no pararia de interrumpirlo?
_Shh – coloco el dedo índice sobre su boca – no es buen momento para hablar. Arruinaras el proceso creativo.
El rubio solo se golpeó la frente con la palma.
¿Qué rayos era tan importante? ¿Proceso creativo?
Mientras tanto, Juss estaba postrada en la cama como un muerto. Si lo hiciera ahora se convertiría en un delito de necrofilia. Incluso el calvo no llegaría tan lejos, temía a vivir en la prisión donde la comida era mala y las condiciones poco agradables.
Respetaba la ley y no intentaria escapar de la carcel. Aunque si lo pensaba, solo bastaría con un golpe en el muro para darse a la fuga.
Solo estaba generando tonterias en su cerebro. Demasiadas drogas por hoy.
Hace unos días que la vecina había despertado del coma, aunque estaba demasiado débil como para mantenerse despierta y de pie. Los daños fueron severos y el trio de chicas no paraban de hacer visitas con doble intencion. En varias ocaciones intentaron matarla con sigilio, obviamente sin dejar pasar la oportunidad de estar con el rubio.
La ojalata andante era todo un iman de mujeres, pero para degracia de las atacantes, el par de héroes no la dejaron ni un minuto en soledad, eran todo un encanto como sus enfermeros privados. Sobre todo Saitama, que no paraba de hacer tonterías.
Desde romper muletas hasta confundir pastillas con caramelos.
Y que decir del ciborg, este mataba los bichos que entraban por la ventada con fuerza bruta. La factura de daños inmobiliarios seria enorme.
Sobra decir que muchas pacientes creían que Juss era una mujer de alcurnia, pues al tener sus propios cuidadores se volvía la envidia del hospital. Quiero decir, no cualquier chica está bajo el cuidado del ciborg clase S, uno de los héroes más guapos del ranking de popularidad.
Incluso la bañaban, bueno, Genos se encargaba de las duchas. Era un hombre demasiado celoso como para dejar que su amado la viera desnuda.
_ ¡Sensei!
_ ¡¿Qué?!
_El doctor te está hablando – volteo al frente – dijo que ya podemos llevarla a casa.
_ ¿En serio?
_Si
La expresión del mayor era gratificante, estaba harto del color blanco de las paredes. Y extrañaba su apartamento donde no paraba de procastinar y leer manga. O, mejor dicho, la ultima vez casi mata a una anciana y le daba mucha pena verla a los ojos.
El medico sonrió al par de héroes, parecían ser buenas personas. Sujetos responsables que la cuidarían con cariño y paciencia.
_Podrá salir después de las cinco, cuando le entregue sus análisis ¿bien? – dijo el doctor con una sonrisa – cuídenla mucho.
_ ¡Por supuesto! – respondieron ambos al unisonó
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10 kilómetros, solo habían avanzado diez míseros kilómetros cuando el auto que rento el rubio se volvió cenizas.
Chocaron con la vecina medio moribunda en el coche.
Ninguno de los dos sabia manejar, y pensaron que seria como cualquier videojuego de las consolas. Inclusive que la facilidad era para novatos.
Que idiotas, todo se había ido a la mierda.
No la llevarían al hospital de nuevo, eso sería un gran error para su orgullo.
_ ¡Ya se! La llevaremos con el Dr. Kuseno
_Pero, le faltan dos dedos de los pies – alego el sensei preocupado
_Mi cuerpo solia ser humano y ahora es de metal, podrá repararlo
El rostro del chico asemejaba confianza e ignorancia, la suficiente para hacer locuras ante la situación. Aunque, por otro lado, a Saitama casi le daba un infartó.
