Una intrusa a llegado a colocar de cabeza la vida de este par de héroes.
Penosas situaciones y malos entendidos son por lo que tendrá que pasar esta chica.
¿Qué Genos la odia?
¿Qué es una molestia?
¿Qué a ella le vale un pepino?
Pues en parte es cie...
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Elyaoi es el fruto de cada día para una fujoshi, e igual de la vecina
_ ¿Una carta de amor? – eso sí que sorprendió a Saitama, pudo imaginarse miles de cosas sin sentido que podrían ocurrirle, pero jamás algo como eso – ¿podrías leerla?
_Si sensei – se aclaro un poco la garganta – no sé cómo decírselo – dijo tomando muy enserio su papel – la verdad es que usted me gusta – detrás de la puerta principal estaba una chica con los ojos mas que abiertos y muy sorprendida – desde la primera vez que lo vi. Se oirá muy cursi pero, fue como si estuviéramos destinados a estar juntos.
De un momento a otro la intrusa comenzó a grabar tan bella declaración de lo que podría ser su nueva pareja favorita.
_Estaría muy feliz si usted aceptara mis sentimientos – tomo impulso – YO EN VERDAD LO AMO.
Genos parecía todo un actor, tal vez sea por su seriedad al interpretar al remitente. Se escuchaba tan enamorado que por un momento podría haber sido una confesión de amor real.
_No sé qué decir al respecto – alego en voz alta muy serio – quiero decir, no puedo enamorarme simplemente por unas palabras bonitas.
Una voz se escucho a lo lejos o mejor dicho a unos pasos, susurros que decían: "Vamos dile que si" "Se esforzó mucho". El mayor creyó que podría tratarse de un fantasma, aunque el rubio inmediatamente abrió la puerta revelando a una persona pegada a la madera con un vaso.
Esta chica si que era muy chismosa y entrometida.
_Yo te conozco – la miro detenidamente Saitama para después de diez segundos rendirse, era un hecho, tenía una leve noción de conocerla pero como era de esperarse la había olvidado por completo.
_Tu eres la chica del súper ¿no es así? – y como siempre Genos llegaba para rescatarlo de tan vergonzosa situación, ella simplemente asintió con la cabeza y quedo un buen rato observándolo
"¿Todo su cuerpo estará hecho de metal?" pensó la joven que lo intimidaba con la mirada
_ ¿Qué tanto me ves?
Eso sí que fue directo.
_Yo... yo solo – comenzó a juguetear con sus dedos, el solo recordar aquella conversación la hacía poner roja. Sin darse cuenta sangre comenzó a caer por su nariz y una cara pervertida se formo en su rostro – acabo de mudarme al edificio. Y venia a... venia a traer esta tarta.
_ ¡Tarta! – grito muy feliz Saitama comenzando a correr por todo el cuarto como un niño que recibe un juguete nuevo.
_Pareces excitada – dijo el rubio examinando su comportamiento, la delicadeza no era lo suyo, el simplemente decía lo que su sistema le informaba, aunque en realidad no había que ser un adivino para darse cuenta de esto.
