~ 6 ~ Insomniac.

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Cierro los ojos, y todo lo que está a mi alrededor lentamente se desvanece, llevándome a un nuevo lugar donde me encuentro a mi mismo, sentado en una fría silla, atado por firmes cadenas oxidadas, en un entorno lúgubre, con una lámpara amenazando por estar dando sus últimos destellos parpadeantes antes de quemarse, es la peor escena que podría desearme a mi mismo, como si estuviese esperando por mi verdugo; me acerco a ese lamentable ser que resulto ser yo mismo de todos modos, agacho la cabeza y veo su cuerpo mutilado como si lo torturasen incontables veces sólo por el sádico placer de ver la sangre. En un intento por liberarlo, acerco mi mano y sin llegar a tocar su cara, su piel comienza a desgranarse, sopla una fría ventisca y acaba esparciendo su polvo por la habitación, su rostro desfigurado desaparece en las arenas del tiempo, y entonces la luz se apaga.
Vuelvo a la realidad, abriendo los ojos, solo para apreciar en la hora que solo han pasado unos minutos desde que cerré los ojos, "otra vez insomnio" fue todo lo que pude pensar, volveré a estar horas reflexionando sobre mi vida, mis errores, todo, sin un real descanso nocturno.
Volví a cerrar mis ojos  esta vez usando la almohada para tapar todo rastro de luz que pudiese filtrarse en mi visión, en mi mente imaginaba llegar a dormirme en un instante pero la verdad es que fueron largos minutos de eterno silencio ininterrumpido, ocasionalmente el sonido de mi respiración que atraía mi atención, sin dudas, una larga noche me esperaba.
Dar mil vueltas en la cama se ha vuelto una actividad rutinaria cada noche al intentar dormir, bajo éste manto de oscuridad girando en mi cama, pasaban las horas con una lentitud inimaginable, acompañada de un silencio de velorio o incluso peor, silencio de muerte total. Toda la ciudad había iniciado un complot contra mi paz mental y todo lo que había en estas sombras era silencio.
En un instante todo se volvió más oscuro de lo que ya era, una pálida luz roja se encendió y bajo ella se posaba otra vez mi clon, ansioso por ver cual sería su estado ésta vez, me acerque, al verlo a  los ojos sentí en mi cuerpo su mismo dolor, sus ojos rasguñados cubiertos de sangre, es lo que yo sentía en ese instante al no poder conciliar un buen sueño, sentía deseos de arañar mis propios ojos a ver si mínimamente eso ayudaba a conseguir un descanso. Como en el pasado, volví a despertar.
Sentado en la cama tomando la cabeza me cuestione varias veces mi salud mental, alucinaciones causadas por el sueño o simplemente extrañas pesadillas sádicas, eran las únicas dos explicaciones que encontraba ante lo vivido, pero no era nada nuevo, claro que no, cada noche era igual, solo recordaba una porción de las pesadillas que tenía pero cada una de ellas me quitaba más el sueño que la anterior, solo querían mantenerme despierto para seguir haciéndome sufrir, y lo lograban ante el más mínimo intento.
El mismísimo diablo se entretenía viendo éste festival de tragicomedia causado por él, y yo, siendo el actor principal, no podía hacer nada más que seguir con el show, intentando dormir, teniendo pesadillas, y volviendo a desesperarme a tal punto de desear arrancar mis ojos de las cuencas.
En el único momento en el que logro reposar mi mente en un paraíso blanco, como si del mismo cielo se tratase, cuando estaba a punto de cerrar mis ojos, veo un haz de luz filtrándose por la ventana, perforando los pocos vestigios de oscuridad que quedaban, al son del sonido del despertador marcando un nuevo inicio del día, y conmigo como protagonista ahora de un nuevo capítulo: "el insomnio que jamás me permitió dormir."

Oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora