Hay una sensación que llena mi cuerpo de tranquilidad, me relaja, me hace sentir como si el peso del mundo disminuyese, ésta no es otra que la sensación de encontrarme en mi propio ataúd, como si de mi propio funeral se tratase, donde lo único que me llora es el silencio, acompañado de una sombría risa que proviene de la más profunda oscuridad, no hay nadie mas aquí esperando mi entierro, solo yo y mi conciencia (o lo que quede de ella).
Vaya, realmente no es que sea claustrofóbico, pero sentirme tan atrapado dentro de esta caja de madera que me oprime es una sensación extrañamente reconfortante pero a la vez siento la inquietud de cuanto tiempo podre soportar el estar aquí, atrapado, dentro de éste nuevo cuerpo construido por personas que ni siquiera se interesan por quien fuese el que ocupe su obra de arte en un futuro, ni siquiera piensan en que algún día ellos, tan orgullosos de su trabajo (y la monetización que esto acarrea), estarían en mi lugar, rodeado de sus seres queridos que los echaran de menos, llorándole a un cascaron vacío que no es capaz de expresar gratitud a quienes lloran por él, ni de expresar su enojo ante aquellos que no asistieron al momento cúspide de su vida. La vida, sin dudas, es un extraño Limbo, jamás acaba el sufrimiento, y sólo somos capaces de causarle dolor a las personas incluso en el momento de nuestra partida, y en los próximos años a venir, sin duda, los humanos somos el arma perfecta para causar el peor daño que existe, justo en el corazón, en los sentimientos, en lo más profundo de cualquier corazón incluso más duro que una piedra, duele.
Siempre nos hemos preguntado, ¿Habrá alguien que llore nuestra muerte? o simplemente la vida seguirá su tranquilo curso, bueno, nadie ha vuelto de la muerte para reclamar que la vida sigue o no como estaba antes de morir.
En lo personal, siento que no merecen sufrir de esta forma aquellas buenas personas que con el tiempo, crean una capa protectora al rededor de su corazón lleno de fragmentos de cristales rotos y de espinas marchitas, dan ganas de haber conocido a cada una de estas personas en el pasado para saber que tan buenas han sido, para acabar tan lastimadas. Es ley, mientras mejor persona eres en esta cruel vida, peor vas a acabar, nadie lo puede cambiar a eso, ni nadie lo puede negar.
Ahora supongo entenderán aquellos que aún no lo hacían, el descanso que te provoca el estar en ese suave ataúd, el silencio, la armonía, la paz, sentir el cosmos alineándose sobre nuestra mente, irradiando una blanca luz ancestral que proclama el fin de la tortura y el inicio de la plenitud, saber que nadie podría perturbar éste pleno descanso en el que poco a poco se cierne en total oscuridad, cerrando el ataúd con sumo cuidado como si el huésped se molestase por el ruido o la falta de cuidados dados por los que lo manipulan, todo es perfecto, el luto causado por un ser ignorado es el mejor, no solo no hay ruido, sino que no hay quienes finjan llorar de tristeza para quedar bien ante todos, no hay falsedad, de echo, es solo un cuarto vacío (aunque lleno de oscuridad), con un gran ataúd postrado hacia un lado de la habitación. La paz es embriagante y se encuentra en perfecta sincronía con el entorno que le rodea, hasta que un rayo quebrando el silencio de la noche hace temblar las paredes, levantando de entre los mismos muertos a nuestro espíritu, la lluvia no se hace esperar cayendo a gran velocidad golpeando sobre las ventanas de mi cuarto.
Refriego mi cara con suma dificultad, supongo el estar muerto durante un rato es capaz de afectar mi capacidad para percibir que me encontraba destapado, con las cobijas a los pies, y un escalofrío me recorría recordándome que me encontraba en pleno invierno, seguir soñando es mejor supongo, esperar con ansias el día que no sea la cama el lugar de mi reposo, sino un verdadero sitio del que no me pueda volver a levantar, donde pueda reposar lejos de todos (y así no volver a hacerles daño), donde ya no haya ruido, ni dolor, ni lágrimas. Solo se me escapa un pequeño susurro: "no esta mal tener un deseo de muerte".
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Oscuridad.
KurzgeschichtenAquí describiré algunos de los sentimientos causados cuando la oscuridad invade mi vida.