Era raro.
Nada malo... sólo raro.
Pero me gustaba.
Nuestras manos estaban entrelazadas;
y su cabeza descansaba suavemente en mi brazo.
Sentía su cálida respiración en mi mano y un suave cosquilleo en mi estómago.
No estaba nerviosa, a pesar de no estar hablando y que estuviéramos en un silencio nato, me sentía bien.
Me sentía acogida, ligera, feliz.
Sin quererlo, mis ojos de llenaron de lágrimas.
Lo quería... <<Lo quiero>>
No quería que esa tarde acabara.
Sentía que todo había sido un sueño y una vez que llegara a casa, despertaría... pero no fue así.
En mi bandeja de entrada en Facebook, había un mensaje de él.
"Te quiero" decía. Y más abajo había un "a tu lado soy feliz"
Y... me sentí completa.
Él... era lo que necesitaba, lo que yo quería.
Qué pena que no hubiera durado.
