¿Han leído alguna vez acerca de que, cuando te gusta alguien, no sientes ese manojo de nervios al estar junto a esa persona?
Recuerdo que cuando te conocí, todo fluía correctamente.
Cuando empezó todo, luego me di cuenta que yo sentía nervios, sólo unos minutos antes de verte. Cuando te veía de lejos, acercándote a mí, tomando mis mejillas con tus manos y me acercabas a ti, para unir nuestros labios en un mojado beso.
Y ahí, en ese instante, mis nervios se disipaban. Y sólo quedaban como un tonto recuerdo.