Lost In Your Eyes | Larry

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Todavía no había oscurecido, pero la luz del sol ya no se hacía ver tanto. La gran cantidad de vegetación obstruyendo el paso de los rayos solares eran una gran razón. Ahora que ya sabían bien cómo volver hacia los restos del avión, comenzaron a caminar lenta y cuidadosamente por el camino que ambos recordaban -Louis más que Harry.

Louis iba caminando unos metros por delante de Harry ya que era el que recordaba más el camino y recaía en él la responsabilidad de no perderse -una vez más. Los pies de ambos se arrastraban por la llanura irregular y levantaban piedras y hojas a su paso. Por supuesto ninguno se salvó de tropezarse y casi caerse repetidas veces. El cielo estaba cada vez más oscuro, cada segundo el sol se hacía más pequeño sobre ellos.

Louis frenó un segundo en su lugar para luego correr hacia el avión que estaba justo frente a sus ojos. Harry lo siguió, aunque no corriendo; él ya no sentía sus talones. Se reprendió a sí mismo, sin embargo, o sea, era modelo. ¿Por qué carajo no aguantaba una caminata? Lo hacía sentir un poco mejor el hecho de pensar que a Louis seguramente lo habían entrenado mucho mejor por su trabajo, y por eso no se cansaba tan fácilmente. (Mentira, debilucho)

Harry vio a Louis desaparecer dentro del avión, como si estuviese ansiando llegar. El primero se quedó quieto en el lugar con un par de bananas en sus manos, manos que tenían un olor asqueroso a pescado que no se había ido ni con las cinco veces que se enjuagó las manos con el agua del lago. Y en momentos como ese le volvía la actitud de niñito arrogante porque, Oh, cómo desearía un jabón de tocador con aroma a manzana y miel para poder librarse del espantoso hedor a pescado. Y, como hacía siempre, trató con todas sus fuerzas de dejar ir esos pensamientos de malcriado, esas malas actitudes que de nada le servirían estando perdido en el medio de...la nada.

Harry se agachó para meterse en el avión, ya que había quedado en una posición algo rara y por ello Harry no cabría si pasara caminando normal. Una vez adentro, vio a Louis ya sentado en el suelo, apoyado sobre lo que era un asiento -ahora bastante roto y despegado del piso. "Así que esta es nuestra casa" Sentenció Harry al mismo tiempo que dejaba las frutas que llevaba en sus manos sobre un asiento a su costado.

Louis asintió con una sonrisa algo triste. "Nuestro hogar" Y Harry le devolvió la sonrisa, sentándose a su lado. Ambos quedaron quietos en el lugar, exactamente igual de como se habían sentado minutos atrás. Harry estaba de brazos cruzados, en cambio los de Louis colgaban a sus costados con pesadez. La vista del primero estaba en la puerta de ingreso de pasajeros -bueno, en donde estaba la puerta- y la del segundo en el techo -el techo sí estaba completo, seguro para resguardarlos de cualquier fenómeno meteorológico.

Cada persona es un mundo. Cada uno de ellos tenía diferentes pensamientos y sentimientos, maneras de ver y llevar la situación que estaba viviendo en aquel momento. La mente de Harry lo llevaba a recordar toda la fama que había ganado en ese último tiempo; el dinero, el reconocimiento, el cariño de la gente, muchas oportunidades de trabajo; y todo lo que alguna vez había soñado. A veces no lo parecía, pero él realmente estaba agradecido con todo y todos; Harry realmente apreciaba su vida. El recordar las veces que había hecho sentir mal a su maquilladora al contestarle como no debía, a un pobre fan que quería una simple selfie pero él seguía caminando haciéndose el que no había oído, hasta a su único amigo Liam que lo único que quería era que Harry volviera a ser la buena persona que era mucho tiempo atrás. Harry cerró los ojos y soltó un suspiro que venía conteniendo, increíblemente exasperado ante el hecho de que tuvo que llegar hasta el extremo de estar perdido en un lugar remoto para darse cuenta de todas aquellas cosas. El chico se puso a pensar en por qué había tratado bien a Louis desde un principio -bueno, desde casi el principio. No sabría decir si era porque era la única persona que estaba a su lado ahora, o sea porque estaban absolutamente perdidos o porque desde el primer momento sintió que Louis, en el fondo, no era muy distinto a él, que lo entendía.