Para cuando desperté ya estaba bien entrada la noche. Lo único que podía ver, esa ventana que ahora se encontraba cerrada y que a través de ella podía ver el cielo estrellado, me recordaba a mis búhos.
-¿Estarán bien?-dije en voz alta.
Tras mi momento de reflexión, intenté incorporarme. Para mi sorpresa, mi cuerpo volvía a responderme. Era como si antes no tuviera cuerpo y ahora sí. Tenía la extraña sensación de que aun dormida no había logrado moverme y que por eso sentía ahora un hormigueo. Parecía que mi cuerpo también se había dormido. Sin embargo, aunque logré incorporarme, volví a tumbarme a causa de que el costado volvía a arderme como nunca. Respiré pausadamente hasta que el dolor se calmó. Sentía el sudor frío en la frente. Cuando al fin conseguí relajarme fue cuando pasó lo más extraño.
De repente, la ventana se abrió de par en par haciendo un ruido estruendoso. Me quedé mirándola un buen rato mientras notaba la brisa que entraba fresca desde fuera. Era muy agradable, teniendo en cuenta que allí dentro hacía una calor monstruoso. Realmente no sabría decir si era porque dentro hacía calor o porque mi cuerpo estaba cálido a causa de la fiebre. Y tampoco puedo asegurar que lo siguiente que pasara fuera real. Tras unos minutos fui capaz de ver una sombra que se ocultaba en la oscuridad de la habitación y que me observaba, tratando de evitar los rayos de luna que se colaban por la ventana.
-¿Quién es?-logré decir entre tanto ensimismamiento.
Pero no dijo nada. Como si realmente no estuviera ahí. Sin embargo, aunque fuera una alucinación, sabía que algo se encontraba entre las sombras. Después de un rato esperando comencé a sentir miedo. No tenía ni idea de lo que se ocultaba en la oscuridad porque ni siquiera le había visto entrar, aunque estaba segura de que había entrado por la ventana. Pero aún así, volví a hablar:
-Sé que estás ahí. Si vienes a matarme o a asustarme, adelante. Pero sé que estás ahí. Por lo menos tendrás la decencia de salir de tu escondite, ¿no?
Y fue entonces cuando le vi. Un poco más mayor a como le recordaba, ya que había pasado muchísimo tiempo desde la última vez. Sus ojos tenían un toque más oscuro, pero aquel azul intenso seguía estando. De repente, me descubrí perdida en ellos, intentando desentrañar el misterio sobre quién era y por qué estaba allí. Él se encontraba vestido completamente de negro. Le había crecido el pelo y ahora descansaba en sus hombros, y llevaba una especie de espada a la espalda atada con un cinto de cuero también negro. Pero la espada desprendía algo extraño, una especie de luz azul que hacía que temiera tocarla. Sin embargo, aunque conseguí que se descubriera no se presentó siquiera. Y de repente, la idea de que viniera porque sabía algo de mi familia me abrumó. Él era el único que me había visto antes de que mis padres y mis hermanos desaparecieran. Tenía que saber algo, pero no sabía cómo preguntárselo sin que él se sintiera ofendido.
Para mi sorpresa, antes de que pudiera abrir la boca, él negó la cabeza. Como si supiera lo que iba a decir.
-Pero...-logré decir antes de que él pusiera un dedo en su boca para mandarme callar.
Se acercó a mi cama lentamente, lo que le hacía siniestro. No le recordaba tan mortífero. Quizás porque cuando le vi era una niña y él también, y ahora ambos habíamos crecido. En cuanto llegó a donde yo me encontraba, extendió la mano y pude ver que me entregaba un pequeño sobre blanco.
-¿Es para mí?-pregunté.
Pero no contesto. Siguió sosteniendo el sobre hasta que alargué mi mano para cogerlo. Después de eso, se dio la vuelta, y tan rápido como el rayo, se envolvió en su capa y desapareció. Supongo que el sobre es la prueba de que fue real, pero todo fue muy extraño porque cuando parpadeé todo volvía a estar como antes. Incluso la ventana estaba cerrada. Volví a mirar el sobre sin comprender y lo escondí bajo la almohada para que nadie lo viera. Fuera lo que fuese lo que contenía, era mejor mantenerlo en secreto. No quería que se añadiera el término "loca" a mi repertorio de mitos.
Cuando comencé a escuchar movimiento tras la puerta de mi habitación me hice la dormida y esperé.
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Mi última historia
FantasyEn esta historia, Senna, una chica poco corriente, te hablará del comienzo de la etapa de los dragones, de su extraño poder, de la senda de la que hablan tantas personas...y de un chico cuyo nombre no conoce pero que desea con todo su corazón volver...