Capítulo 4

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Suena el despertador, lentamente abro mis ojos, las ocho de la mañana, me giro despacio mientras me froto los ojos, cuando los abro...me encuentro un culo en mi cara!

-AAAAAH!- me levanté de un salto y empecé a pegarle a ese ser extraño con la almohada.

-EH nena, tranquila.-aquel, chico estaba en mi habitación, desnudo, y Pablo dónde estaba?

- Tapate!- le di mi almohada ya que se había dado la vuelta tan tranquilo y tenía a su querido amigo en mi cara.- Dónde está Pablo?-lo miré con el ceño fruncido.

-Está en la ducha, por cierto, me llamo Jeremy.- se quitó la almohada, abrió los cajones y se puso una de mis bragas.

-Pero que haces degenerado?!- mis ojos estaban muy abiertos.- por qué estás desnudó en mi habitación, y por qué te pones mis bragas!- grité con todas mis fuerzas.

Pablo sale del cuarto de baño con una toalla atada a la cintura, tapándole lo necesario.

-Creo que te puedo explicar eso.-Pablo soltó una de sus peculiares sonrisas y se rascó la nuca.

-Pues la verdad es que si.-me crucé de brazos y me senté en la cama ,Jeremy hizo lo mismo que yo,me estaba haciendo la burla? Lo miré con mala cara y él lo único que hizo fue sonreír, como si no hubiera hecho nada, es tan raro...

- A ver, él es Jeremy de la Rosa, si, es el hijo del jefe, llegó ayer a la noche, y como somos amigos desde pequeños pues el padre, nuestro jefe , lo puso con nosotros, hoy le llega la cama.-Pablo me miró a mi y acto seguido a Jeremy, y como no, unas cuantas carcajadas salieron de su garganta al ver mis bragas...en él.

-Y eso que tiene que ver a que aparezca delante mía , desnudo, que le mire a su querido amigo y al final se ponga mis bragas!- señalé para su cintura, miré a Jeremy, él seguía sonriendo...

-Pues que su ropa también llega hoy.-Pablo se rasca la nuca.

-Y no se puede poner tus calzoncillos!-abrí el cajón de Pablo y quite de el un calzoncillo blanco, se lo tiré a la cara a Jeremy.-Devuelveme mis bragas!- El chico se quitó mis bragas delante nuestra,sin ningún problema y me las dio en la mano.

Dejé a esa panda de energúmenos hablando solos en la habitación, me pegué una larga ducha, al salir me vestí unos shorts y un top muy corto, hacía mucho calor, y unos tennis, me peine el pelo con un moño mal hecho, me puse la raya , un poco de rímel y salí de la habitación hacia la cocina.
Al entrar me encontré con una señora , de unos 60 años, preparando ya el desayuno.

-Hola...- saludé, la señora me observó y sonrió.

-Hola niñita, quien eres?-la señora estaba haciendo un montón de tostadas.

- Me llamo Mía, soy la nueva ayudante.- la señora me miró.

-Yo soy Gilda, me alegro de conocerte y también me alegro de tener por fin una ayudita.-Gilda me pasó unas cuántas tostadas para que yo las pusiera en las bandejas con la mantequilla y la mermelada.

Cuándo iba a salir con una bandeja por la puerta, esta se abre haciendo que tire con todo.

-Otra ve tú niña alfombra? - Que hace aquí Leire?

-Hay no Gilda, no me digas que tengo que trabajar con esta niña alfombra!-Leire tenía cara de asco.

-QUE?!- Me están diciendo en serio que tengo que trabajar con la anoréxica!?

En el nombre de la Rosa.- Diana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora