Capítulo 6

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Estuvimos en la ciudad hasta las diez de la noche, tres horas a solas, la verdad... Es que me ha gustado estar con él...

PERO QUE DICES MÍA?!

Creo que las seductoras armas de Pablo me han disparado directas al corazón, por que creo que me gusta, pff.

- Mía?- Pablo agitó su mano delante de mi cara, estábamos en la habitación, él me estaba hablando, pero no sé el que.

- Yo, p-perdona...- miré para él y me mordí levemente el labio inferior.

- Mía.- Pablo se levantó y caminó lentamente hasta llegar a mi cama, se sentó y me miró a los ojos.- M- me... Gusta...- no me lo pensé dos veces y hice que mis labios se posaran en los suyos, fué un beso un poco raro.

- Tú también me gustas.- Pablo frunció el ceño.

- En serio?- su cara era de sorpresa.

- Si, y la verdad, me siento aliviada al saber que yo también te gusto.- Pablo hecho una risa.

- Que? Noo, tú no me gustas, te veo como una amiga.- me tocó el hombro.- Bueno, lo que te iba a decir antes, me gustaría que tú pudieras cuidar a los niños mañana por mi, es que tengo una cita y pues... - mi cara cambió, el disgusto, la vergüenza de haber dicho esas cosas...no sé lo que fué, pero mis ojos se llenaron de lágrimas y comencé a llorar.- ehhh, pero que te pasa...- Pablo levantó mi cara con su mano, delicadamente, para que lo viera a los ojos.

Ahora que le decía? Que estaba así, por que el realmente me gustaba y acababa de hacer el ridículo abriendo mi corazón? Por supuesto que no.

- Yo...pues...me emociona saber que me consideras tan buena amiga, que me dejas a cargo tus niños. - Sonreí y me sequé las lágrimas.

- Que tontita eres.- Pablo hechó una leve sonrisa y se tumbó en su cama.

Estábamos medio dormidos, yo no era capaz de dormir.

- Pablo.- estábamos tumbados en las camas dándonos la espalda, pero poco a poco nos giramos y nos vimos los ojos.

-Dime...- Pablo sonrió.

- Si no te gusto nada, por qué me diste ese beso en el baño?- Pablo se puso serio y se giró dándome la espalda.

- En serio le das tanta importancia a eso? Eso fué un error Mía.

Ahí, si, justo ahí, mi corazón se rompió en millones de trocitos, las lágrimas no cesaban,  me dormí con el dolor en él corazón y las lágrimas en las mejillas.

En el nombre de la Rosa.- Diana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora