Mi hermano, mi perdición. |Itachi Y Tú|

Estragos en Hawaii

- Que no... - Era la décima octava vez que me negaba, en la fiesta dónde supuestamente sería divertidísima, lo único que he hecho es estar sentada, mientras Itachi estaba con un grupo de vejetes hablando de negocios, como siempre y Sasuke quién sabe dónde estaba. Y junto a mi, había un chicle, invitándome a bailar, eran las 2am y no me había levantado de mi silla desde que llegué.

- Por favor... Sólo una pieza y juro dejar de molestarte. - Precisó Deidara, asegurando que me dejaría en paz si bailaba con él, sólo una canción, a Deidara le conocía desde hace un buen tiempo, era Namikaze después de todo, primo de Naruto de hecho ¿Cómo había llegado hasta allá? Ni idea... Pero ahí estaba, Naruto, Minato y Deidara.

- Af, está bien... Si sabes que no me gusta bailar. ¿Para qué rayos me invitas? - Contesté, levantándome de mala gana.

- Pues... Porque siempre me ha gustado tu forma de bailar. - Respondió, encogiéndose de hombros, yo sólo suspiré, me tomé el último trago de mi vaso, era el 4to de whisky de hecho. Comenzó a sonar purple lamborghini de Skrillex, la canción me encantaba, así que con gusto comenzamos a bailarla.

Los minutos pasaban mientras que Deidara y yo bailamos más de una canción, claramente, las luces apagadas mientras las de colores encendían de vez en cuando generaba una sensación de locura, el bajo reventando sólo daban más y más ganas de divertirse, de pronto la pista se encendió, un montón de gente comenzó a bailar, se me acercaron incontables chicos y chicas, bailando sin discriminación, entonces de pronto sentí cómo un masculino se colocó detrás de mi, no fue extraño, era lo que sucedía a cada minuto.

Pero, lo extraño fue cuando sus manos se apoderaron de mis caderas.

- Hola hermanita... - Esa voz...

- ¿Sasuke? - Pregunté, confundida, estaba demasiado cerca.

- No creí que te encontraría en la pista... - Susurró, al parecer estaba algo ebrio y la verdad, yo no estaba demasiad sobria.

- Tampoco yo creí estar aquí. - Contesté, moviéndome al ritmo de la música. De pronto el género cambió y comenzó a sonar algo distinto, era bachata, con lo que odio ese género, pero ya qué... Ahí estábamos.

- ¿Me permites? - Y entonces pude ver su sonrisa ladina, ¿Por qué mis hermanos tienen que ser tan sexys y pícaros? ¡Le dan un nuevo significado a la sicalipsis. Yo, sólo me encogí de hombros y le acepté la pieza, me tomó fuerte de la cintura, haciéndome pegar un salto, mientras nos dejamos llevar por el ritmo de la música... - Tus caderas se mueven muy sensual hermanita... - Me susurró, rozando sus labios en mi oreja, robándome un suspiro.

- No digas idioteces, Sasuke. - Respondí, entre risas calladas. Que sensación tan extraña, olía tan bien su cuello... Sentía cómo sus caderas se movían al ritmo de las mías, mientras nuestras piernas estaban entrecruzadas, me dio una vuelta lenta y entonces me haló hacia su cuerpo, quedando de frente en su totalidad, sentí su aliento estrellarse en mis labios, inhalando su olor a alcohol, él era irresistible, pero era mi hermano. ¡Por Dios!

Percibí como una de sus manos se coló ligeramente por el comienzo de mi vestido, justo por mi muslo, ascendiendo suavemente hasta que llegó a mis caderas, tocándolas, pero eso no es lo peor... ¡Lo peor es que me calentó tanto que no tuve la fuerza de apartar su mano! Sólo suspiré, dejándome hacer. No se veía casi nada, veíamos nuestros rostros sólo cuando las luces de colores se encendían.

Aún siguiendo el ritmo de la música, sentí como deslizó su mano y tocó mi glúteo... - Hmn... - Salió de forma involuntaria de mis labios, sintiendo como sus manos se movían de forma lenta sobre mi nalga derecha, éstas tanguitas son la discordia.

Entonces, apenas noté como me apretó más hacia su cuerpo, sentí como su entrepierna se había endurecido considerablemente, y sin darme tiempo de reaccionar, sus labios se apoderaron de los míos en un segundo, derritiendome... Eran tan suaves y carnosos que no pude hacer nada más que corresponderle, hasta que me golpee mentalmente sabiendo que se trataba de Sasuke. ¿Qué se supone que estaba haciendo? Me separé con brusquedad y salí corriendo del lugar.

¿Dónde estaba Deidara? El único culpable, pues si el no me fuese invitado a bailar esta locura jamás fuese pasado. Corrí hasta llegar a la orilla de la playa, después de quedarme descalza, claro está.

Me senté en la arena. ¿Qué estaba pasando? Primero estoy consciente que me gusta Itachi y termino besan dome con Sasuke... ¿Qué clase de enferma soy? Me sentía asqueada y no por lo que pasó con él, pues el beso me encantó, pero, es mi hermano y ¡No! Esto jamás debe repetirse.

Después de un rato, contemplando el mar oscuro y el sonido de las olas sentada en la arena, me levanté y caminé hasta unos asientos tipo plaza que estaban muy cerca de la playa, continué mi monólogo y aparte me sentía un poco mareada, el alcohol hizo estragos en mi cabeza y sin darme cuentame quedé dormida.

POV Itachi

- ¡Quinta vez que te pregunto Sasuke! ¿Dónde está nuestra hermana? - Dije en voz alta, estaba tan molesto. ¿Cómo es posible que son las 4am y Sasuke no sabe dónde está nuestra hermanita?

- ¡Y por quinta vez te repito que... - *hipo*- no sé... - Estaba ebrio, tanto que apenas podía mantenerse en pie.

- De acá no nos iremos hasta encontrarlas, jamás debí irme y dejarla sola. - Dije, masajeando mi cien. Obligué literalmente a Sasuke a caminar por todos lados, caminamos como locos, hasta que nos detuvimos frente a una pequeña plaza, entonces vi su inconfundible cabello oscuro cayendo del asiento dónde estaba acostada, al parecer estaba dormida. - ¡Allá está! - Dije claramente feliz.

- Bravo. - Contestó él con claro sarcasmo. Caminamos hasta estar frente a ella, entonces pude ver su rostro, no entiendo como pudo dormirse con tanto frío. Tuve el impulso de acariciar sus labios, pero sabía que no debía.

- ¿Cómo puede dormir así? - Pregunté.

- Qué importa. ¿Podríamos... - *hipo*- irnos ya? - Dijo Sasuke, entrecortadamente. Entonces, la cargué entre mis brazos, caminamos hasta llegar al auto, dónde le bajé en el asiento trasero, nos subimos y arrancamos.

...

Al llegar al penthouse, ella despertó.

- ¿Dónde...? - Preguntó, sentándose en el sofá de la sala.

- Te quedaste dormida en la playa, te traje cargada. - Respondí cerrando la puerta, mientras veía como Sasuke se desplomaba a lado de ella, entonces noté como mi hermana se levantó de golpe, cayéndose sentada otra vez por la brusquedad.

- ¡Oye! Ten cuidado. - Dije, preocupado.

- No es nada... - Respondió, tomándose la cabeza.

- ¿Y para qué te levantas? ¿Ahora te da miedo estar - *hipo*- cerca de mi? - Preguntó Sasuke. Ella lo miró ceñuda.

- Déjame en paz Sasuke. - Contestó al parecer molesta, yo observé atento la escena ¿Qué estaba pasando?

- ¿Qué te deje en paz? ¡Eso no me decías mientras - *hipo*- disfrutabas de mis besos verdad...? - Contestó él y yo quedé atónito.

- ¿Qué? - Dije incrédulo, mirándoles a ambos, ella me miró con cara de terror. - ¿Qué acabas de decir Sasuke? - Pregunté, mirándole a él.

- Eso... Que nos besamos bailando. - Dijo, encogiéndose de hombros. - Entonces sentí una gran cantidad de sentimientos encontrados, ira, confusión, ¿celos? ¡No lo sé! pero esto no estaba bien.

- ¿Eso es cierto? - Le pregunté a ella, quien no me miró, con la mirada agacha asintió y entonces tuve la sensación de que me arrebataron un pedazo de alma.

Me sentí ahogado entre tantos sentimientos encontrados. ¿Que estaba sucediendo acá?