¿Fiesta en Hawaii?

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Cuatro días en este lugar, y ya el clima me tenía asqueada, no quiero saber jamás de agua salada ni de sol, ni mucho menos de calor, hoy me juré no salir de esta maldita habitación, en serio, por lo menos, acá tengo aire acondicionado.

Observé mi móvil, el reloj marcaban las 9am, no tenía trabajo que hacer, ni nada que ordenar, ni absolutamente nada, en serio hace mucho no tenía días libres... Estos cuatro días se han resumido en ir a nadar, pasear en la playa y playa, ah sí... ¡Más playa! No quiero más de lo mismo, Itachi por su lado, parece demasiado cómodo con la idea de tener una estadía acá y Sasuke, bueno el simplemente no sale del penthouse.

Fastidiada, ya sin ganas de dormir, pues he descansado demasiado, me senté en mi cama, ni siquiera me tomé la molestia de abrir la ventana, realmente no quería más sol, oh espera... Ya eso lo mencioné, pero es la verdad ¡No quiero estar en este maldito lugar!

Me lavé los dientes y bajé al segundo piso, encontrándome con Sasuke desayunando.

-Buenos días hermanita. - Dijo con un toque de sorna, estos últimos días ha estado bastante irónico.

-No sé qué tienen de buenos. - Respondí de mala gana, buscando desesperadamente café por todos lados.

-Oh, alguien amaneció con la sangre revuelta. - Escuché que decían detrás de mí, esa voz la reconocería de cualquier forma, es inconfundible.

No respondí nada, ¿Por qué papá tenía que hacerme esto? Pasar tantos días con mis hermanos, esto debía ser un castigo de kami-sama.

-Vaya, Sasuke... ¿Hiciste desayuno para los tres? Los milagros definitivamente existen. - Se burló Itachi, viendo que en serio el más amargado de todos había cocinado y en la mañana, algo muy extraño seguramente estaba por ocurrir.

-No molestes Itachi, sólo come. - Y sí, algo iba a hacer mi hermanito hoy. Itachi se encogió de hombros y se sentó a desayunar, al menos vestía decente, un short corto y una camiseta, ambos de color negro.

A los segundos me senté, justo a lado de Sasuke, el permanecía en medio de Itachi y de mi.

El desayuno fue ameno, hace tiempo no comíamos los tres juntos tan a gusto.

- Bueno, hoy saldré. - Soltó Sasuke de pronto, sí, justamente hoy que papá había dado la orden que se le entregara un auto a Itachi, para comodidad de los tres. - Por lo tanto, usaré el auto, yo lo recogeré en la agencia. - Expresó él y yo negué con la cabeza, este idiota jamás hacía nada de gratis.

- Ya decía yo, que tanta amabilidad era inverosímil. - Soltó Itachi, suspirando.

- Ya de por sí es extraño que salgas, que hagas desayuno lo completa. ¿Y a dónde irás? - Pregunté, curiosa.

- Eso no es tu problema. -

- ¡Ay! En serio a veces no te soporto. - Respondí levantándome de la mesa. - Itachi, yo que tú no le presto el auto. - Dije, con mala intención. Itachi entrecerró los ojos, observando con detalle a Sasuke.

- ¡Cállate! No tengo que pedirle permiso a nadie. - Dijo, alterado.

- Eso es genial, Sasuke... Pero, te recuerdo que sí necesitas la autorización que envió papá... Y, te recuerdo también que esa autorización la tengo yo. - Sentenció Itachi y yo no pude evitar soltar la carcajada.

- Tsk, ya lo sé Itachi-Baka... Pero pensé que....

- Pensaste en que si hacías desayuno y te comportabas yo daría la autorización, claro está... Pero así no funciona, hermanito... Quiero pasar tiempo con ambos, no hemos tenido tiempo de compartir tiempo de calidad por tanto trabajo y estrés, ahora que podemos, no lo arruines, en estos días que hemos estado acá, no ha salido ni siquiera la primera vez con nosotros, así que, es bueno que quieras salir, porque esta noche saldremos los tres, a donde tú quieras ir. - Expresó Itachi, victorioso, Sasuke derrotado, sólo suspiró y se resignó.

- Qué fácil fue eso. - Dije, viendo la escena divertida.

- ¡Arh! Cállate, no es gracioso, me basta con verles la cara a los dos todo el día como para verlos también en una discoteca dónde sólo quiero despejar mi mente. - Confesó, mientras cruzaba los brazos y arrugaba el entrecejo.

- Oye... ¿Por qué estás tan molesto hermanito? - Cuestionó Itachi, tomándole la barbilla y obligándole a mirarlo, Sasuke lo miró a los ojos y pude jurar que se sonrojó - Sólo quiero pasar tiempo con ustedes, aún nos queda mucho tiempo aquí, ya tendrás tiempo para salir, pero hoy, quiero que salgas con nosotros, por favor... - Casi le suplico, aun sosteniendo su barbilla y yo quise ser Sasuke por ese milisegundo, Sasuke apenado por la actitud de Itachi, no respondía, sólo lo observaba. - Por favor Ototo... - Le susurró, transformando su mirada ahora en una muy tierna que hasta yo me derretí, itachi sí que es manipulador, pensé.

- E-Está bien... - Respondió a duras penas, Itachi sonrió y entonces le besó la mejilla.

- Gracias... - Le dijo después del besito tierno, yo quedé con la boca abierta y Sasuke simplemente no daba créditos a lo sucedido.

- ¡¿Q-Qué haces Itachi?! N-No me beses idiota. - Expresó Sasuke, alterado levantándose de la silla y yo sólo pude descojonarme de la risa.

- Eres mi hermano y te quiero. - Respondió Itachi, encogiéndose de hombros. Sasuke sonrojado sólo rodó los ojos y se fue a su habitación.

- Oye, recoge tu plato al menos. - Le grité.

- Levantalo tú, has algo alguna vez en la vida. Yo cociné tu levántalo y lávalo, total, tendré que salir con ustedes quiera o no. - Dijo, reanudando su caminata.

- ¡Idiota! - Le grité.

Itachi rió, ambos nos levantamos y ordenamos la cocina.

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El día transcurrió tranquilo, cada uno de hecho, la pasó dentro de su habitación. Finalmente, cuando la noche llegó, yo comencé a arreglarme, iríamos a una disco a la orilla de la playa, al menos sería en la noche, y había piso y no sólo arena, eso era un gran alivio, ah... y también tenía piscina.

No sabía que colocarme, tomé un pequeño vestido blanco más arriba de la rodilla, blanco con estampado floreado de color cyan, muy al estilo hawaii, y unas sandalias de plataforma blancas igualmente, mi cabello lo dejé al natural, liso y suelto, caía en mi espalda con naturalidad, me maquillé un poco y.... escuché como Sasuke gritaba mi nombre por cuarta vez en la noche.

- ¿Quieres darte prisa? Maldición – Siempre tiene que ser tan irritable.

- Deja de ser tan molesto... - Respondí, bajando las escaleras, mientras me encontraba con mis dos hermanos, ambos boquiabierta, me sonrojé tanto, Itachi tenía sus ojos puestos en mi sin disimulo alguno, era primera vez que captaba de esta manera su atención, entonces supe que hoy sería una noche muy divertida.

 Mi hermano, mi perdición. |Itachi Y Tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora