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Pero en ese momento, la tía Charo asomando la cabeza por
el postigo, preguntó:
—¿De dónde has sacado tantas mentiras?
Canek contestó:
—No son mentiras, señora, todavía se ven en aquel lugar
las huellas de los lagartos que murieron.

Ta,ta,ta,ta,ta,ta.
Cada que leó algo de la tía Charo me enojo.

CanekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora