Katie ©

Capítulo 4: Sara Collins y sentimientos.

"¿Y a qué esperas para desembuchar?" Le dijo Katherine tomando la mano de Alexander arrastrándolo hasta las escaleras. Mientras subían las escaleras, después de que Katherine tomara su mano, Alexander le dio un breve y suave apretón a la mano de Katherine. 

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"Bueno, intentare contarte rápido." Comentó Alexander al sentarse en la cama.

"Vamos." Dijo Katherine curiosa.

"Pues, ¿recuerdas la feria de la semana antes de empezar las clases?" comenzó Alexander y Katherine asintió para que él continuara.

"Cuando debatíamos entre comer algodón de azúcar y quedarnos más tiempo, o irnos a casa de Charlotte. Pues en ese preciso instante aburrido de vuestras conclusiones, miré a un lado y allí estaba ella, Sara Collins."

"A ver, si ya estábamos ahí teníamos que montarnos en la gran mayoría de los juegos Alex, no montarnos en tres, y porque algunos tenían hambre irnos. Sabes?"

"Cariño, ¿no que tenías curiosidad por saber de Sara? Concéntrate." dijo Alexander rodando los ojos.

"Que sí, venga."

"Sí, vale. Cuando la vi pensé: "Vaya, que bonita". Y cuando estábamos yéndonos, ella caminaba con su amiga en dirección contraria a nosotros, por tanto, nos miró. Y yo aproveché ese momento en el que me miró y le di la sonrisa. No pensé que nos volveríamos a ver, pero una semana y media después la reconoci en la cafetería de la calle cerca del instituto. Me acerqué a ella y vualá." Sonrió Alexander al terminar.

"Le diste la sonrisa." Dijo Katherine.

Alexander asintió sonriendo orgulloso de sí mismo.

"¿Y qué sonrisa es esa?" se carcajeó Katherine.

Alexander la miró con ternura y pena fingida. Obviamente.

"Katie, Katie, Katie. Eres como bambi." Dijo Alexander levantándose.

Katherine no sabía si dar las gracias u ofenderse, no es algo que te dicen siempre.

"Vaya, no te pases." Contestó Katherine también levantándose.

"Es verdad, eres demasiado inocente. ¿De verdad no conoces la sonrisa? La suelo poner todo el tiempo." Dijo Alexander cuando ya iban saliendo de la habitación.

"Y yo que sé cuantas sonrisas tienes James Dean." Lo miró Katherine y bajó las escaleras primero.

Alexander solo dio una media sonrisa con un intento suave de suspiro.

Ambos bajaron a la cocina para ayudar a Alice a poner los platos y llevar la comida. Una vez todo servido, todos se sentaron a la mesa y empezaron a comer.

"Está muy rico." Comentó Alexander saboreando las patatas.

"Gracia cariño. Me alegro de que te guste." Le sonrió Alice.

"Así que, ¿Qué te parece vuestra profesora de historia, Alex?" preguntó James riéndose ligeramente.

A James le gustaban todos los amigos de Katherine, pero Alex, Dios, a James le encantaba molestar y hacerle bromas a Alexander. Por suerte Alexander no se las tomaba apecho, además se las devolvía con ganas y un toquecillo ligero de buen sarcasmo.

"Pues es guapísima, y enseña que te cagas." Respondió Alexander masticando un trozo de pollo.

Katherine y James soltaron una carcajada, en cambio Alice le pidió a Alexander que se abstuviese a decir esas expresiones por Matthew. Pero qué diablos, ella estaba sonriendo de todos modos.

"Sí, lo siento señora." Se disculpó Alexander.

El resto de la cena siguieron comentando sobre profesores y asignaturas, hasta del trabajo de James. También se rieron de Katherine por no acordarse de todo el campo en el que trabajaba su padrastro.

Al acabar la cena todos ayudaron a recoger, excepto Matthew. "Que niño más suertudo", pensaron ambos adolescentes. Luego los dos subieron a la habitación de Katherine para que Alexander (aprovechando el momento) le pudiese explicar un poco de los ejercicios de matemáticas que no supo hacer más temprano.

"Bueno, y lo demás lo podemos mirar mañana en la pausa." Dijo Alexander levantándose de la cama.

"Sí, ya no puedo más." Se quejó Katherine.

"Creo que yo ya me voy." Dijo Alexander. "Estoy cansadísimo."

"Cierto. Hoy tuviste práctica, ¿no?"

"Sí. El entrenador nos dio duro hoy." Suspiró Alexander.

Alexander era jugador del equipo de fútbol del instituto desde primer curso. Él jugaba como corredor, y su hermano que también estaba en el equipo, como quarterback.

A Alexander le encantaba el fútbol. Era sin duda su deporte favorito, su pasión. Él, al igual que toda su familia y amigos, esperaban que pudiese conseguir una buena beca, y algún día poder dedicarse profesionalmente al fútbol. Pero algo que Alexander nunca contaba es, cual era sueño a conseguir, la profesión que él admiraba y soñaba tener. Podría ser por miedo, que no lo apoyen, miedo en general. Aunque no tendría que estarlo, porque él sabía que su familia y amigos estarían ahí apoyándolo siempre.

Ya al bajar las escaleras y dirigirse a la entrada, ambos amigos se despidieron con un saludo y un buenas noches. Katherine cerró la puerta y se sentó con su padrastro en el sofá a mirar una de esas series raras que él veía. Mientras, su madre se duchaba y su hermanastro dormía ya en su habitación.

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Bueno :) ¿Qué tal estáis?❤ Me gustaría, que por favor me comentarais que os va pareciendo la novela. Realmente me gustaría saber que os parece, para seguirla o no. Besitos♥♥♥♥

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