Capítulo 5.

213 9 1
                                    

Humberto estaba en pijama preparándose el desayuno. 

Todo se ve delicioso -aparecía a su lado.

¡Santo cielo! -del susto se le cayeron las tostadas- Deja de hacer eso. Si vamos a vivir juntos tendrás que volverte visible todo el tiempo, no puedes seguir asustándome de esa manera.

Ok -dijo, divertida. 

Segundo... Si quieres despertarme hazlo de una manera normal, no tires floreros ni te metas en mitad de mi cama -seguía diciéndole. 

Bien, ya no lo haré, ¿algo mas? -pregunto Jazmín.

Si, pasare por alto que me hayas espiado, solo porque si yo estuviera en tu situación habría hecho lo mismo -dijo él.

Tu eres la primera persona que espié -confeso Jazmín.

Antes de mi hubo cinco personas -le dijo Humberto.

Nunca me había sentido tentada a hacerlo -le resto importancia mientras él se sonrojaba- Creo que si estaría viva ahora mismo mi cara sería un tomate

¿Viste tener sexo a alguno de los arrendatarios? -comía su emparedado. 

Tuve inquilinos que eran swingers, no quieres saber lo que he presenciado -dijo ella.

¿Has tenido acción fantasmagórica? -le pregunto riendo.

Sigo soltera porque los night clubs para fantasmas aun no abrieron, no están muy de moda -le dijo de igual manera. 

Eres muy irónica -respondió el, ocultando una sonrisa. 

Es lo único que me queda -se encogió de hombros. 

¿Entonces qué has hecho todo este tiempo? -pregunto interesado.

Pupular por el departamento y morirme de aburrimiento -ambos rieron- ¿Qué vas hacer hoy?

Buscaré trabajo. -contesto- Iré a cambiarme a la habitación, tu te quedas aquí. 

Se fue a su cuarto y Jazmín la esperaba sentada en la mesada. 

Háblame, quiero asegurarme que estas ahí -se quitaba su pijama.

¿Qué quieres que te diga? -le respondía desde la cocina. 

No lo sé... Canta algo -sugirió. 

No puedo, no tengo cuerdas vocales -le dijo.

Entonces, ¿como hablas? -pregunto con ironía.

Buen punto. ¿Qué trabajo piensas buscar? -saco un tema importante. 

El primero que aparezca -llegaba a la cocina- Haré lo que sea menos desnudarme. 

Te vi quitarte la ropa, ganarías bien dinero -Humberto la miraba seria- Fue solo una opinión. 

Volveré en unas horas, no toques nada -le advirtió. 

Que gracioso -le dijo Jazmín. 

Humberto había recorrido toda la ciudad en busca de un empleo pero no había tenido suerte. Justo cuando estaba comprando una hamburguesa de soja en un puesto callejero su celular comenzó a sonar. 

Hola Manu -saludo a su amigo.

Hola bro, Gaby esta conmigo, ¿almorzamos? -pregunto. 

Mmm de acuerdo, ¿el bar de siempre? -pregunto.

El mismo -confirmó Manuel. 

Bien, los veo ahí -se despidió. 

Le regalo su hamburguesa a un indigente que pasaba a su lado y luego tomo un taxi rumo al bar. 

Un Milagro de Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora