Un hada ◆ Un humano

46 3 1
                                    

Hace mucho tiempo, existió un viejo bosque que a pesar de todos los avances del mundo jamás fue visitado por demasiadas personas, pues se decía que en aquel lugar pasaban cosas extrañas.


Los árboles más hermosos y grandes que el mundo pudieran existir, sus flores de varios colores, el rocío lo volvía un paisaje único, sin embargo, para bien o para mal, el único pueblo cercano a este lugar era demasiado supersticioso y lo único que comentaban era "Nada es lo que parece" a pesar de que ellos fueran los únicos que podían apreciar todo esto y no lo hacían, Amely era feliz.

Amely era un hada encargada de resguardar, proteger y embellecer todo ese bosque, jamás se cansaba de admirarlo, sin embargo después de tantos años empezaba a sentirse sola.

Un día, mientras la dulce hada paseaba por los alrededores del bosque encontró algo muy extraño, una huella de la cual estaba muy segura que no pertenecía a ningún animal en el bosque.

Un humano.

De pronto, se sintió extraña, tenía una mezcla de emoción y terror dentro de su pecho, decidió seguir aquellas huellas y enfrentar a quién fuera, aunque aún no sabía sus intenciones ni que exactamente hacer.

Encontró al muy extraño dueño de las huellas, su piel era pálida, casi como la suya, llevaba su cabello negro bastante desacomodado y mantenía una expresión un poco triste.

¿Es realmente un humano?

Los humanos que anteriormente ella había visto, de cierta manera se asemejaban un poco a él pero aún parecía diferente.

Es hermoso.

Amely dijo aquellas palabras, sin embargo no esperaba captar la atención del extraño humano. Su fría mirada se fijó justo en el escondite del hada.

"No tengas miedo, no te haré daño."

El muchacho esperó paciente a que la pequeña criatura saliera de su escondite y aunque ella lo dudó bastante, decidió salir.

"Tan pequeña..."

El asombro era evidente en él, el hada se posó sobre su mano extendida mientras era admirada, jamás se había sentido así.

Después de aquél día, el muchacho visitó el bosque durante un mes, cada día, sin falta, ambos habían formado una fuerte amistad. Ella le enseñó todo lo bello del bosque y él todo lo podrido del mundo.

"No quiero engañarte, en el mundo hay tantas cosas buenas como malas, sin embargo, las buenas no siempre son las más practicadas, no quiero darte una idea fantástica de como es allá fuera, ni una mala, solo una real."

Sentía algo de ironía en querer darle una idea real a un ser fantástico, si se le podía llamar así.

A pesar de ello, el hada quería ver todo lo que había escuchado pero sobre todo quería pasar más tiempo con él.

El tiempo de su partida se acercaba y sin importar los múltiples rechazos del joven hacia la idea del hada de querer ir con él, Amely consiguió que aceptara, con la condición de volver en una semana.

Y así fue, al día siguiente ambos partieron del lugar que había sido el hogar de este pequeño ser por muchos años.

El tiempo pasó más rápido de lo que podrían imaginar, en una semana, cuando el hada volvió al bosque se dió cuenta de que todo había cambiado, los árboles empezaban a caer y los hermosos colores habían cambiado a un gris y marrón nada agradable.

Todo el bosque había muerto con su ausencia.

FIN

"Esto no puede terminar así"

Aquel niño se quejaba como un pequeño polluelo por el final que había agregado como una broma, no pude evitar reír antes de continuar.

Había pasado un año y el bosque seguía sin poder recuperar su belleza, el hada se rindió hace mucho y ahora solo se escondía, poco a poco moría junto con su hogar.

"¡Amely!"

El hada se levantó de un sobresalto al escuchar aquella voz, el muchacho había vuelto aunque no se esforzó en lo mínimo por esconder su expresión de tristeza al encontrar el bosque en tal estado. Ella le explicó lo sucedido y aunque su deseo era solo volver a esconderse, él no se lo permitió, al contrario, la animó y juntos hicieron la promesa de revivir aquel hermoso paisaje.

Desde entonces los pobladores rumoran que cerca del lugar existe un bello bosque resguardado por un hada y un misterioso hombre de expresión fría y desalmada aunque el viento cuente que su sonrisa se la dedica únicamente a su fiel compañera.


El niño se quedó dormido.

Antes de dormirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora