11. "Te perdono...por todo"

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× Flashback, noche, Abril 23, 1535. ×

— « " Nunca es fácil engañar al corazón. No hay pecado cuando no queda otra opción y en este día que voy, buscando mi alma. No quiero quedarme sola en un rincón. No quiero perderte a vos." Esto último resume muy bien mi vida

Los problemas en la corte, las amantes del rey...todo lo que está sucediendo me mata de dolor por dentro ver como él prefiere a otras antes que a mi, lo sé. Sé que me ama muy en el fondo, pero a veces le cuesta expresarlo por amor que me tenga. Por más que sienta dolor, debo pretender que soy la más feliz, por más pérdidas. Por más engaños. Soy la reina de Inglaterra, debo ser la más feliz...


La reina soltó un suspiro ligero.

Soltó la pluma como si nada y se tiró hacía atrás releyendo de lejos lo que había escrito. Llevó una mano a su mentón y lo sobó lentamente. Pensativa. Soltó un bufido y se levantó de un saltó de su asiento. Caminó por la habitación de brazos cruzados por encima de su abultado vientre.

La reina Anne tenía casi 5 meses de embarazo, se le notaba apenas abultado pero lo suficiente para destacar su condición debajo de ese camisón blanco y bata rojiza escarlata. Era la prioridad de todos en la corte. Incluyendo su esposo que no yacía con ella en esos días por temor a dañar a la criatura no nacida.

Una excusa a los ojos de la mujer. El rey tenía días en los que solo pensaba en una y solo una cosa. Como casi todo hombre de la corte que quería una amante. Él tenía varias. Incluso Anne sospechaba que tenía una especie de burdel al cuál iba cada tanto....nunca pudo comprobarlo.

Pero sin importar qué.

Anne no podía culparlo, enojarse, tensarse demasiado. Dañaba a su estado. Dañaba su confianza a él. No quería perderlo. Solo por ello lo soportaba. Lo amaba demasiado para enojarse con Henry por amantes, ella era la reina y nada ni nadie cambiaría ello. Ningún amante podría conseguirlo.

La reina se sentó en el borde de la cama y hundió su rostro entre sus manos.

Maquinaba su cabeza una y otra vez. No solo era la situación en la Corte, las mentiras, los engaños, las falsedades, todo aquello era nada. Las pesadillas que invadían la mente de la mujer eran lo que más la quebraban. No podía contarle a nadie lo que veía, lo que sentía.

La puerta se abrió y el rey ingresó.

Henry entró en silencio absoluto y al hacerlo notó a su esposa aparentemente sollozando. Si bien el moreno no solía darle mucha importancia a algunas cosas, le dolía cuando la veía así. Incluso se solía sentir culpable por más que no lo dijiese en voz alta.

Caminó hacía ella, se sentó a su lado y la rodeó con sus brazos de forma cálida.; Claro que la mujer se sobreexaltó un poco al sentir aquellos brazos, lo miró y luego ella se aferró a él.

Podía oírse como el hombre musitaba algo al oído de su esposa a modo de calmarla. Depositó un tierno beso en su cabeza y no la soltó. Se quedaría allí abrazado a ella hasta que se calmase. La entendía. Asumía que también las hormonas del embarazo le estaban jugando en contra, sumado a todo lo demás....



× Madrugada de agosto 29, 1549×

La semana había sido bastante particular.

La familia Stafford, más bien Sir William Stafford había venido de visita a la corte donde sus hijos se encontraban debido a una carta que su hijo de ley le envió con respecto a una propuesta para la menor de la familia.

⚜The Tudors: El renacer de una Reina⚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora