Capitulo 1

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Saqué una pierna y luego otra, posicionandolas en el suelo. Cuando estuve completamente fuera caminé por los jardines que rodeaban el edificio.

Miré por un momento hacia atrás y pude ver el horfanato que desde siempre había sido mi casa, hasta hace unos solos minutos.

Oí un fuerte golpe y al instante la puerta principal se abrió completamente, dejandome ver a la señora Carmen, mirandome desaprobatoriamente.

  -¡Emily! ¿¡A dónde crees que vas!?- gritó fuera de sí. No la contesté, solo me eché a correr sin siquiera mirar atrás.

Corrí unas cuantas calles casi vacías, y cuando ya estaba completamente segura de que nadie me seguía o veía disminuí la velocidad.

  -¡Vuelve aquí! ¡No te escapes!- gritó una voz a mis espaldas. Lancé una rápida mirada hacia atrás y pude ver al guarda del horfanato persiguiendome, casi sin aliento.

Volví a correr adentrandome esta vez en calles repletas de gente, que sin motivo alguno sostenían altas pancartas con varios nombres y frases escritas en ellas. No le di demasiada importancia y queriendo salvar mi vida, me escondí entre aquel tumulto de personas.

Con la respiración bastante acelerada caminé sin rumbo fijo hasta que vi a lo lejos una puerta. Como era bastante bajita y pasaba muy bien desapercivida, pasé a los guardas que protegían la que era mi salvación.

Con bastante fuerza empujé la puerta y entré mirando a ambos lados asustada, nerviosa y sobre todo ilusionada por la aventura que estaba viviendo.

Antes de que la puerta se cerrara detrás de mí, una mano fuerte y grande la paró. Temblé de pies a cabeza cuando dos altos guardaespaldas entraron en la misma sala que yo, seguidos del guarda del horfanato, que me miraba victorioso.

Giré la cabeza haciendo como si no fuera yo, y cuando menos se lo esperaron, salí corriendo por uno de los pasillos continuos sabiendo perfectamente que me seguían desde muy cerca.

Llegué a unas enormes puertas y cuando las abrí unos fuertes gritos inundaron mis oídos haciendolos pitar dolorosamente. Las mismas chicas que hace unos momentos me había encontrado fuera del edificio, estaban ahí. Sosteniendo por encima de sus cabezas las mismas pancartas.

Con los oídos bien tapados por mis manos caminé entre empujones hacia dios sabe donde, solo me dejaba guiar por los golpes y chillidos de aquellas locas.

Me volví a topar con otros guardas y esquivandoles subí unas cuantas escaleras, queriendo salir de allí inmediatamente. Para mi sorpresa el ruido no cesó cuanso subí el último escalón, sino que aumentó.

Me encontraba subida a un gran escenario, las histericas chicas de abajo me miraban raro, y al girar la cabeza pude observar como cinco chicos me miraban sorprendidos con varios microfonos en sus manos.

¡¿Me había colado en un concierto?!

Viviendo mi pesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora