-¿Nos vas a explicar lo de ayer?- me pregunta Louis cuando después de comer nos encontramos sentados en el sofá.
-¿Debería?- le pregunté yo de vuelta.
-Niall dijo que te vio con un chico...- comentó Zayn mientras subía y bajaba pervertidamente sus cejas.
-Sí, te veías bastante nerviosa- dijo él.
-¿Me estabas espiándo?- levanté una ceja y miré a Niall fijamente.
-Solo pasaba por ahí- se encogió de hombros mientras se quedaba viendo la nada.
-Claro que sí, Niall- dijo riéndose Harry- Todos te creemos...- dijo sarcásticamente. Niall rodó los ojos y se levantó de golpe.
-¿A dónde vas?- le preguntó Louis conteniendo una carcajada.
-Con Liam- dijo él haciéndose el enojado- Por lo menos él no se ríe de mí- cuando salió por la puerta los chicos se rieron a más no poder mientras yo los miraba con una mueca confusa.
-¿Por qué nunca te ríes?- preguntó Harry cuando paró de reír. Se sentó de nuevo a mi lado y me miró fijamente.
-No tengo razones- me encogí de hombros y aparté mi mirada de la suya.
-¡Venga ya!- se quejó Zayn- ¿Siempre estás así de amargada?- le miré amenazante y él borró su sonrisa al instante.
-¿Por qué no nos sonríes?- dijo Louis como si fuera una niña pequeña. Alargando las vocales y poniéndome morritos.
-No soy una niña, os podéis ahorrar las monerías- me levanté del sillón y caminé directa a mi habitación.
Sabía que estaba siendo muy molesta y maleducada, pero si me quería largar de aquí era lo único que podía hacer. Realmente me caían bien estos chicos, y si los hubiera conocido en otras condiciones podríamos ser incluso amigos. Yo nunca me comportaba así con nadie, por muy mal que me cayera.
Tampoco era un ángel al que todos tenían que imitar, pero algo de educación sí que había tenido. Aunque esta no fuera impartida por una familia, sino por Carmen y los distintos empleados de horfanato.
Oí cómo la puerta principal era cerrada y supuse que se marchaban, sin avisarme. Comprendía que estuvieran enfadados conmigo, pero tampoco podían dejarme aquí sola.
Cogí mi teléfono y marqué el número de Álvaro. A los tres tonos me lo cogió.
-¡Emily!- gritó él casi dejándome sorda- ¡Al fin llamas! Pensé que te habías olvidado de mí.
-Eso mismo pensé yo de ti cuando ni te dignaste a despedirte de mí- le reproché con una sonrisa que aunque quisiera, él no podía verla.
-Ah, eso... Estaba castigado, lo siento mucho- solté una pequeña carcajada y decidí cambiar de tema.
-Ya me lo imaginaba... Por cierto, me han dejado sola en casa...
-Pues entonces ya sabes lo que significa...- dijo él riéndose.
Tras darle la dirección bajé a la cocina y saqué varios vasos y platos. A lo minutos el timbre de la casa sonó insistentemente. Odiaba cuando Álvaro hacía eso, me ponía tan nerviosa...
-¡Te he dicho un montón de veces que solo llames una vez al timbre!- me quejé mientras le abría la puerta.
-¡Anda cállate!- me dijo mientras me abrazaba fuertemente. Se hizo a un lado y gente que no conocía para nada empezó a entrar a la casa, mientras yo sonreía con malicia.
-¿Dónde las dejamos?- me preguntó un chico a la vez que señalaba las distintas bolsas que traían, llenas de botellas.
-Por la cocina- dije mientras les acompañaba.
Horas después la fiesta seguía igual que al principio, gente bebiendo sin parar, algunos nadando en la piscina completamente vestidos o en ropa interior, otros bailando y dándo saltos a causa del alcohol por toda la casa...
Era un desmadre, y me encantaba. Estaba deseando que llegaran y poder verles la cara que se les quedaría al ver cómo su preciada casa era destruida por unos simples adolescentes.
Salí al jardín en donde la mayoria estaban mojados o nadando en la piscina. Me acerqué a la zona en donde un gran tumulto de gente se encontraba. Mi curiosidad me hizo acercarme y cuando lo hice no pude entender lo que veía. ¡¿Louis estaba haciendo una competición para ver quién bebía más?!
Me froté los ojos y pensé que era una alucinación producida por el alcohol que había tomado. Pero pensandolo mejor... ¡Solo había dado un trago a mi bebida! ¡No podía estar borracha! Así que... lo que veía era real...
Me di la vuelta alejándome de allí y cuando ya estaba por entrar de nuevo a la casa una voz me detuvo.
-¡Hey Emily!- gritó Harry detrás de mí. Me di la vuelta y no pude creer lo que veía. Harry estaba en calzoncillos, con unas grandes gafas de sol y abrazando por los hombros a dos chicas en biquini- ¡Buena fiesta!
-Claro...- le dije confundida antes de verle como daba la vuelta y se iba, junto a las dos chicas que soltaban pequeñas risitas.
Con paso rápido entré dentro de la casa y allí pude suspirar más tranquila. Me dirigí a la cocina, donde esa tranquilidad se esfumó al instante.
-¡Eh, Emily! ¡Esto va por ti!- gritó Zayn mientras subido encima de la mesa de la cocina realizaba uno de sus tantos bailes raros.
-¡Yo... también... quiero....!- gritó Niall mientras borracho intentaba por todos los medios subirse a la mesa junto a su amigo.
-¡Muy bien Niall!- dijo Liam desde abajo. Este aplaudía a sus amigos enérgicamente. Le miré con la boca abierta. ¿Y se supone que él es el más maduro? ¡A la mierda!- Mueve el trasero Zayn, ¡que se note lo sexy que eres!- siguió diciendo él.
-Vive la vida... se feliz...- dijo cantando Álvaro mientras pasaba por mi lado dando trompicones.
-¡Álvaro! ¿Estás borracho?- pregunté mientras le agarraba del brazo al ver que se caía.
-¿Quién yo? ¡Qué va! Yo estoy perfectamente, a lo mejor eres tú la borracha- me dijo trabándose con las palabras a la vez que soltaba una pequeña risa nerviosa.
-¿Cuántas te has tomado?- le pregunté ya cansada de la situación.
-Una.
-¿Una? No me mientas Álvaro- le dije empezándome a enojar.
-Vale...- suspiró y bajó la ceza desanimado- Cinco...
-¿Cinco? ¡¿Tú estás loco o qué?! Sabes perfectamente que con solo una ya estás un día sin salir de la cama, ¿no eres ya un poco mayorcito para saber controlarte?
-Lo tienes que probar Emily, ¡está buenisimo!- gritó en mi oído como un loco, sin escuchar nada de lo que le había dicho.
-¿Qué? ¡Ni loca!- demasido tarde, Álvaro ya me había cogido de la mano y me arrastraba por la gente, llevándome a dios sabe dónde.
La suerte esta vez estaba de mi parte, Álvaro estaba más borracho de lo que pensaba, y a los dos pasos ya estaba en el suelo.
-¡Auch!- se quejó todavía tumbado bocabajo delante de mí.
-Ven, levántate- tiré de su brazo, él sin hacer esfuerzo alguno. Después de intentarlo varias veces deje caer su brazo y me agaché a su lado.
Acerqué mi cara a la suya y de repente oí unos ronquidos provenientes de su boca. Le miré alucinada al darme cuenta de que el muy maldito se había dormido.
Miré a mi alrededor, asegurándome de que nadie nos observaba, y así era. Poco a poco me alejé, dejándo a Álvaro tumbado en medio de la cocina.
Sabía que era su amiga, y que tenía que ayudarle en casos como este, pero también tenía muy claro que él hubiera hecho lo mismo que yo. Huir de la situación, dejando el problema de lado, en este caso, tumbado en la cocina.
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Viviendo mi pesadilla
Fanfiction¿Que pasaria si, sin comerlo ni beberlo, te vieras sumergida en un mundo que no es el tuyo? Emily descubre esa sensación cuando en un intento de huida se encuentra con las personas más famosas del momento, aunque ella lo desconoce. Su vida cambia...