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Tres palabras: trabajo práctico grupal. La profesora de Teatro hizo oídos sordos ante las quejas de sus alumnos y se dedicó a copiar en el pizarrón las consignas. Todos se miraron entre sí, en especial Dafnèe y Yuma, que días antes comenzaron a odiarse y tratarse como las peores basuras existentes en el planeta. Pero el verdadero caos no se desató hasta que las palabras: “yo seleccionaré los grupos” escaparon de los gruesos labios de la profesora.
–Injusticia, usted nos tortura – Dijo Laito sonriendo pervertidamente al decir la palabra "tortura".
–Teddy y yo haremos juntos el trabajo. –insistió Kanato balanceando a su osito de peluche en sus manos.
–¿No puedo hacerlo solo? Todos aquí son fastidiosos –Ayato bufó y miró de reojo a Mai.
–Mientras no sea cierta perra rabiosa todo bien. –dijo Yuma, sin importarle los insultos que Dafnèe le soltaba.
–A mí… me da igual. –Azusa volvió a su trabajo de contar las cicatrices en sus brazos.
–¡Deme al mejor actor de la clase, crearé una escena digna de Broadway! –se apresuró a decir Kou emocionado.
La profesora tomó asiento en su escritorio. Rebuscó en su bolso un buen rato y luego sacó una larga lista con los nombres y apellidos de sus estudiantes. Se colocó sus gruesos lentes redondos, que hacían a sus ojos verdes más saltones de lo que ya eran y pasó la vista por la hoja.
–¡Cállense de una vez, malcriados! –Gritó harta por el bullicio–. A continuación voy a decir quiénes harán grupo. Veamos: Mukami Kou con Yui Komori, Mukami Azusa con Sakamaki Kanato… –y así continuó hasta llegar a los últimos– Sakamaki Laito con Shion, Mukami Yuma con Dafnée Abbat y Sakamaki Ayato con Kaori Mai.
–¡¿Qué?! –soltaron tres de los últimos mencionados.
El timbre del recreo sonó. La profesora volvió a ignorar las quejas y se marchó, no sin antes sonreír maquiavélicamente.
–Vieja puta –murmuró Yuma y luego se volteó hacia Dafnée–. En cuanto a ti, perra rabiosa, nos veremos mañana luego de gimnasia en mi casa. ¿Bien?
–Yo no sé dónde mierda esta tu casa, idiota. –respondió Dafnèe con sarcasmo.
–Preguntale a tu buena amiga –Yuma hizo un gesto hacia Mai, quien se encontraba guardando sus cosas– o tal vez prefieras hablar con Ruki. –soltó una risa burlesca y se marchó.

***

–¡Voy a ir a casa de Ayato! –Mai se emocionó.
–Espera, espera… –trató de calmarla Ruki– ¿Cómo puedes ponerte feliz? Ese imbécil estuvo del lado de Dafnée todo el tiempo ¿y aun así sigues interesada en él?
Mai se quedó pensativa un rato. –Pero…
–Pero nada, Mai –Ruki sonaba molesto, más ese toque comprensivo continuaba sonando en su voz–. Mira, yo sé que te gusta hace mucho tiempo, pero no es alguien que valga la pena. Si realmente fuera tu amigo o al menos un buen compañero, hubiera detenido la pelea en cuanto pudo. En cambio, él y el imbécil de su hermano se pusieron a grabar todo. Y no solo eso ¡también lo pusieron en internet!
El corazón de Mai casi se detiene.
–¿Internet? ¿De qué me estás hablando? –preguntó asustada y Ruki nada más asintió–. ¡Si mi madre ve eso, va a matarme! Si no fuera porque me llevaste a tu casa y curaste mis heridas, ella me hubiera… Bah, no voy a decir idioteces. Seguramente no le hubiera importado.
–Mai, no digas eso…
–Es la verdad –interrumpió con enfado–. Es molesto que ella se la pase en el trabajo. Ah estado ausente casi toda mi vida por trabajo y por ese estúpido papeleo del divorcio. No sabes lo que se siente, tu padre siempre está para ti. Yo, en cambio, vivo atrapada entre los pensamientos feministas y machistas de mis padres. Y no lo digo solo por mí, Ren también. Se cree que con solo darnos regalos cada vez que falta, podrá pagarlo.

–Mai, maten la calma. –Ruki comenzaba a preocuparse por la manera tan nerviosa en que hablaba.
–No puedo hacerlo… ¡Es algo horrible! Tú sabes “aquello” que mi madre quiso hacer, no por nada ahora se siente culpable e intenta darnos todo –tomó una gran bocanada de aire y finalmente se calmó–. Ya.
Ruki decidió a no abrir la boca y se quedó en silencio. Conocía cada detalle de la historia de Mai, por lo que no necesitó hacer preguntas sobre lo que significaba “aquello”. Ni tampoco quiso tocar nuevamente el tema y hacer que Mai se pusiera peor de lo que estaba. Era… era algo muy doloroso.

***

Dio un par de toques a la puerta con su frente, pues sus manos estaban ocupadas cargando una bandeja con un té y algunas galletas. Su madre soltó un rápido “adelante” y Mai empujó con su brazo la puerta. Ingresó al estudio de su madre, donde ella se encontraba tecleando rápido en su computadora y con muchos papeles dispersos sobre su escritorio (aunque no eran tantos como los que ella tenía a cargo en la escuela). Había varias tazas de café a medio tomar por todas partes y envoltorios de esas barritas de cereal que tanto le gustaban a su madre. En pocas palabras, el estudio era un completo chiquero.
–No entiendo cómo es que puedes trabajar en este estado –dijo Mai con algo de diversión, la cual se esfumó en el instante en que su ojerosa madre la miró de mala manera–. Di-disculpa… ¡Oh, cierto! Ren hizo un par de galletas y yo te preparé té. Supusimos que te quedarías hasta tarde, así que… Toma.

Colocó la bandeja sobre una pequeña mesa ratona en un rincón del estudio y miró a su madre expectante. A pesar de tener menos de cuarenta años, por la apariencia que tenía parecía superarlos: su cabello rojizo estaba alborotado y atado vagamente; debajo de sus ojos celestes habían grandes y notables ojeras; y todavía llevaba el uniforme de la oficina.
–Mai querida, agradezco que te hayas tomado el tiempo de hacer algo para mí, pero ahora estoy ocupada. –dijo su madre y Mai dio un pequeño salto, pues se había distraído observándola.
–De hecho no fui solo yo, Ren también…
Su madre soltó un bufido y rodó los ojos.
–He dicho que estoy ocupada –repitió con enfado–. Pero claro, tú no entiendes lo que es tener que estar trabajando todo el día con personas exasperantes. Simplemente eres una adolescente que se la pasa de fiesta.
–Que sea joven no significa que lleve una vida sencilla…–y Mai se marchó dando un fuerte portazo.

"CROMULENT" ||Diabolik Lovers|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora