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El sudor se hacía notar en sus frentes. Miradas eran intercambiadas, estaban llenas de confusión y nerviosismo.
La luz era tenue y sólo el sonido de un zapato chocar repetitivas veces contra el suelo de madera era oído por los nerviosos chicos.
Catorce jóvenes sentados en forma de "u" en unas sillas de plástico en un salón de clases donde todas las ventanas eran ocultadas por unas finas cortinas negras que acompañaban a las paredes de igual color. El salón era bastante grande, y algo tétrico visto de tal forma. Y no por los obscuros colores, sino por las intimidantes máscaras gigantes que colgaban de las paredes y parecían estar hechas de yeso.
En medio de dos telones de color rojo, había un banco de madera, donde una mujer de cabellos castaños estaba sentada de espaldas y golpeaba con la suela de sus sandalias cafés el suelo.
La puerta se abrió de golpe y una cabellera rubia se hiso precente. Dafnèe camino con pasó tranquilo hasta el sitio donde estaban todos reunidos.
—Has tardado veinte minutos en llegar, Abbat. —Dijo la directora de avanzada edad que estaba junto a él grupo, apoyada en una pared y apretando con enfado una libreta.  —Eres una irresponsable. Considerando que nunca has hecho algo con tu vida, podrias siquiera mostrar algo de interés en esto.
Dafnèe apenas giro su rostro para observarla.
—¿Poner interés a un club lleno de enfermos con problemas sicológicos que, luego de salir de la escuela, formarán otro club de alcohólicos anónimos o de cualquier otra estupidez? —Su voz rebosaba ironía y una media sonrisa se formó en su rostro.
Antes de que la directora le contestara, camino hacia uno de los pacientes más alejados y se sentó, colocándose los viejos cascos de su hermano y dando play a la música de el mp3 que también era de Isaac. Dafnèe no tenía ni una intensión de socializar con los demás.
Antes de notarlo, una mano impacto contra su nuca. La rubia de Quito los cascos dispuesta a romperle la cara al imbécil que se atrevió a tocarla. Pero se sorprendió al ver ahí a Ayato con su cara seria y a Laito que tenía una sonrisa divertida en su rostro.
—¿Enfermos con problemas sicológicos? —Ayato fruncio el ceño. —Lo dice la que apenas llegó este año y ya se a agarrado a golpes con varios estudiantes.
—Eso si que me causó dolor —Laito puso una mano en su corazón y fingió tristeza. —Eres muy cruel, Daf.
—Dejen de decir tonterías y apoyen sus traseros en los asientos que la vieja nos está mirando y ya me a echado la bronca.  —Dafnèe señaló los asientos a sus costados y, cruzando los brazos, miro fijamente a la mujer que estaba sentada en un banco.
—¿quien es ella? —Pregunto de forma aburrida.
—Cuando llegamos ya estaba sentada en ese banco. La directora no nos quiere decir nada.
Dafnèe se giró al oír esa voz y se encontró con Denis que le  sonreía muy tranquilo.
Dafnèe empujo a Ayato de la silla y se la ofreció a su hermano. Este acepto a la vez que soltaba una risa.
Ayato enfadado se colocó detrás de Dafnèe y, tirando del respaldo hacia arriba, la hiso caer.
Dafnèe iba a gritarle, pero su hermano la detuvo y, dejándole su lugar a ella, fue donde un pelinegro al cual ella no conocía.
De golpe, la mujer se puso de pie y de forma lenta giro sobre sus talones. Dafnèe conocía perfectamente esa sonrisa.
—La bibliotecaria… —Susurro una castaña.
Dafnèe disimuladamente le hecho una mirada a Mai, extrañada al ver que una chica tan tranquila e inteligente como Mai se encontraba en tal lugar. Pero lo que captó completamente la atención de Dafnèe fue  ver a su hermano, Isaac, junto a la castaña y manteniendo una sonrisa tímida a su lado.
Mai miro a Ren que estaba a su izquierda.
—Es Nana, la bibliotecaria. Estamos de suerte, es también profesora de teatro, música e inglés. Y por lo que e oído, tiene una pasiencia infinita. —Dijo con una gran sonrisa.
—Eso me preocupa… —susurro el a la vez que bajaba la mirada.
Mai sólo se limitó a asentir levemente con la cabeza.
Isaac, que estaba escuchando atentamente su conversación, pasó saliva sonoramente y se giró de golpe a su dirección.
—Lindo lugar, eh. —Dijo carismático mirando a los castaños. Más aún, ni uno de los dos contestó.
Isaac comenzó a transpirar y sintió sus ojos mojados. Quería salir corriendo al instante.
—¿Nos hablo a nosotros? —Pregunto Ren a Mai.
Isaac sintió su corazón dar un vuelco.
—No creo, no lo conozco. —contesto Mai restándole importancia.
Isaac vio a su alma salir de su cuerpo. Quería morir en ese instante.
—Pero parece sólo —Ren lo miro con lástima. —Capas que no tiene amigos y sólo quiere conseguirlos aunque eso implique decir cosas sin sentido.
—Es posible, pero no quita el hecho de que es un desconocido que utilizo una frace que normalmente usan los ancianos para hablar con jóvenes. —Mai mito desconfiada a Isaac de reojo. —aparte, ¿no viste este lugar?, ¿que tiene esto de lindo? Por lo que mas quieras Ren, no te acerque a ese pervertido.
Isaac sólo se retorcía del dolor en su interior y se tragaba sus lágrimas. —Dafnèe tenía razón, moriré virgen —Pensaba el joven imaginando su triste vida de soltero hasta los ochenta.
La mujer castaña, que se acercó a los jóvenes con un cuadernillo de decoración de flores, los miro con una sonrisa.
—Soy Nana Asakura, un gusto conocerlos chicos. Como verán estamos en el salón de teatro, el lugar que e elegido para el club. Esta desocupado a estas horas, así que no hay problemas. La razón por la que elegí este lugar es por su ambiente, el teatro, un lugar en donde indirectamente podrán expresarse si les resulta difícil o incómodo decirlo directamente. —Retomo aire. —Este club fue una creación de la directora, un club solidario donde nos ayudaremos unos a otros. Un centro de ayuda, dicho en simples palabras. Estoy feliz de ser la persona a cargo de este caso y espero llevarme bien con todos ustedes. —Hace una reverencia. —Ahora les pediré que se presenten y digan la razón por la que están aquí, puede ser difisil decirla, pero es para entran en un también te de confianza. —Señalo a Ren.
—Soy  Ren Kaori , estoy aquí por que… bueno… e sufrido bullin y la directora considero que seria bueno para mi estar aquí.
Ayato y Laito soltaron una risa al oírlo. Mai los miro enfadada y Ren sólo bajo la mirada.
—Bueno, soy Mai Kaori y estoy aquí por problemas de conducta. Anteriormente era delegada del curso, pero por un problema me quitaron mi puesto. La directora me dio la oportunidad de recuperarlo si participaba en esto. —Dijo ella mirando fijamente a la profesora y haciéndole notar su pequeño toque intelectual.
Dafnèe bufo sonoramente al oírla.
El siguiente era Isaac. Este sonrio con maldad, era obvio que contestaría con alguna broma que dejaría en ridículo a la profesora. Pero cuando estaba por decirlo sintió la mirada de Mai que lo hiso enrojecer al instante y pensar mejor lo que haría. ¿Haría su  número o simplemente actuaría como un buen alumno para quedar bien frente a la chica que le gusta? Era difícil. Y se complicó más al notar la fría mirada de Dafnèe hacia el.
—Isaac Abbat, problemas de conducta. —Dijo el ignorando la mirada de Dafnèe y girándose para hablar con Ren y Mai. Dafnèe lo miro triste, pero aparto la mirada al instante. Ocultando lo traicionada que se sentía en ese momento. Aunque si bien podía engañar a cualquiera, a Denis no.
El siguiente era un pelimorado de ojos de igual color. Tenía unas grandes ojeras y un oso en sus manos.
—¿Quieres… decir algo? —le pregunto nerviosa Nana.
—No.
—Oh vamos, estamos en confianza, tu puedes… —Nana no pudo terminar por que el pelimorado furioso la interrumpió.
—¡Usted no es nadie para decirme que hacer! ¡Yo no debería estar aquí! —Grito enfadado.
—histérico… — susurro  Yuma enfadado.
—¡¿Que dijiste?! —el pelimorado lo miro furioso.
—¡te dije histérico! ¡¿algún problema?! —Yuma se levantó de la silla para intimidarlo. Más aún, el pelimorado lo enfrentó.
—Por favor, chicos, no peleen… es un lugar de confianza —Nana estaba aterrada. El pelimorado al oírla se giró y la miro con azco.
—¡¿Confianza?! ¡¿que confianza?! ¡No mienta!, No soy un estupido, aquí no existe tal confianza, usted sólo finge que nos escucha y que le importamos. "un gusto conocerlos chicos", que estúpida, creyendo que con eso ya somos todos amigos. Habla, ¿cuanto te ofrecieron por  cuidar de unos enfermos con problemas sicológicos? Eres sólo otra rata asquerosa que se arrastra por un centavo,  das pena y azco…  —Antes de que siga Laito lo tomo del hombro.
—calmate Kanato-kun —Dijo con expresión nerviosa. Sin que alguien más pudiera hablar, Nana soltó un sollozo y corrió hacia la puerta para marcharse.
—Creo que es el fin de la clase. —Dijo un Rubio de un ojo azul y otro un poco más verde. O eso es lo que uno podía notar. Ese era Kou Mukami, el hermano de Yuma, Ruki y Azusa.



Nota de autora: Últimamente SofiChan022 y yo no podemos actualizar seguido puesto que tenemos varias evaluaciones, trabajos prácticos, etcétera. Y no podemos descuidar la escuela. (Mas yo, que tengo bastantes bajas)
Pero igualmente vamos a intentar actualizar seguido.

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⏰ Última actualización: Oct 07, 2016 ⏰

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