capitulo 10

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Con un pestañear  Tsukushi abrió los ojos. Su cuello le dolía. Ella trató de alzar una mano para darse un masaje cuando se encontró con que no podía hacerlo. Para su sorpresa, sus manos estaban atadas detrás de su espalda.

Abrió la boca para gritarle a quienquiera que había hecho esta estúpida broma... ¿Mimasaka? ¿Nishikaido? ¿Doumyouji?... para que la soltara inmediatamente. Pero se dio cuenta que tampoco podía hacer eso su boca estaba amordazada.

Sólo para asegurarse todo esto fuera cierto, ella movió sus pies. Pero para su consternación, se dio cuenta de que también estaban atados.

Esto parecía ir más allá lo que el F4 juzgaría como una travesura decente. No, ellos nunca irían tan lejos; no con ella, al menos.

Ella se levantó con mucha dificultad y miró a su alrededor tratando de orientarse. Estaba tirada en una incómoda cama en un pequeño cuarto escasamente amueblado, aparte de la cama, él único mueble que había era un escritorio de madera simple y una silla de aspecto rígido. Había una puerta en el otro extremo del cuarto, pero estaba cerrada, y no había forma de que ella fuese capaz de abrirla. Al otro lado del cuarto había una ventana, pero la persiana estaba cerrada de modo que Tsukushi no podía ver el exterior.

Todo era inútil, estaba inmóvil y encerrada bajo llave. Pero su poder de mala hierba se negó perder, así que inmediatamente empezó a pensar en una manera de, al menos, desatarse.

¿Pero cómo? No había ningún objeto punzante en el cuarto excepto la persiana, y estas no eran exactamente muy filosas que digamos. Cuando ella se tiró hacia atrás en la cama por la desesperación, sintió que algo se le clavaba.

¡Era su celular, que había estado en su bolsillo todo este tiempo!

Ella se retorció con la esperanza de sacar su celular del bolsillo. Se movió sobre la cama, haciendo varios giros y malabares tratando de agarrarlo. Finalmente logró agarrar el teléfono, pero al sacarlo, este cayó la pequeña cama, para luego que aterriza en el suelo silenciosamente.

Ella trató de agarrarlo, pero olvidó que sus manos estaban atadas a su espalda. Como consecuencia de esto, terminó cayendo en el suelo con un fuerte ruido sordo.

El ruido alertó a quienquiera que estaba fuera de la habitación de su intento de escape. La puerta se abrió de repente, y un hombre muy grande entró. Él estaba vestido completamente de negro, y su cara estaba cubierta con un pasamontañas. Realmente parecía un criminal. Al este lo siguió una persona mucho más pequeña que por la forma de su cuerpo Tsukushi supuso era una mujer. Ella vestía de la misma forma, y también llevaba un pasamontañas. Tsukushi solo podría ver sus ojos.

— ¿Ah, finalmente despertaste? —sonrió él con satisfacción. Él se acercó y tiró la mordaza de su boca, pero no hizo nada para ayudarla a levantarse del suelo.

— ¿Quiénes son ustedes? —dijo Tsukushi. Era la primera pregunta en la cual ella podía pensar, a pesar de estar tirada en el suelo de la forma menos elegante.

— ¿Realmente piensas que te lo voy a decir? —resopló él, riéndose sádicamente — Pero si insistes en querer llamarme de alguna forma puedes llamarme Gin.

— ¿Ustedes me... trajeron aquí? —Tsukushi no pudo decir la palabra «secuestrado» porque eso sería como realmente reconocer que oficialmente estaba cautiva.

— Sí, lo hicimos —dijo él claramente, como si no fuera nada.

Cuando él la llamó por su nombre exacto Tsukushi sintió como un escalofrió recorría su espina dorsal. Ella no sabía quiénes eran ellos, sin embargo al parecer ellos si sabían quién eraella, por lo menos su nombre y a qué escuela asistía.

Family Planning(hana Yori Dango)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora