Amarte no es sano

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Chloe se despojó de las sabanas solo porque ese día tenía compromisos. No tuvo fuerzas para ponerse maquillaje. Su cabello estaba suelto y desarreglado. Tomo lo primero que vio en su armario para vestir, sin importarle si combinaba. A decir verdad no combinaba.

— ¡Chloe!—llamo una voz del otro lado de la puerta.

La rubia se dirigió a abrirla, aunque no se preocupó por saludar a su inesperado visitante. Sabrina entro a la suite preguntándose si Chloe se sentía aunque fuera un poquito mejor. Las orejas y los ojos rojos de la rubia partieron por la mitad el corazón de su mejor amiga. Ojalá pudiera hacer algo por ella. Sin embargo, su mente estaba totalmente en blanco, ni siquiera lograba imaginar cómo se sentía su amiga.

— ¿Quieres ir de compras?—pregunto Sabrina. Chloe negó—. ¿Vas a salir?

—Hay un evento en el salón del hotel esta tarde—contesto con simpleza Chloe.

Sabrina se sentó junto a la chica en el sillón más grande de la suite. Chloe se recostó en el hombro de su mejor amiga y suspiro con melancolía. Aún tenía un rato antes de tener que bajar y comenzar a trabajar. Al menos todavía tenía el legado de su padre. Varias lágrimas bajaron por sus mejillas. Ahora le toco a Sabrina consolarla.

Nathaniel esperaba que su madre acabara de hacer lo que estuviera haciendo antes de salir de la casa. Cuando la señora Kurtzberg se enterró de la desgracia que azotaba a su linda nuera no pudo evitar sentir simpatía por lo que le pasaba. Había arreglado un regalo para la chica que le ayudara a pasar por esa etapa. Y Nathaniel la iba a visitar esa mañana de sábado para dárselo y pasar el día con ella.

El teléfono de la casa sonó. Nathaniel estaba solo en la estancia así que se dirigió rápido a contestar.

—Bueno—dijo al alzar el teléfono.

—Hola, busco a Emma Kurtzberg—dijo la persona del otro lado de la línea.

— ¿Quién quiere hablar con ella?—pregunto Nath.

—Su hermano—contestaron del otro lado.

— ¿Tío Harry?—pregunto Nathaniel un tanto emocionado.

Su tío Harry era restaurador de varias pinturas en el museo de Louvre. De hecho, era la principal razón por la cual el propio Nath podía dibujar libremente en el museo y la razón por la que era su lugar favorito en el mundo. Fue él quien le regalo su primer juego de acrílicos para pintar. En definitiva era su familiar favorito.

—Hola sobrino ¿cómo estás?—saludo lleno de entusiasmo del otro lado.

—Bien

—Ya estás en tu último año de preparatoria—dijo él. Parecía estar guardando algo.

—El próximo año espero estar en Bellas Artes—comento Nathaniel.

—En ese caso, tengo una propuesta muy interesante para ti—Harry río un poco. Parecía que no estaba en el museo en ese momento—. Hablo contigo después de con tu mamá ¿tienes tiempo?

Nathaniel se lo pensó un segundo. Pero no tardo nada en decidir que no se quedaría. Chloe le preocupaba mucho y la idea no solo de pesar tiempo con ella sino de además apoyarla en un momento difícil podía más con él. Estaba mucho más emocionado por ver a su novia que por cualquier mensaje que su tío favorito quisiera darle. En verdad la quería mucho.

—Estoy por salir—contesto Nathaniel feliz—. Hablamos después.

Nathaniel paso el teléfono a su madre quién le preguntó con la mirada quien era. Nathaniel contesto que se trataba de su tío y tomo el regalo de su madre antes de salir. Estaba seguro que aquello haría feliz a su novia. Nathaniel llego al cuarto de Chloe casi dos horas después de que Sabrina tuviera que irse. Cuando abrió la puerta casi no pudo reconocer el lugar.

La Princesa & El Artista ||Miraculous Ladybug|| #ChangerMLBFandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora