Marinette nunca había visto sangre en vivo. Ni siquiera la suya, a menos que fuese su visitante del mes, pero ese no contaba. De pequeña solía ser muy cuidadosa con lo que hacía, al punto de que nunca se raspó o saco una herida. Cuando cosía tenía mucho cuidado de no lastimarse y las pocas veces que se lastimaba corría a buscar a su madre y su equipo de primeros auxilios. De hecho, le tenía cierto pavor a la sangre, por eso no había decidido estudiar nada que tuviera que ver con sangre o piel o vísceras o algo parecido.
Así que cualquiera que le conociera entendería el gran susto que se llevó cuando puso la mano en su boca y observó como la sangre manchaba sus dedos. Era la primera vez que sangraba en esa magnitud y en general sería la primera vez desde que se convirtió en heroína que se sentía en peligro. Algunos encontrarían irónica la situación, pero su sentido del humor no estaba al día, en especial porque era difícil reír cuando sentía que una de sus costillas estaba a poco de romperse.
Chat también lo pasaba mal, en su mayoría porque pelear contra una versión más rápida e increíblemente violenta de Ladybug no era fácil. No quería hacerle daño a la chica que solo estaba bajo un terrible hechizo. Además, Aurore era su novia. En realidad ¿cómo habían acabado así de lastimados y en aquellas terribles circunstancias? La respuesta llegó a ellos en un recuerdo que se sentía lejano.
Adrien se levantó aquella mañana envuelto en las sábanas azul cielo del apartamento de su novia. Estaba cansado de forma física y mental. Aquella pelea que tuvo con Ladybug esa noche le dejó molido de manera sentimental. Aurore supo cómo quitarle esa resaca sentimental, aunque ahora tuviera una verdadera resaca. Trató de levantarse de la cama, pero el dolor intenso lo regreso a la misma en un instante. La puerta se abrió con un sonido demasiado fuerte. Aurore entró a la habitación tratando de hacer el menor ruido posible. Depósito una bandeja en el buró de su habitación y paseo sus manos entre los dorados cabellos de su novio.
—Hice desayuno —dijo susurrando, aunque para Adrien sonó como si un tractor pasará frente a la habitación—. Ojalá esto te quite la resaca.
Adrien sonrió a su novia antes de sentarse sobre la cama. Observó alrededor dándose cuenta que el cuarto se encontraba en penumbras, cortesía de la amabilidad de Aurore. Su novia puso con delicadeza la bandeja de comida frente a él y Adrien comenzó a comer con lentitud. Su cabeza punzaba y aunque tenía la garganta seca disfruto del desayuno que su adorable novia le ofrecía.
—Come bien, hoy tienes que derrotar a un villano —comentó Aurore antes de salir de la habitación para bañarse e iniciar el día.
Adrien se quedó de piedra. Así que Aurore sabia sobre su identidad secreta. Le hubiese gustado decir que aquello le sorprendía, pero Aurore era en definitiva muy inteligente así que no tardó en unir las piezas. Cuando Adrien término de desayunar dejo la bandeja en la cocina de ella y se dispuso a ponerse la ropa que llevaba el día anterior. Entonces notó que algo faltaba. Giró varias veces y empezó a buscar con lentitud, aunque eufórico su anillo y a su pequeño amigo. Encontró ambos escondidos en la alacena de Aurore con un plato de queso camembert a medio comer.
—Plagg, ¿qué haces ahí? —preguntó Adrien poniéndose otra vez su anillo.
—Desayuno, Aurore me dio de comer —contestó el kwami con la boca llena —. Deberías aprender de ella.
Adrien lo observo con el ceño fruncido del enojo por su atrevimiento. Pero Plagg ni siquiera lo notó. Aurore en verdad le caía bien, lo suficiente bien como para no quejarse de que supiera el secreto de Adrien. En ese momento Adrien que no sé sentía con ánimos se recostó en el sillón de la estancia a esperar a su novia. Aun sentía los estragos de la resaca y aun quería quedarse durmiendo. Pero las palabras de Ladybug arribaban a su memoria haciéndole recordar que aun tenia responsabilidades.
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La Princesa & El Artista ||Miraculous Ladybug|| #ChangerMLBFandom
FanfictionChloe es la princesa del "YO" y del drama. Eso nadie lo podía negar, incluso tratando de mejorar su actitud, Chloe nunca dejaría de ser una Queen Bee. Y todos estaban seguros de eso. El problema es que la chica rubia está decidida a que puede ser m...