Cuado llegué a mi casa me puse el pijama, y me eché en el sofá a dormir, al fin algo de tranquilidad aquella semana, al fin viernes, pensó Léa. Cuando Léa se quiso dar cuenta de la hora que era se le descompuso la cara, eran las siete menos un minuto y cuando se puso de pie llamaron a la puerta.
¡¡¡¡MIERDAAAA!!!!!! -gritó Léa dirigiendose hacia la puerta corriendo, miró por la mirilla y allí estaba Klaus, cargado de bolsas e increiblemente guapo con unos pantalones vaqueros y una camiseta azul marino que le resaltaba los ojos- ¿Léa? -dijo Klaus detrás de la puerta preocupado- Lo siento Klaus, me he quedado dormida y no me ha dado tiempo a preparar nada -dijo Léa avergonzada por el pijama rosa de nubes sonrientes que llevaba puesto- Bonito pijama cariño -dijo Klaus besando a Léa con fuerza, la cual estaba completamente apoyada en la pared- Gracias, supongo -dijo Léa un poco falta de oxigeno- De nada cielo -dijo Klaus entrando en la casa de Léa, dejando las bolsas sobre la encimera de la cocina- Klaus, me voy a dar una ducha para despejarme, en diez minutos bajo ¿vale? perdoname por estar con estas plantas cariño -dijo Léa besando a Klaus y mordiendo su labio inferior- Te perdono si después de la ducha me haces de nuevo eso que has hecho con mi labio -dijo Klaus, ya se le notaba un bulto en el pantalón y solo fue un beso- De acuerdo Klaus -dijo Léa yendose a la ducha un poco cachonda, era imposible no ponerse así con aquel dios griego delante-
Cuando Léa estaba metida en la ducha, la puerta se abrió y al segundo Klaus estaba desnudo, en la ducha con Léa.
¿Qué haces Klaus? -dijo Léa- Refrescarme, estoy muy caliente, pero tenerte al lado creo que me calienta mas -dijo Klaus besando el cuello de Léa salvajemente mientras masajeaba sus pechos- Estas un poco ansioso ¿no profe? -dijo Léa poniendose de rodillas, para empezar a chuparsela a Klaus- Léa, ¿no era yo el ansioso? -dijo Klaus cogiendo la cabeza de Léa para que esta aumentara el ritmo de la mamada- pero no eres el unico con necesidades cielo -dijo Léa, aumentando el ritmo para que Klaus disfrutara- Para Léa, yo también quiero disfrutarte -dijo Klaus levantando a Léa para después coger a Léa en brazos y tirarla en la cama con las piernas abiertas y comenzó a chupar el sexo de Léa- No pares cielo -dijo Léa disfrutando, pero sin embargo Klaus paró para acto seguido le dio la mayor embestida de todas que hizo que Léa se retorciera por la cama agarrandose a las sabanas y gritando con fuerza- Eres un puto dios griego Klaus -dijo Léa gozando- Y tu eres mi diosa del sexo -dijo Klaus aumentando el ritmo- Creo que me voy a correr Klaus, para por favor Klaus -dijo Léa extasiada- No nena, ahora no puedo parar -dijo Klaus corriendose dentro de Léa- mierda Klaus, ¿que has hecho? joder joder, mierda -dijo Léa preocupada levantándose se la cama en la que aun estaba Klaus jadeando- ¿Qué pasa? ¿Que he hecho tan grave para que estés así Léa? -dijo Klaus que reaccionó al ver a Léa en ese estado- ¿Que pasa estás preguntado? siempre haces marcha atrás y hoy te has corrido dentro, te he dicho que pararas y sin embargo has seguido -dijo Léa echándose a llorar sentándose en la cama- joder Léa, en ese momento de éxtasis solo quieres echarlo fuera, lo siento de verdad Léa, ahora mismo voy a una farmacia a por la píldora del día después -dijo Klaus vistiéndose velozmente- tarda lo menos que puedas por favor Klaus -dijo Léa entre su llanto- Lo haré -dijo Klaus abandonando la habitación y yéndose a toda prisa a la farmacia-
*20 minutos mas tarde*
cariño, toma la pastilla, cuando te la tomes tienes que reposar, estar sin moverte unas 24 horas, por lo que me voy a quedar contigo hasta mañana para ver como reaccionas a la píldora -dijo Klaus jadeando de agotamiento- gracias Klaus, después te pago la pastilla -dijo Léa cogiendo la pastilla y mirándola dudosa hasta que al fin se la tragó- No me tienes que dar ni un céntimo Léa, es culpa mía, ahora metete en la cama, que te voy a traer algo de comer -dijo Klaus acariciando el pelo de Léa- Gracias -dijo Léa metiéndose en la cama-
*10 minutos mas tarde*
Toma Léa, son fideos chinos, te gustarán, tomatelos y tumbate de nuevo -dijo Klaus poniéndose al lado de Léa en “su parte" de la cama.
Gracias, pero no tienes porque hacer esto, ya me he tomado la pastilla, estaré bien, creo... -dijo Léa tocandose el vientre que ya empezaba a doler- No me importa quedarme todo el tiempo que haga falta contigo Léa -dijo Klaus mirando a Léa a los ojos y besándole los labios castamente-
cuando acabaron de comer se acostaron y cuando a Léa le surgía una molestia, Klaus siempre se abrazaba a ella, al final, acabaron abrazados, dormidos placidamente.
ESTE CAPITULO ES CORTO PERO NO ESTOY MUY INSIPIRADA, PROMETO MAS :)
ESTÁS LEYENDO
Irreal.
Teen FictionLea, una chica de 16 años estando en clase, imaginó algo y sin saber como, pasó.