Cuando llegamos a mi casa, me fui a la cocina y cogí una pastilla calmante y me la tomé, me recosté en el sofá, serían las seis y media de la mañana del sábado, estaba agotada y exhausta de cambios en mi vida.
Léa, es temprano y necesitas descansar, las pastillas te harán efecto cuando te duermas, venga, vamos a la cama -dijo Klaus cogiendo a Léa del brazo para levantarla cosa que esta aceptó-
Cuando entramos en el cuarto ya estaba medio adormilada así que me tumbé en la cama, con la cama puesta y me dormí.
Cuando pasaron unas 3 horas el dolor era inexistente y tenía ganas de follarme a Klaus, quería cogerlo y ponerlo debajo mio para cabalgarlo hasta correrme, de paso a casa pasamos a la farmacia y compré condones, menos mal.
Klaus dormía plácidamente pero yo quería follar así que metí mi mano por debajo de las sábanas y empecé a tocar su pene con lo que Klaus al segundo se despertó.
¿Qué haces Léa? -dijo Klaus con lis ojos muy abiertos- Quiero follar, ponerme encima tuya y cabalgarte hasta correrme -dijo Léa con los ojos negros de la lujuria- Léa, después de todo el daño que te he hecho no puedo hacerlo... -dijo Klaus apartando la mano de Léa de su pene- No me jodas Klaus, ahora estoy muy caliente y no vas a follar ¿esto esta pasando? -dijo Léa confusa- Léa, no me lo pongas mas difícil por favor -dijo Klaus mordiéndose el labio inferior, estaba deseoso de follarsela- Follame, fuerte, pero con esto -dijo Léa sacando el preservativo de su pantalón- Dimelo otra vez y te follo -dijo Klaus, ya estaba caliente- Follame -dijo Léa-
Despues de besos salvajes y no salvajes, dulces y no tan dulces...
Dame mas fuerte Klaus, mas fuerte, quiero que me duela, que me llegue hasta el alma -dijo Léa jadeando y gimiendo- Me voy a correr Léa, no puedo más -dijo Klaus que encima de Léa se me veían las gotas de sudor, cosa que a Léa le excitaba -correte dentro de mi, damelo todo a mi -dijo Léa- para ti pues -dijo Klaus gritando y corriendose- Gracias Klaus, lo necesitaba -dijo Léa- Me voy a mi casa por ropa limpia, en 1 hora o menos vuelvo, traigo de comer ¿vale? -dijo Klaus dispuesto a irse- Vale cielo -dijo Léa dandole un casto beso en los labios a Klaus-
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Irreal.
Teen FictionLea, una chica de 16 años estando en clase, imaginó algo y sin saber como, pasó.