A la mañana siguiente, Klaus tenía que trabajar y Léa ir a clases, eran las seis y media de la mañana y sin embargo, Klaus estaba despierto porque quería prepararle algo especial a Léa. Bajó a la cocina y en un jarrón puso dos flores de plástico que Léa tenía en el salón de su casa y preparó tostadas y café, acto seguido, fue a dárselo en la cama.
Nena, despierta, te traigo el desayuno a la cama como las princesas -dijo Klaus en tono dulce- Sabes, me gusta que me trates como una princesa, pero cuando estemos follando, tratame como una zorra, eso sería perfecto -dijo Léa aún medio dormida- Léa, para estar recién levantada estás muy sueltecilla, te trataré como una princesa siempre que tenga ocasión, pero jamás como una zorra porque para mi, no lo eres -dijo Klaus con tono disgustado- Siento mi vocabulario profesor -dijo Léa con mirada pícara- ¿Tiene usted ganas de jugar esta mañana sin apenas desayunar? -dijo Klaus soltando la bandeja del desayuno y tumbándose junto a Léa- No se, dígame como me tratará y ya veré si quiero jugar o no -dijo Léa provocando a Klaus- Léa, Léa, debes saber, que a los hombres ese tono de voz, nos pone demasiado cachondos y ahora te voy a tratar como una princesa provocadora -dijo Klaus quitándole la ropa a Léa-
Acto seguido, Léa le quitó la ropa a Klaus y quedaron desnudos los dos con caras de deseo, se desean, ahí, en aquel momento, rápido, placentero...
Te la quiero comer Klaus, pero no se si tu quieres que lo haga ¿Puedo alegrarte antes de un largo día de trabajo? -dijo Léa aguantando el miembro de Klaus y masturbandolo-
Léa, tienes mi permiso -dijo Klaus agarrando el pelo de Léa como si fuera una coleta-
Oh, es tan grande y está tan buena, me encanta -dijo Léa mientras succionaba el miembro-
Léa, para, no eres una zorra, lo siento pero quiero hacerte el amor, no follarte -dijo Klaus separando a Léa de el-
Klaus, no estoy preparada para ese amor que tu dices -dijo Léa mirando al suelo, a lo que Klaus respondió con un abrazo-
Vamos a desayunar y a ducharnos cariño -dijo Klaus mientras los ojos de Léa se llenaban de lágrimas-
Klaus, te quiero y quiero que esto funcione de verdad -dijo Léa besando a Klaus-
Te adoro pequeña y va a funcionar, te lo prometo -dijo Klaus correspondiéndole el beso-
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Irreal.
Teen FictionLea, una chica de 16 años estando en clase, imaginó algo y sin saber como, pasó.