En ese momento fuimos por completo felices; como en el primer beso, como en la puesta de sol que vio consumar nuestro amor, como en los días de playa y arena. Felices, como los niños que somos, plenos como los adultos que deseamos ser.
No lo recuerdas bien, pero empezó como cualquier reunión; conversando, conociendo, comentando, compartiendo.
Los tequilas, las charlas, las risas, los coqueteos y miradas que decían más que cualquier palabra.
Los versos inventados viajando en el viento, los "te amo" expresados más allá de lo concreto. Fumamos y volamos juntos, bailamos, gozamos, nos entregamos al momento mientras el universo difuso nos envolvía, sólo tenía ojos para ti, sólo tenía ganas de ti.
Y la danza se volvió una con la eternidad, no existía nada fuera de ella, nada más se necesitaba. Todo era perfecto, hacíamos el amor con calma o intensamente, según la pasión presente y el contexto erótico. Cada acción estaba en lo correcto, cada beso, cada caricia, cada jadeo de placer, cada suspiro, era un orgasmo de felicidad. La piel erizada y caliente no nos lograba intimidar, ni los ojos vigilantes, ni siquiera la moral, ese día volamos juntos, ese fue el día que seguía enamorándome de las sorpresas, de hacer cosas nuevas, de tomar y disfrutar como amigos, pero amándonos como si no necesitásemos a nadie más...
Cuando te dije que iba a escribir sobre eso; dijiste que no querías. Y el recuerdo se convirtió en sueño, el sueño en neblina, ácida y repentina. La motivación se volvió cero y el amor quedó ahí, sin saber porque no lo querían compartir. Con el amargo sabor de que todo era falso, de que sólo uno sentía lo que decía. De que sólo una persona ahí hubiese querido que ese encuentro fugaz durase para siempre.
El recuerdo murió. Hasta que lo hallé en un lugar en el que todo lo que muere llega. Los sonidos, los poemas, las personas, los instantes rotos o perdidos, están las tentaciones no saciadas y los deseos no cumplidos. Los personajes de realidad o cuento, genios ficticios, talentos sin surgir, ahí llega todo lo importante, lo inquieto, lo suave y lo concreto. Ahí rondan los sueños, los caminos, las posibilidades, los posibles momentos, las opciones, por ahí pasan cada caricia y movimiento, caminan ninfas, dragones, armados y desnudos, transitan pacíficos y rudos, Un universo en el que el caos se armoniza y cada pizca de maldad se purifica a lo neutral. En ese sitio hallé ese recuerdo. En ese momento me desmotivé yo, ahora lo sabes...Fue cuanto todo lo bueno vivido, preferiste perder.
ESTÁS LEYENDO
Bitácoras del vagabundo, selección
Random...... Si tan solo nos dedicásemos a amar, a viajar y conocer, a dejarse querer y ser menos egoístas y mezquinos, más regalones del regalo de la vida.... ya me estoy quedando sin agua, así que me voy acabando el texto, que estoy seco y ot...