LA FRONTERA

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Anoche bajaban los diablos del firmamento mientras ángeles subían desde el infierno,
decidieron parar en la frontera, donde todo se permite, para abrazarse y entregarse a la pasión,
En un lugar llamado "hogar", mi hogar. Le decíamos "Tijuana" como en la canción de Amparanoia. La reunión es gratificante.

Envueltos entre sórdida música y rituales de baile, entre el olor a "quix" de la pequeña cocina y "hachís" estancada en las pipas, entre la locura y la flojera, la soledad y las reuniones míticas.

Y yo ahí; escuchando y mirándolos. Apoyado en las mejillas de un enorme reptil, viendo maravillado el flujo del tiempo detenido.

Aquí, en la frontera de otros mundos, de todos los mundos. En donde todo se permite, sobretodo el amor prohibido y las fusiones energéticas.

Bitácoras del vagabundo, selecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora