Bitácoras del vagabundo, selección

Esta noche

Esta noche, como en otras, las historias de amor no hacen más que erosionar la piel.
El fantasma de mi ser necesita escapar en las alcantarillas de alcohol y llanto, llega la tristeza de la soledad, la envidia de la belleza ajena, de las falsas sonrisas de los falsos mundos en los que falsamente me gustaría participar.

Y como viene se va, entre la punzada de insistir por el cambio, de ser sensato y aguantar el aire frío que me abraza en vez de esa calidez que añoro.

Las lágrimas se agolpan en los ojos, pero evitan caer en el vacío del teclado... la noche empieza, la vida también, cada mañana, entre la desdicha y la carcajada...

Siempre el insomnio termina creando los párrafos que la hoja desea pero el computador cosecha...

Entre suspiros de duendes solitarios.

Entre musas desnudas y sensuales.

Entre cantos lejanos, entre gritos demoníacos y

caricias paradisiacas.

¿Has tenido la necesidad de sentir todo cerca, de tocar todo, de oler todo, de saborear todo, de escuchar todo, de verlo, de hablar con todo y sobretodo, de gozar cada instante y cada espacio, de disfrutar de todo y todas las personas, la compañía animal, la naturaleza?

Sentirte seguro en cada lugar, porque cada lugar sería tu hogar.

Como estar a tu lado querida mía.

Contarte historias de fantasía y realidad. De dolor y satisfacción. De pena y sabiduría.

De música y silencio.

De todo arte cubiertos.

Que nos engulla la dicha en el cobijo del viento.

El aire se humedecerá entre nuestros susurros y risotadas.

Entre miradas y secretos. Quiero poder escucharte y

tocar tu suave rostro que siempre me hace creer en la belleza humana.

Ese que me hace querer darle amor a cada una de tus versiones.

Recitarte tus canciones con la voz del apasionado que te ama sin mancha.

 Y que siempre dará la cara por esta especial amistad.

Te lo dije. Te agradecería a mi manera. Con buena música. 

Envuelto en la dócil oscuridad de mi refugio.

Se ve sólo una chispa.

Un resplandor y el hilo de humo que escapa de mis labios.

Me acordaría de ti en un momento de paz.

De limpieza, de plena armonía. De sólo amor...

Eso es lo que llena mi vida, el amor por mi vida, por la curiosidad por el futuro, por mi hija.

Es el amor por la hermosa familia que forma esa gente que puedo llamar amiga...

Es el mejor momento de dedicar un poema. Una prosa.

Un susurro lanzado al viento, un estoy contigo y te amo por haber sido parte de mi historia.

De este enorme libro donde hay dolor y soledad pero también alegría y amor.

Agradezco tus escritos jugosos en la rutina del empleo, agradezco tus rabietas de niña y las pecas de tu mirada gatuna, me encantó la sonrisa y la risa.

Y si bien faltaron muchos vuelos y aventuras en ese capítulo.

Ya podremos escribir algún otro....Quiero que seas parte de mi vida, envuelta en este loco vórtice de viajes especiales y espaciales.

De travesuras y seriedades, de cuentos y verdades,

parte del humo, el aire, el fuego y la fantasía.

Gracias por estar bonita mujer. Gallardo caballero.

Bello ser de luz.... Buena mano la de haberte conocido

un abrazo cariñoso desde la guarida de los nómades del alma.

Desde un frío santiaguino, mi ciudad es una ciudad como cualquier otra gran ciudad, sucia, llena de basura y gente que no practica el arte de convivir, mi ciudad siempre se llena de mierda, sin embargo la amo.

Amo las estrellas del norte y las lluvias del sur, pero esta ciudad llena de mugre me ha sabido mostrar los escondites secretos donde la luna se ve más brillante, el cielo más cercano y la oscuridad más gentil... tengo un mapa con los sitios marcados, y cada punto es una biblioteca, con líos e historietas, se reflejan las viejas salidas, los vídeos en sepia, las fotos en blanco y negro, las viejas melodías y la onda retro.

La ciudad que amo me ha presentado gente que me ha hecho sentir que la raza humana no está perdida, gente que ha podido, extrañamente cambiar mi vida... como tú... guardo graciosas anécdotas de como fue el primer encuentro, de cuando escuchábamos música y podíamos charlar en un fragmento de paz. Recuerdo sonrisas de complicidad y abrazos de amistad, la vida es una dicha gracias a esta ciudad que fue el escenario para tantas escenas. Gracias por tanta felicidad, por tantas experiencias, mi amada ciudad de los humos. Amo a tanta gente aquí, pero cada vez más se extiende mi círculo a regiones, es momento de partir, siento venir reuniones con viejos camaradas, aventuras con antiguas amantes, risas y relajo en medio de cigarrillos o cannabis... entre vinos o cervezas, licores de fuego y comida deliciosa, de pianos y baterías, de frío y sopor, de convivencia y desacuerdos. Teniendo siempre presente... el carpe diem y su intención de que disfrutemos cada instante, con corazón y mente.

Acabemos por ahora, os amo.