Despertando temprano con la luna aún sumida en mis sueños,
saludo con una mano al sol para cubrir mi rostro de sombras plateadas.
El desayuno se atrasó nuevamente y el olvido usual hizo que dejara mi chaqueta en casa, colgada junto a esos sombreros extravagantes que colecciono con ocio apasionado.
Veo pasar los hombres a mi lado, son cuadrados y apagados robots de tonos grises y negros, cubiertos de vapores y humo de cigarro... con corbatas cínicas colgando de sus cuellos sin vida, sin mordeduras ni besos.
Sin embargo, cada mujer que pasa me inspira ternura,
me llena cada una con un amor oculto,
a cada cuál le besaría desde el cuello hasta sus labios resecos por el calor de Santiago,
descubriendo entre caricias ardientes; a ratos lentas, ágiles y sedientas, cada fibra hermosa de su ser. Para mí todas son hermosas... todas tienen la posibilidad infinita de buscar o esperar el amor pues siempre habrá algún demente que les quiera regalar su corazón.
Hablé con una amiga hace poco sobre el tema,
me mencionó una experiencia de antaño, antes de conocer a su pareja:
"yo estaba como tú, buscando o esperando el amor, en todas partes, a cada respiro..."
sosteníamos el humo por turnos para hablar, mientras el cilindro de cannabis bajaba por nuestra garganta...Subió el humo hacia el techo trizado de la habitación y yo pensaba en el pasado nostálgico y del porque soy así...
Es el amor acumulado, creciendo con una madre poco cariñosa y un padre algo agresivo... recién nací a los 16 cuando estallé entre el fuego de un amor no correspondido, recién ahí descubrí quien estaba encerrado en ese cuerpo de niña con problemas para entablar amistad...
Desde ahí me volví adicta a la maravillosa droga que te llena de caricias, besos siempre distintos al último, palabras de deseo de intensa verdad en cada suspiro, cariño o jadeo... me es tan difícil dejar de esperar, de pensar o de vivir para ello.
Sin embargo creo que lo más sano ahora es volverme olvidadiza del tema y dejarlo un momento de lado, quizás así sabré un poco más de satisfacciones que de deseos.
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Bitácoras del vagabundo, selección
Rastgele...... Si tan solo nos dedicásemos a amar, a viajar y conocer, a dejarse querer y ser menos egoístas y mezquinos, más regalones del regalo de la vida.... ya me estoy quedando sin agua, así que me voy acabando el texto, que estoy seco y ot...