Capitulo 8: Nueva decepcion

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Mateo

–Cada ocho horas una pastilla –le indique a la señora que me había traído a la veterinaria su gato enfermo. 

–Muchas gracias –contestó ella tomando al animal entre sus brazos.

La acompañe hasta la salida y me encontré raramente a Sabrina esperándome en la entrada. 

–Hola Sabrina –le salude confuso. Era raro que ella viniera a verme. 

Sabrina siempre fue muy buena amiga de Damian, pero entre nosotros no había tanta relación, aunque claro...no nos llevábamos a las patadas como Damián y Armando. 

–Lamento molestarte Mateo. Pero te quería preguntar si sabes algo de Damián –su voz sonaba preocupada.

Yo me asuste un poco– No desde ayer... ¿Porque? ¿Pasó algo? 

–Eso quisiera saber– desvío la mirada con frustración– Damian me habló ayer después de verte y me dijo que iría a un bar a tomar algo…Y no se nada de él desde ayer. 

–¿Fuiste a su casa? –pregunte directamente.

–Si, obviamente fue al primer lugar donde fui. Pero no me atiende la puerta. También le llamó al celular pero no me contesta. 

–A lo mejor está dormido –comente intentando no preocuparme.

–Estoy preocupada...–dijo– Él salió a beber y después seguro volvió a casa con el auto. Es peligroso si condujo ebrio. 

Mi celular comenzó a sonar. Miire el teléfono y era un llamado de Damian.

–Es Damián –le conté a Sabrina aliviado. Ella sonrió y yo atendí– ¿Damián donde estas?

–¿Hola? –era la voz de otro hombre. 

–¿Quien eres? –cuestione desconcertado.

Estoy llamando a el primer contacto que tiene Damián en su celular porque se olvidó el teléfono en mi casa anoche…¿Tu eres amigo de él? 

Yo me quede confundido– Em... algo así –contesté.

Él vino conmigo anoche desde el bar hacia mi casa, se fue esta mañana dejando su celular. Y no se su dirección…¿Me lo pasarías por favor?

No contesté y miré a Sabrina que me hacía señas  de que le pasara el teléfono. Yo se lo di y ella se alejo un poco para hablar.

Me quedé en mi lugar un poco aturdido. Ese hombre me acaba de decir que Damián estuvo anoche en su casa, al parecer, volvió a repetir la historia. 

Sabrina después de cortar la llamada me devolvió el celular– Yo iré a buscar el teléfono de Damian, no le dije donde vive.

–No habría problemas, después de todo parece que se llevaron bien anoche como para que haya ido a su casa –solté con gusto amargo.

Ella no dijo nada, hizo una mueca, se despidió y se fue. Yo enseguida volví a entrar a la veterinaria, Armando estaba revisando unos medicamentos– ¿Todo bien? –pregunto al ver mi cara tan apagada. 

–Si todo bien... parece que las cosas están poniéndose en su lugar –respondí seriamente. 

Las cosas se ponían en su lugar, Damian volviendo a ser el mismo, salir y pasar noches con diferentes chicos cuando promete una y otra vez que no lo volverá a hacer. Aunque eso ya no debería importarme más a mi, ademas estaba en su derecho, yo lo saque de mi vida y cada vez me convenzo más que fue lo mejor. Estar lejos de Damian es lo mejor que puedo hacer.







El día había terminado muy rápido y ya eran más de las 18:30pm.

Armando y yo salimos después de cerrar la veterinaria. Le conté lo que paso con Damian y el solo me dijo que lo mejor era dejar todo atrás y olvidarme de él, es lo que debo hacer. Y lo que haré. 

Armando se fue hacia su casa y yo me fui hacia la antigua casa de mis padres, en la que vivía hasta que me mudé hace cinco años con Damián. 

Supuestamente ya todo estaba arreglado, la remodelación, luz, agua, cable y los muebles acomodados y limpios. Ya la casa estaba perfecta para que me mudara.

Ahora iba a verla y si estaba todo perfecto mañana mismo comenzaría la mudanza. Aunque mi amigo me dice que no es necesario que me vaya yo quiero hacerlo, no me gusta ser molestia. 







Llegué con mi auto hasta la entrada de mi casa, me baje y me fui hacia la puerta con mi nueva, con la que pude ingresar.

Entrar a mi casa después de casi un año de no venir y al verla la última vez casi destruida, era de un caso sorprendente como se veía ahora.

Recorrí cada parte interior de la casa, desde la sala, el comedor, el baño, cocina, hasta la vieja habitación de mis padres y mi propia antigua habitación de cuando era un adolescente. 

Salí hacia el patio a pesar de que ya no había sol y ya estaba por caer el anochecer. 

Recorrí el jardín bien armado con flores y plantas, llegue hasta el único árbol que quedo y me apoye en él respirando tranquilamente de tener mi casa nuevamente. 

Tanto que cuando me di la vuelta recordé lo que había en ese árbol. 

La inicial de mi nombre junto a la de Damián sobre un corazón tallado. 

A mi mente vino el recuerdo de cuando Damián lo escribió en el árbol. 

Un sentimiento de tristeza y nostalgia me invadió por completo. 

Me puse de costado en el árbol apoyando el lado izquierdo de mi cabeza sobre el árbol y con mi mano derecha roce los dedos con ese tallado sobre el tronco. 

Eso para él fue como una promesa de amor, y para mi lo fue también, una promesa de su amor.

–¿Todo fue mentira? –me cuestione a mi mismo. 

Cuando Damián escribió esto para siempre en el árbol, fue cuando me pidió otra oportunidad al haberme sido infiel hace siete años. Yo le di la oportunidad diciéndole que sería la última, y volvió a decepcionarme...se olvido de esta promesa, se olvido de el amor que decía tenerme. Y para colmo cuando termino con él, ya va y pasa la noche con otro tipo... tan importante no resulte para él.

Una lágrima salió involuntaria cayendo por mi mejilla. Esto solo me demostraba que aun me dolía, aun Damian dolía en mi pecho...tal vez aún lo amo, creo que ya no se ni lo que siento, pero dicen que nadie llora si no te duele o no te importa. Y a mi Damian aún me duele y me importa, seguramente es amor, pero también sé que es una nueva decepción.

SIENTO                                             (Gay) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora