Capitulo 21: Confesiones alarmantes

202 20 0
                                    


Mateo 

Por la mañana me prepare el sexto café después de la guardia toda la noche, la gata que atendí ayer afortunadamente no había recaído lo que significaba que su tratamiento estaba funcionando. La veterinaria estaba vacía y yo me estaba preparando para ir a mi casa cuando llegue Armando a cubrir su turno, quien se apareció de golpe en el consultorio.

–Armando...llegaste temprano– mencioné ya que su horario comenzaba en media hora.

Él se fue hasta el perchero y tras tomar mi campera me la extendió para que la tomara– Necesito que vengas conmigo.

Yo le miré raro– ¿Que haces? ¿Cómo vamos a irnos juntos? No podemos dejar la veterinaria –le explique a pesar de que no teníamos animales internados ahora mismo.

–Vamos a cerrar por hoy Mateo, esto es importante– respondió impaciente.

–¿No puedes esperar que vaya a ducharme a mi casa al menos?

–Ya he esperado mucho tiempo –contestó seriamente, tanto que me estaba asustando– Por favor vámonos ahora.

Yo inseguro tome mi campera y me la puse aún confundido por la actitud de mi amigo. 

Después de cerrar la veterinaria nos fuimos en su auto por la calle, donde yo claramente no tenía ni idea de lo que pasaba. 








Varios minutos en silencio pasaron, cuando llegamos a una cafetería.

–¿Qué hacemos acá? –le pregunte aun sin bajar del auto.

–Vamos a hablar con alguien –contesto apagando el motor. 

–¿Con quién o para que? 

–Con alguien muy importante para mí, que tiene mucho que ver con todo lo que pasó este tiempo y para que sepas toda la verdad. 

Armando se bajó del auto y yo totalmente desconcertado baje también y le seguí cuando este entró en la cafetería. 

Llegamos hasta una mesa donde ya había alguien esperándonos. 

–¿Oscar?...¿Qué está pasando aquí? –pregunte sentándome y mirándolos a ambos.

Yo me senté frente a Oscar y Armando en la punta, en medio de los dos.

–Tenemos que contarte muchas cosas...–comenzó a hablar Oscar. 

Yo le miré incrédulo y luego mire a Armando que estaba en silencio mirando la mesa–¿Qué pasa...? –cuestione, ambos se quedaron en silencio– ¡Joder me están asustando!

Armando me miro– Es que lo que te tenemos que contar no es fácil...y posiblemente después no quieras volver a ser mi amigo. 

Yo le miré aún con más preocupación. Esto no me daba buena espina.

–¿Recuerdas que yo te dije que Damian no te había engañado? –intervino Oscar. 

Yo suspire– No me hablen de Damian por favor…

¿Es que era tan difícil entender que quiero empezar de nuevo que nadie lo entiende? 

–Es importante –señaló Armando.

–Eso era verdad –continuó Oscar y yo le miré– Damian no te engaño...él y yo nunca nos acostamos. Fue todo fue una mentira. 

Me quedé en silencio. Pasmado. No podía creer esto.

–¿Damian te pidió que me dijeras esto? –pregunte lo primero que vino a mi mente. 

Él negó con la cabeza –No. Te digo la verdad. Tu llegaste a tu casa aquel día y nos viste a mi y a Damián en la cama si…pero no paso nada entre nosotros. 

SIENTO                                             (Gay) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora