Capitulo 19: La ultima oportunidad

197 18 2
                                    


Damian

En este momento todo se encontraba en silencio. Solo se oía el ruido de la lluvia caer fuertemente y el cielo crujir por los truenos. La noche parecía que se caería a pedazos. Tal como se caía mi vida... 

Desde la última charla que tuve con Sabrina donde ella me hizo escuchar su conversación con Armando no hemos hablado. Y ya pasaron tres días. En los cuales no me ha vuelto a sedar ni nada, le gusta hacerme recordar esto.

Llevo diez días en este inmundo sótano. Sabrina me trae comida siempre pero solo para eso me quita la mordaza de la boca, igualmente no le dirijo la palabra ni la miro a los ojos. 

Intento de todas las formas posibles llenarla de indiferencia para que se convenza que teniéndome aquí encerrado no logrará que la ame. Aquí ni en ningún lado, nunca podría amarla ya ni como amiga. Ya me ha hecho mucho daño a mi y a Mateo como para que siquiera la considere mi amiga aunque algún día me pida perdón,.. cosa que sé que nunca pasara. Ella está loca. 

La puerta se abrió nuevamente. Sabrina entró con una bandeja de comida pero yo mire para otro lado, ya me daba hasta repulsión su comida.

–Vamos a cenar amor…–comentó sentándose frente a mi en una silla y poniendo la bandeja sobre una pequeña mesita enfrente. 

Lentamente me saco la mordaza de la boca.

–No pienso comer nada –espete cortante. 

Ella igualmente tomó la sopa de verduras con la cuchara y la acerco a mi boca– Vamos... no has comido desde la mañana. 

Yo corrí mi cara negándome a comer o terminaría por escupirle todo en la cara. 

–Amor –se quejo con cansancio poniendo la cuchara con el alimento nuevamente en el plato– Tienes que comer o vas a debilitarte. No quiero que te enfermes.

–Tsk...–solté con ironía– ¿Sabes lo que me enferma? –la miré a los ojos con odio– Estar cerca tuyo. 

Su rostro se desfiguró y la ira pareció crecer en ella– No sabes lo que dices...–gruñó conteniendo su enojo y soltando una sonrisa negadora y forzada.

–Estas muy mal si piensas que así conseguirás algo de mi que no sea desprecio –solté asesinandola con la mirada.

Ella desvió la mirada ya que no quiso seguir mirándome así o no lo soportó. Es que nunca la había mirado de una forma tan fría y llena de odio, pero eso es lo mínimo que se merece de mi. No solo me hizo sufrir a mi sino que a Mateo... y eso no se lo perdonaré. 

Ella se levanto y me puso la mordaza en la boca nuevamente. Sin decir nada agarró la bandeja y rápidamente se fue del sótano subiendo las escaleras y desapareciendo tras cerrar la puerta de un portazo.

Yo suspire para relajarme un poco. Cada tanto tenía que hacerlo para poder mantener la cordura, tenía que buscar una forma de salir.

Pero se me hacía imposible ¿Cómo podía escapar? 

Estaba atado. Encerrado en el sótano y sin un teléfono ni nada con el cual llamar a alguien. 

La única que me podía soltar de acá era la misma Sabrina. Pero ella no lo haría.

Sinceramente se me ocurrió seguirle el juego a Sabrina para poder escapar. Fingir que la amo para poder manipularla y que me sacara de acá haciéndole creer que seríamos felices juntos. Pero no puedo. Es un plan que podría funcionar...pero no lo puedo hacer. No haré nada con Sabrina, por Mateo y porque no me saldría fingir con ella. Aunque esté loca me conoce bien y podría darse cuenta, además de que me generaría desprecio el solo tocarla subiendo todo lo que hizo. Todo el daño que nos causo a mi y al amor de mi vida.





SIENTO                                             (Gay) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora