El resto de la semana nos resignamos a hablar por teléfono
y me di cuenta de que no hay nada más hermoso
que irme a dormir con el sonido de tu voz.
Mamá me pregunta siempre con quién hablo tanto;
la factura del teléfono nunca le había salido tan cara.
No le conté de ti, de nosotras;
no me atrevo.
No me atrevo a contárselo a nadie.
Y creo que es por eso que te escribo todas estas cartas,
sabiendo que jamás las vas a leer.
Sé que es una estupidez,
pero todo lo que siento por ti no me lo puedo guardar.
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ojos que no ven
General FictionSky era invisible. Y tenía ojos para todo. [ primer parte ] © aftterhours 2016