IF EVERYTHING COULD EVER FEEL THIS REAL FOREVER ━━ dave grohl [EN EDICIÓN]

Capítulo 51.

Febrero de 1994.

Después de toda la tensión que la banda había tenido por estas semanas, al fin parecía que la paz, había llegado hasta nuestros corazones. Y eso me aliviaba, a fin de cuentas. Pero eso ocurrió hasta que abrí los ojos después de sentir varios retortijones en mi barriga. Al principio me parecía algo normal, es el típico síntoma de que tu estomago te llama para que expulses aquella comida basura que has estado comiendo toda la semana. Así que me levanté frunciendo el ceño, sin hacer ruido, o al menos traté de hacer el menos posible, mientras aún, siendo las cuatro de la mañana en Toulouse, se oían algunos ruidos que procedían de la calle. Desde que había salido con Nirvana de Tour, había notado que París era una ciudad bastante visitada por una gran cantidad de turistas, y tampoco importaba mucho que día fuera, podía ser un Lunes, y la gente solía salir de fiestas por esos clubs nocturnos hasta que se pusiese el sol. Pero eso no era lo que me molestaba ahora.

Al levantarme note, como un pequeño líquido que salia disparado desde mi pantalón, pero no le tomé la importancia que debía, hasta que baje mis pantalones, tras sentarme en el inodoro, me di cuenta de que tenía una pequeña mancha de sangre , y me asusté tan rápidamente que no me dio tiempo a controlar aquello sin que pareciera que me habían asesinado. Sentí como mi barriga emitía unos calambres bastantes dolorosos, hasta que no pude más y empece a gritar como si me hubieran clavado un cuchillo. Me arrastré por el suelo durante varios minutos hasta que fui capaz de recuperar el equilibrio y me levanté agarrándome a mi espalda, tratando de no despertar a nadie, al principio fui capaz de cumplir aquello, pero aquellos calambres seguían, hasta que noté como Dave, se movía de un lado para otro intentando dormir, seguramente le había despertado mi grito, y aquello no me gustaba.

"Oye Ann.." Esté se rasco los ojos sin percatarse de aquel espectáculo que había salido de mi cuerpo en cuestión de segundos. "¿Qué ha sido ese ruido?" Su cara cambio a tener un color natural a tener un color totalmente pálido cuanto vio una de las manchas que se habían formado en mi camisón blanco.

"¡Agh!" Grité más fuertemente sin poder agarrarme a la cama. "¡Que mierda importa ahora eso Dave!" Me quejé totalmente mientras me apoyaba sobre la barandilla de la cama en la que ambos dormíamos.

"Mierda." Dave empezó a toser y a marearse. "Una ambulancia..." Se tapó la boca durante un minuto, pero lo que había tomado anoche después de tener bastante hambre, fue disparado hacia el suelo del hotel. Y después de hacer aquello me tomó en brazos buscando a los road managers de Nirvana, para pedir ayuda. "Lo siento... Estoy muy nervioso." Suspiró, mientras me daba su mano, la que temblaba muy fuerte a cada minuto.

"¡Me duele Dave!" Empecé a llorar desconsoladamente mientras gritaba de dolor, y el personal del hotel comenzaba a asustarse. "Vamos a perder al bebé." Apoyé uno de mis brazos, que empezaban a sentir aquel calambre que subía desde mi barriga a mis hombros, hacia su cuello y apreté con fuerza.

"No Ann." Me miró. "Eso no es verdad, respira, respira como la ginecóloga te dijo que lo hicieras, estoy tratando de buscar a alguien que hable inglés pero no tengo ni puta idea de donde se ha metido este tío." Se quejó por que apreté fuerte su cuello, y al final conseguimos encontrar a alguien que hablara inglés, pero no era el road manager de Nirvana.

Ambos contemplamos a Krist, y Alex, degustando unas cuantas bebidas, mientras estos reían y seguían comiendo aquel queso francés, el que Dave también había probado, pero después varios intentos donde ambos nos parecía la mejor comida del mundo, Dave acabo vomitando aquello sin decir nada más, hasta que nos encontrábamos aquí sin saber que hacer. Ambos empezaron a reír viendo la escena en la que Dave me llevaba en brazos, desconsolado, como si hubiera perdido su mayor tesoro, o aquel juguete el cual un niño pierde y busca desesperadamente con una rabieta que puede durar siglos. Me agarró más fuerte, mientras los calambres recorrían todas mis piernas, y sin pensarlo se plantó en aquel restaurante corriendo hasta llegar a la mesa en la que él y Alex se encontraban cenando a las cuatro de la mañana, y bebiendo vino como si ellos no tuvieran ninguna preocupación. ¿La primera reacción de ambos? Reírse, por vernos allí montando tal escena, Dave estaba en pijama, con el pelo alborotado, y con claros signos de estar somnoliento todavía.