Diciembre de 1991.
Lunes.., pero al menos tenía por certeza que era uno de los últimos lunes de esta semana, me levanté mientras sentía unos brazos sobre mi cintura y aquel despertador que mis oídos tenían el gran placer de escuchar, en realidad nunca era un placer escuchar aquello. Ya sabía que Dave estaba durmiendo ahí, y no quería que se despertara, así que intenté apagar el despertador con todas las fuerzas que tenía en aquel momento, tantas eran, que conseguí tirarlo al suelo, de una. Suspiré mientras unos pequeños calambres recorrían mis piernas, y como ya era costumbre volvía a sentir aquella debilidad que rodeaba mi cuerpo, había días mejores y peores, y hoy era algo intermedio. Al levantarme mientras retiraba los brazos de Dave de mi cintura, lo hice con un silencio impresionante, como si nada ni nadie estuvieran en aquella soñolienta habitación en aquel momento. Después logré levantarme mientras me miraba al espejo, al mirarme, solo veía un rostro apagado y pálido, y unos cuantos granos en la cara que apenas se notaban por aquel tono blanco que mi cara había adoptado en estas semanas. Volví a dar varios suspiros mientras sin tener ninguna que otra solución me tuve que aplicar aquella crema maquilladora, otra vez, para poder ocultar aquella palidez, pero esto ya era una vieja historia. Con cuidado, y siendo algo sigilosa y con silencio, me acerqué a el armario que ahora yo y Dave compartíamos, mientras encontraba algo decente para ponerme. Al final lo conseguí, me vestí rápidamente mientras llevaba un peto vaquero, una camiseta de manga larga blanca y una de mis vans desgastadas, negras como no. Nunca había reconocido que vestía con colores apagados, pero realmente así era, solía llevar colores más vivos cuando tenía mas ánimo, pero ahora no tenía aquella alegría que hace cuatro o cinco meses expresaba con sonrisas de oreja a orejas y varias risas. Ahora todo se había convertido un poco negro, y decía un poco, por que una de las mayores razones por las que solo era un poco negro, era por que Dave estaba ahí. Ni si quiera tenía expectativas de volver a enamorarme cuando llegué hasta ciudad, eso para mí ya estaba un tanto acabado cuando corté con Dan, pero todo era lo contrario. Encima, vivía con mis amigos, que ahora eran súper-estrellas del rock. ¿Qué mas se podía pedir?... Creo que nada, aún así mi enfermedad me podía mucho más que aquellos pensamientos positivos. Me incliné sobre el lado de la cama donde Dave se encontraba durmiendo, era hermoso, podía pasar horas contemplando a aquel hombre con el que me hacía temblar la piernas, su tez normal, su cabello negros sobre los hombros, aquellos tatuajes un tanto raros y de desconocido significado. Y aquellos ojos marrón café en los que me veía reflejada cada vez que yo y él nos besábamos. Le dí un suave beso en la frente mientras se movía levemente pero quedaba durmiendo. Sonreí, y después de aquello cerré la puerta con mucho cuidado, y bajé las escaleras mientras mi respiración se agitaba. Bajar las escaleras me agotaba, todo me agotaba, realmente me sentía inservible. Cuando logré bajarlas me apoyé sobre la barandilla de aquella escalera y no pude darme cuenta de la presencia de Alex y Krist allí, pero segundos después lo hice.
"¿Te encuentras bien Ann?" Oí una voz grave mientras intentaba dejar de apoyarme en aquella barandilla, después un brazo sujeto mi mano mientras conseguía levantarme sin abrir la boca ni un segundo.
"Te veo algo pálida.." Conseguí concentrar la vista en aquellas dos siluetas mientras me daba cuenta de que Krist y Alex estaban levantados, tan temprano, vaya era algo bastante raro. Después conseguí asimilar que Alex me había hablado después y Krist primero.
"Sí." Sonreí fingiendo. "No os preocupéis." Dí una sensación de seguridad mientras sin darme cuenta, Alex sujetaba mi mochila.
"Hoy os llevo yo." Krist miró a ambas, mientras tragaba una taza de café de golpe. "Está lloviendo." Miró sobre la ventana retirando las cortinas y Alex y yo nos miramos.
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IF EVERYTHING COULD EVER FEEL THIS REAL FOREVER ━━ dave grohl [EN EDICIÓN]
Fiksi Penggemar"Pero aún no sabia que sensación era esta, ni si quiera sabia por qué a veces se creaba una tensión interna sobre mi cuando miraba su rostro, o cuando me abrazaba, y incluso aún no sabía por que me gustó que me besara en aquel momento de ansiedad. "...