Mine (Kaisoo)

I

-Déjenme por favor

Un pequeño joven de pelo negro y ojos marrones se encontraba en el suelo agarrándose las piernas mientras temblaba, tenia el labio partido y el ojo inchado.

-Miren como llora la nena.

-por favor...por favor.

-por favor ¿qué?.

-por favor no me peguen más.

-Si todavía no te hemos hecho nada, nena.

Tres jóvenes se acercaron al pequeño y comenzaron a darle patadas mientras este intentaba protegerse encogiendose aún más.

El pequeño comenzó a llorar con más intensidad mientras lo seguían golpeando. Cada vez más fuerte, con más ganas, más malicia y sin piedad. La sangre comenzaba a verse,todo continuó hasta que para el pequeño la luz paso a ser oscuridad, no tenía fuerzas para abrir los párpados pero continuaba escuchando las risas y murmullos de sus agresores.

Lo golpearon hasta que se cansaron y se marcharon por donde habían llegado, mientras el pequeño seguía tendido en el suelo.

Se arrastró hasta la pared más cercana se abrazo y sollozo desolado, nadie lo ayudaría lo tenia claro, si quería levantarse debía hacerlo por si solo, el cuerpo comenzaba a entumecersele por el dolor, las piernas le fallaban y su falta de fuerza no ayudaba a conseguir un avance. Se levantó y seguidamente volvió a caer pero esta vez de rodillas, lloro por el dolor y se volvió a levantar, caminó arrastrando las piernas y apoyándose en lo que podía.

Cruzó los pasillos, sentía sus piernas flaquear pero seguía adelante no podía caerse a mitad de camino, no les daría el lujo de disfrutar de su sufrimiento aún más, cruzaria la entrada con la dignidad que aún le quedaba, tal vez no pudiera cruzar con la cabeza en alto pero ya no se dejaría humillar más, su padre se retorceria en su tumba si lo viera flaquear.

Salió de la institución dos horas antes de lo permitido pero no se iba a quedar para que lo pisotearan más, ya había aguantado todo lo que podía ¿acaso era un delito el querer?, amar no se podía considerar algo malo o una aberración, el amor es amor, no hay que ponerle etiquetas, el amor no tiene color, edad ni sexo, cuando se ama no se ha de tener en cuenta nada porque amar significa aceptar y eso era lo que el pequeño había hecho, se había aceptado, ¿acaso eso era algo malo?.

Su único error enamorarse de alguien equivocado pero en el amor no se elije, te enamoras de los detalles, de las miradas, de las caricias, de las palabras definitivamente te enamoras de un corazón.

¿Por qué el mundo debía ser tan cruel?,¿por qué enamorarse sin ser correspondido?,¿por qué se debía sentir engañado?¿por qué lo había utilizado?.

Ahora maldecia el día que había dado un paso al frente hacia la persona que no era la indicada, se lo había entregado todo absolutamente todo sin restricciones y al final en que había quedado todo, en nada.
Se aprovechó de su inocencia, le hablaba de amor pero esas solo eran ilusiones, lo quería cuando le convenía, un fin de semana sí y el otro también con tal de divertirse un rato, unas caricias candentes y unos besos apasionados y después de eso nada. Palabras de amor nunca pero mentiras enmascaradas demasiadas.

Ahora se sentía usado, sucio y traicionado. El dolor corporal no se comparaba a la agonía ni tristeza de su interior.

Te amo decia, mentía, te quiero repetía, mentía. Caricias falsas, besos desgarradores y el olor de ese supuesto amor. Todo mentiras.

Flashback _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

-Yo quería decirte....

-adelante dilo.-sonrió.

El pequeño se sonrojo y se estiró la manga de la camiseta ligeramente nervioso.

-a mi...tu....yo.

-Vas a hablar o no? Tengo cosas que hacer.

-Me gustas.-susurró.

El contrario se sorprendió pero ladeo la cabeza y se relamió los labios, una idea venia a su mente, podía aprovecharse de la situación, hacia días que no se divertía y ese chico era perfecto para entretenerse, no era gay pero tenia que reconocerlo el chico era guapo, rasgos delicados, pequeño y adorable le valdría por unos cuantos días y cuando se aburriera lo desecharia.

-Me parece bien.-sonrió

El pequeño se sonrojo y levantó la cabeza, sus ojos marrones se iluminaron y una sonrisa adorno su cara, el momento que tanto había deseado se había hecho realidad.