XXVII

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Jongin se acercó a la camilla.

Inspiró con fuerza y estrujó las sábanas entre sus dedos.

Había dicho que lo quería, inspiró una vez más y se llevó la mano al pecho, dolía, no sabía porque, pero era un dolor jodidamente agradable, por dios, iba a darle un ataque al corazón.

-Kyungsoo...

Agachó la cabeza y sonrió, lo quería, había dicho que lo quería.

-Kyungsoo.

Parpadeó y se sonrojó al elevar la cabeza, su cara estaba a unos centímetros de la suya.

- ¿Si?.

Jongin negó y plantó sus labios contra los suyos, dejó escapar un pequeño jadeo de sorpresa y correspondió el beso, había soñado tanto con ese momento que no podía ser real.

Llevó sus manos al pelo de Jongin y dejó que sus dedos se perdiesen entre las hebras.

Se separaron unos segundos después y empujó la boca de Jongin contra la suya, lo necesitaba.

Jongin se rió entre el beso y se separó lentamente.

-Kyungsoo...-Murmuro.-Te quiero.

Sonrió y se acercó hasta dejar un beso en la comisura de sus labios.

-Yo también te quiero.

Jongin parpadeó y sonrió leve.

-Esperaba eso.- sonrió.

Volvió a unir sus labios y suspiró, sentía el corazón en la garganta, un cosquilleo atormentaba su cuerpo y probablemente las mariposas de su estómago habían mutado a elefantes.

-Deberiamos salir de aquí.- Susurró divertido Jongin.-¿Qué te parece si vamos a comer?.

Asintió aunque realmente no tenía ni idea de lo que había dicho, por favor, sólo se había fijado en el movimiento de sus labios.

-Bien, entonces vamos.

-¿Ir a dónde?.

Jongin negó y se rió.

-Vamos a comer algo.

Asintió y parpadeó confuso cuando Jongin se agachó.

-Saca los pies de la cama Soo.

-¿Qué?.

-Saca los pies de las sábanas, voy a ayudarte con las zapatillas.

Se sonrojó y negó, por dios, la última persona que le había puesto las zapatillas había sido su madre y tenía unos seis años.

-No, no hace falta, puedo hacerlo.- murmuró.

Jongin se puso de pie y negó.-No era una pregunta.

Se sonrojó e hizo lo que le habían mandado.

Jongin le puso las zapatillas y lo ayudo a bajarse de la camilla.

Sintió la mano de Jongin alrededor de su cadera y levantó la cabeza.

-Es por precaución.- sonrió.- Por eso y porque me gusta tocarte.

Se sonrojó y asintió.

-Vamos.

Caminaron por los pasillos y por primera vez desde que habían empezado su relación se sentía seguro, sentía que podía arrasar con todo.

Agachó la cabeza y sonrió leve. Negó y levantó la cabeza, no tenía porque esconderse, joder, quería ponerse a gritar como un loco porque ahora Jongin sí era suyo, porque estaba feliz, se sentía bien y quería demostrarlo.

Atravesaron la puerta de la entrada y cogió aire.

La mano de Jongin abandonó su sitio y levantó la cabeza, el moreno le estaba tendiendo la mano, la cogió y caminaron así hasta el coche.

Jongin le abrió la puerta y corrió hasta el asiento del conductor, encendió el motor, cogió la palanca de las marchas y aceleró.

Se mantuvieron en silenció y sonrió mirando la ventanilla, los arboles estaban preciosos.

Unos minutos después Jongin aparcó el coche en una pequeña calle.

-Comeremos allí.- señaló.- Es pequeño, pero tienen unos fideos de infarto.

Asintió y caminó a su paso, si era completamente sincero seguía sin tener ganas de comer, debajo de su emoción aún seguía clavada la espina de la duda, pero iba a hacer el esfuerzo, estaba harto de ser tan inseguro.

Empujó la puerta y entró. El restaurante era más grande de lo que parecía, las paredes blancas y las mesas de madera decoradas con claveles blancos y velas hacían que todo fuese más íntimo, una mezcla entre algo sencillo y rústico, pero a la vez muy elegante.

-¿Qué tal esa mesa?.

Asintió y caminó hacia la mesa, daba a un gran ventanal y la vista era simplemente magnífica.

Unos minutos después llegó el camarero, tomó sus órdenes y cuando se quiso dar cuenta ya habían acabado de comer y estaban de vuelta en el coche.

Había sido una de sus mejores comidas, Jongin había sido muy cariñoso, atento a que comiese todo lo que tenía en el plato y aunque se había sentido un poco fuera de lugar había sido magnífico, Jongin era magnífico.

-Soo.

-¿Si?.

-Te quiero.

Sonrió y desvío la mirada, había estado así durante toda la comida.

-¿Qué quieres hacer ahora?.

Frunció el seño y suspiró, ya se habían perdido la mayoría de las clases y a pesar de que probablemente era el mejor día que había tenido después de mucho tiempo el cansancio se estaba adueñando de su cuerpo, comenzaba a sentir el peso de sus extremidades.

Quería que no terminase.

-¿Cómo estás?.

-Un poco cansado.-murmuró.

Jongin asintió y lo tomó de la mano.

- Te acompañaré hasta tu cuarto.- Sonrió leve.- La enfermera dijo que debías descansar.

-Gracias.

Jongin negó y dejó un beso sobre su frente.

Caminaron durante unos minutos hasta llegar a los dormitorios de su planta.

Sacó la llave y la introdujo en la cerradura ejerció un poco de presión y empujó.

-Nos vemos mañana.

Negó y se mordió el labio.

-¿Puedes quedarte?.






"Gracias por estos versos, los hiciste nacer, fuiste el personaje perfecto, el villano y mi héroe también.
Y fui hasta el infierno y volví, y decidí que iba a ser feliz"🦋

"Hoy vuelvo a ésto que llaman vida" ☀️


Tengo el móvil roto y no estoy en mi 🏠, tuve que comprarme uno nuevo, disculpad la tardanza.

Mine (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora