III

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Han sido semanas en las que no te he visto..... y espero que estés bien, de verdad, confieso que de vez en cuando te extraño.
Aunque no valga la pena.

Habían pasado unas cuantas semanas de lágrimas y sollozos, intentaba hacer todo lo posible por no recordar, por no pensar. Él no había hecho nada malo, solo le gustaba una persona, ¿Era malo querer a alguien?, ¿qué importaba que fuera hombre?, al fin y al cabo un beso iba a ser siempre un beso, una caricia, un roce, la sensación de la piel, era exactamente lo mismo querer a un hombre que a una mujer por que el amor no entiende de género, no escoges de quien te enamoras, simplemente lo haces.

Kyungsoo hizo todo lo posible por dejar atrás todo lo que le recordaba a ese sujeto, había tirado la camisa que le había dado el día que le entregó todo lo que él tenía para dar, lo uso y lo hecho de su casa, sin ropa, sin zapatos, solo con una camisa alrededor de su cuerpo y lo peor fue que a pesar de que sabía que lo había utilizado, estaba emocionado y feliz porque para él había sido un momento mágico aunque no hubiesen caricias, ni roces, ni hubiera sido del todo placentero.

En esas pocas semanas había aprendido a vivir con lo ocurrido, ya no lloraba cuando se miraba al espejo, porque sí aún sentía sus manos alrededor de su reflejo pero intentaba deshacerse de su olor y todo lo que tenía que ver con él.

Había conseguido convencer a su madre, iba a ir al internado con Luhan, no estaba del todo convencido pero necesitaba a su hermano, él lo entendía, sabía lo que sentía y lo apoyaría en todo momento.

Tenía que alejarse de esa ciudad, de la gente que lo repudiaba y de la que estaba más que asqueado, se sentía enjaulado como un pájaro privado de volar y estaba harto de sentirse así, porque aún dolia y la sangre le hervía de solo pensarlo, pero lo peor es que aún sabiendo eso era incapaz de no quererlo y se odiaba por ello, como no había odiado a nadie en su vida.

Se había presentado al examen de inscripción una semana antes para poder ingresar y ahora ya había llegado el momento de dejarlo todo atrás.

Caminó con su madre por el aparcamiento del internado mientras esperaban a Luhan para poder ir a la secretaria a por su horario y el número de habitación.

-Prometeme que me llamarás todos los días sin excepción.-susurró compungida su madre.

-Sí mama.-suspiró rendido Kyungsoo.

-Y si pasa algo tengo que ser la primera en enterarme.-hablo pausadamente.-¿Entendido? y recuerda, juntos frente al mundo.-sonrió.

-Sí mama.-susurro.-Juntos frente al mundo, te quiero.

Kyungsoo abrazó a su madre mientras esta le pasaba los dedos por el pelo, era en parte relajante pero sabía que en algún momento debía separase de ella y eso lo angustiaba, se había apollado en ella para no derrumbarse, había estado en todo momento junto a él, lo había consolado por las noches y aunque no sabía todos los detalles de la historia había permanecido a su lado en cada momento.

Se agarró del doblez de la camisa y apretó porque tenía miedo, sí estaba asustado de alejarse de ella porque aunque Luhan estuviera con él nada se comparaba con la mirada de su madre indicándole que todo iba a salir bien.

Marron con verde volvió a chocar cuando su madre le levantó la barbilla y le dio un beso en la frente, le paso el dedo por encima para quitarle el rastro de carmín y sonrió quitandole las lagrimas que empezaban a asomar.

-Tranquilo pequeño.-susurró.-Todo va a salir bien.

Kyungsoo tomó aire y lo soltó lentamente intentando controlar sus ganas de llorar mientras se dejaba acariciar el pelo.

-Gracias mama.-susurro.-Gracias por todo.

-Es mi deber como madre bebe.-sonrió.-Ahora y siempre.

Luhan llego unos minutos más tarde, abrazó a su madre y los guió a la secretaria.

Por el momento Kyungsoo permanecería solo en su habitación, su compañero todavía no había llegado y aunque estaba nervioso por conocer a alguien nuevo tenía esperanzas porque empezaría todo desde de cero.

-Soo quiero enseñarte algo.-sonrió Luhan.

-¿Qué cosa?.-hablo agotado.

Kyungsoo se dejó arrastrar por los alrededores del campus pasando las pistas de atletismo para llegar a una pequeña puerta.

-Soo, este es uno de mis sitios favoritos.-sonrió Luhan.

-Un invernadero?, no está prohibido entrar aquí?.-Preguntó mirando serio a Luhan.

-¿De verdad Soo?, te enseño algo bonito y me hechas la bronca.-murmuró indignado.

-Perdón Lu, es muy lindo.-sonrió.

-Es mi secreto, así que no se lo digas a nadie vale.-guiño un ojo.

Kyungsoo río, como si tuviera a quien contárselo, se puso a pensar y se dio cuenta de que estaba más solo de lo que pensaba, no tenía ningún amigo al que contarle sus problemas y aunque tenía buena relación con su hermano habían temas que no podía ni quería compartir con él.
Luhan se dio la vuelta y miró a su hermano, demasiado silencio no era bueno, cuando no hablas piensas y cuando piensas sufres, se acercó a él y lo abrazo.

-No pienses tonterías Soo.-murmuró.-Te quiero ojon.

-No me digas así.-gruño.-Estoy cansado, ¿nos vamos?.

Luhan rio y lo abrazó más fuerte, Kyungsoo nunca había sido de muchas palabras y tampoco era extremadamente cariñoso pero de pequeño siempre estaba detrás suya siguiéndolo a todas partes sin soltar su mano y aunque intentaba hacerse el fuerte siempre la apretaba cuando estaba nervioso o tenía miedo, aún era ese niño pequeño.

Caminaron de vuelta al ala oeste donde se encontraban los dormitorios.

-Soo creo que llegó tu compañero de cuarto.-sonrió pícaro Luhan.

Kyungsoo lo miró con un interrogante en la cara, ¿desde cuando Luhan era adivino?.

-No seas tonto.-rio escandaloso.-Mira las cajas Soo, es obvio.

Kyungsoo se sonrojo y rio, la verdad si era un poquito obvio.

-Deberías presentarte Soo, se un buen niño.-murmuró Luhan dándole unos empujoncitos.

-Dejame en paz Lu.-gruño.-No me empujes.

Kyungsoo sigio resistiéndose hasta que tropezó con algo duro.

-Auch.-río el desconocido.-Hola.

Kyungsoo se giró con los ojos más abiertos de lo normal y miró horrorizado al chico alto con el que había chocado, se encogió un poco y se acercó a Luhan hasta quedar totalmente pegado a uno de sus costados.

-Vamos Soo no seas tan tímido.-murmuró Luhan.-Saluda pequeñín.

-¿Hola?.-susurró mirando al chico alto.

-Un placer conocerte.-sonrió el chico. -Creo que soy tu compañero.

Mine (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora