Capítulo 17: "El amor lo puede todo"

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(Antepenúltimo capítulo)


Milk y Gokú desayunaron, luego lavaron los utensilios como siempre solían hacerlo, compartiendo las labores juntos, luego Gokú le dijo a Milk: tenemos que hablar.

La pelinegra asintió, y decidieron salir de la cabaña para ir a la laguna y allí poder conversar tranquilamente, en medio de la tranquilidad que les brindaba la naturaleza.

Milk se sentó en el pasto y Gokú frente a ella, mientras tomaba sus manos. Esta vez la pelinegra no evito el contacto, simplemente envolvió su delicada mano con la de su esposo.

Princesa hemos pasado muchas pruebas juntos desde que nos conocimos y ello ha ido fortaleciendo más nuestra relación, como ya te dije tu eres mi gran amor y no quiero perderte, es absurdo que te quieras alejar de mí por no poder darme un hijo, ya que de igual forma yo no nunca lo tendré ya que no podría volver a enamorarme de nadie, ya que siempre estaré enamorado de ti, además dime algo Milk ¿si yo fuera el del problema, tú me dejarías?, dijo Gokú, soltando una mano para acariciarle su rostro.

Claro que no, dijo Milk muy despacio y empezando a sollozar.

¿Entonces por qué me pides que yo lo haga?, si los dos nos amamos, dijo Gokú acercando su rostro al de su esposa y fundiéndose en un dulce pero a la vez apasionado beso.

La pelinegra no dijo nada solo correspondió el beso colocando sus delicados brazos sobre el cuello de su esposo profundizando el mismo.

¡Te amo¡ dijo Gokú mientras la besaba cerca de su oído.

Yo también, dijo la pelinegra correspondiendo el beso y las caricias que su esposo le daba.

No tuvieron que decirse nada más ni justificar sus acciones, simplemente se dejaron llevar por el amor que se tenían, Gokú acostó en el pasto a Milk y lentamente la fue despojando de cada prenda mientras entre caricias y besos se entregaban nuevamente al amor.

Horas después:

Una bella pelinegra se encontraba vestida con la camisa de su esposo, mientras este la abrazaba a él mientras ambos estaban mirando el calmado lago, haciendo juntos una nueva promesa de amor.

Jamás vuelvas a alejarme de ti, decía Gokú mientras le daba suaves besos en su rostro.

No lo volveré hacer, ¡te extrañe tanto¡ decía Milk besando dulcemente los labios de Gokú.

Y yo a ti mi princesa, pero será mejor que nos vayamos a casa, si no queremos resfriarnos, dijo Gokú tomando en brazos a su bella esposa.

Los días siguientes, fueron llenos de dicha y felicidad, fue como una segunda luna de miel, ambos disfrutaron mucho de mutua compañía, pero el momento de volver había llegado.

Gokú colocaba las maletas dentro de la cajuela de su auto, mientras la pelinegra se sujetaba su hermoso y largo cabello negro en una coleta.

¡Hora de irnos princesa¡ dijo Gokú acercándose a darle un fugaz beso mientras le daba la mano para que suba al auto.

¿Ya no presentaras la solicitud verdad?, dijo Gokú con temor.

Claro que no mi amor, dijo Milk sonriendo.

Horas después:

Milk hablaba por teléfono con su abogado:

No se preocupe señora Son, sin duda el amor lo puede todo, dijo el abogado.

Si, así es, dijo la pelinegra sonriendo, mientras Gokú que iba manejando la miraba.

¿Qué te dijo?, decía Gokú.

Se alegro por nosotros y me dijo que el amor lo puede todo, decía la pelinegra con una amplia sonrisa.

Así es princesa y ya sabes que si quieres podemos iniciar los trámites de adopción cuando lo desees dijo Gokú.

¡Gracias Gokú¡ pero estos meses quiero disfrutar de nuestra segunda luna de miel, dijo Milk sonriendo.

Me parece estupenda tu idea dijo Gokú igual de feliz.

1 mes después:

Gokú y Milk caminaban de la mano por unas tiendas en un centro comercial mientras platicaban.

Qué bueno que el señor Bardock, allá decidido que Lunch trabaje en otra oficina, dijo Milk.

Sí, yo se lo pedí y él acepto dijo Gokú sonriendo.

Mira amor, vamos a ver esa tienda, es nueva, dijo la pelinegra tomando la mano de su esposo y caminando rápidamente a la misma.

Los jóvenes entraron y miraron cada objeto que había en ello, era una tienda exclusivas de bebés. Milk se acerco a una de las vitrinas y tomo en sus manos un pequeño gi de entrenamiento color naranja como el que a Gokú le fascinaba usar y se lo mostró con una sonrisa.

Mira, dijo la pelinegra sonriendo.

Es muy lindo dijo Gokú.

Señores desean algo, por aquí tenemos los cuneros y ropita para bebé, decía amablemente la vendedora mientras Milk entristecía.

No, ¡gracias señorita¡ solo estábamos mirando, dijo Gokú.

Vámonos cariño, dijo Milk tomando su mano, cuando en eso ambos se toparon con una pequeña mujer que les miro y sonrió.

¡Disculpe señora¡ dijo Gokú para continuar su andar con Milk.

La tristeza de sus ojos desaparecerá dentro de poco y solo abra felicidad a partir de ello. Ese sueño que tanto anhelan pronto se cumplirá, dijo la anciana, dejando intrigados por sus palabras a la pareja de esposos.

Milk y Gokú salieron de la tienda y prefirieron no hablar del tema para que Milk no volviera entristecerse.

Dos semanas después: "Gimnasio"

Gokú y Milk entrenaban como siempre, cuando en eso Milk decidió interrumpir el entrenamiento debido a que empezó asentirse mal.

¿Sucede algo princesa?, dijo Gokú preocupado.

Un mareo, dijo Milk parándose con la ayuda de su esposo.

Debe ser porque no quisiste desayunar, dijo Gokú preocupado.

Sí, eso debe ser, dijo Milk.

Será mejor, que descanses por hoy, dijo Gokú ayudándola a llegar a una banca.

Por la tarde: "Departamento de Gokú y Milk"

Milk ¿Qué pasa?, llevas minutos encerrada en el baño vomitando, dijo Gokú preocupado.

Algo debió caerme mal decía la pelinegra para tranquilizarlo.

Pero si yo comí lo mismo, decía Gokú.

Si pero no somos iguales, dijo Milk saliendo del baño.

Ven princesa te prepare esto para que te sientas mejor, dijo Gokú.

El solo olor del té hizo que la pelinegra le volviera las ganas de vomitar y volvió al baño seguida por Gokú que ya empezaba a preocuparse y llamaba a un médico para que viniera a evaluar a su amada.

MI GRAN AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora