Capítulo 4: "Primer aniversario"

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Los radiantes rayos solares ingresaban por la ventana de una habitación dónde una pelinegra estiraba sus brazos levantándose, luego de algunos segundos giro su rostro y a su lado como desde el momento que se casaron se encontraba profundamente dormido su joven esposo, la pelinegra lo observo detenidamente cada facción de su rostro al tiempo que un pensamiento vino a su cabeza.

 Hoy es nuestro primer año juntos, pensó la joven.

Luego la pelinegra bajo suavemente de su cama para evitar hacer ruido y despertar a su esposo que dormía profundamente como un bebé, se amarro una coleta y se dirigió a darse una refrescante ducha.

Minutos después:

Luego de haberse dado un refrescante baño y cambiado de prendas, la bella jovencita pelinegra preparaba el desayuno al tiempo que por momentos miraba un reloj que había en la pared.

Ya es tarde, tendré que adelantarme, sino quiero llegar con retraso a clases, pensó, la bella joven dejando servido el desayuno sobre la mesa y una nota.

Habitación:

Al escuchar el sonido de la puerta el joven de cabello alborotado se despertó alarmado, bajo su mirada hacia su pecho y al no encontrar a su amada pelinegra sobre él como siempre solía dormir se levanto rápidamente de su cama, mientras pensaba: Qué tonto soy, llevo días planeando esto para esta fecha especial y llega el día y me quedo dormido.

El joven resignado de su mala suerte se levanto fue a ducharse, una vez que termino de hacerlo,  se vistió lo más rápido que pudo para ir a darle el encuentro a su bella esposa.

Al salir al comedor encontró la mesa el desayuno servido y una nota que decía:


Nunca me cansare de darte las gracias por amarme tanto, eres mi otra mitad.

¡Feliz aniversario mi príncipe¡


Gokú sonrió, al leer la nota tomo rápidamente el desayuno y salió lo más rápido que pudo, rumbo a la universidad.

Universidad:

En uno de los pasadizos de la universidad tres bellas jovencitas platicaban:

¡Felicitaciones Bulma¡ decía emocionada la pelinegra.

¿Y para cuando es la boda?, decía la rubia.

Para dentro de 2 meses, dijo la peli azul.

Amiga cuenta conmigo para lo que necesites, dijo Milk.

Y conmigo también, dijo la rubia.

¿Y tú para cuándo Dieciocho?, dijo la peli azul.

Aún quiero esperar un poquito más, tal vez para cuando Milk nos dé un sobrinito, dijo sin malicia la rubia mientras la pelinegra entristecía.

Pero Dieciocho, Milk aún no quiere tener niños porque aún se está preparando para ser cada día mejor, dijo la peli azul mientras la pelinegra ya no pudo aguantar más y sus lágrimas empezaron a salir de sus ojos.

¿Qué te pasa Milk?, ¿dijimos algo malo?, dijo la rubia preocupada ante la reacción de la pelinegra.

No chicas, no es eso, es solo que desde hace más de 3 meses que ando buscando quedar embarazada y hasta ahora no he podido tener esa dicha, dijo la pelinegra.

¿Entonces ustedes ya no se están cuidando?, dijo la peli azul.

No, dijo la pelinegra.

Milk, debe ser por la tensión, dijo la rubia.

Si amiga relájate, ya verás como en un par de meses nos das la buena noticia, dijo la peli azul quedándose callada intempestivamente mientras veía hacia el pasadizo.

¿Qué ves?, dijo la rubia quedando igual de sorprendida.

Nosotras nos vamos, dijo la peli azul, tomando la mano de la rubia, dejando impactada a la pelinegra que giro su rostro para mirar que había causado que sus amigas reaccionarán así y se encontró con un muñeco gigante de oso de peluche que con un gigantesco canasto de flores y un globo en forma de corazón venía hacia ella.

Para la niña más linda del mundo, dijo el oso con voz de niño, dándole las rosas y el globo, la pelinegra sonrió al recibir los regalos.

¡Gracias¡ ¿Pero quién me las envía?, dijo la pelinegra siguiéndole el juego a su amado.

Eso no se lo puedo decir, niña bella, pero su príncipe secreto me dio esto para usted, dijo el gigantesco oso dándole un sobre y tomando su mano con delicadeza para depositarle un suave beso antes de retirarse.

Una vez que él oso desapareció por los pasillos, sus amigas que habían estado observando todo volvieron junto a la pelinegra.

¡Qué romántico es Gokú contigo! dijo la rubia suspirando.

Si, el siempre ha sido así conmigo, a veces no se si merezco tanto amor de su parte, dijo la pelinegra con nostalgia.

Claro que lo mereces, lo de ustedes es un amor de esos que casi ya no existen, se aman desde que se conocieron aunque en un principio ambos lo negaban, dijo la peli azul sonriendo.

¿Y qué otra sorpresa te tiene tú príncipe?, dijo la rubia mirando a la pelinegra leer la nota que el oso le dio.

Me invita a cenar en un restaurante, dijo la pelinegra sonriendo.

Horas después: "Gimnasio"

Hoy cumples un año con Milk, que rápido se pasó el tiempo, dijo Krilin.

¿Y tú para cuándo te casas?, hasta Vegueta lo hará en unos meses, dijo Gokú riendo.

Tal vez en algún tiempito más dijo Krilin riendo.

¿Y dónde festejaras tú primer año con Milk?, porque ella hoy no vendrá entrenar; le pidió permiso al maestro hace unas horas, dijo Piccolo.

La llevare a cenar al "Dragón Dorado", dijo Gokú sonriendo.

Por la noche:

El joven de cabello alborotado esperaba en la sala de su departamento a que su bella esposa termine de arreglarse.

Ya estoy lista, dijo la pelinegra saliendo de su habitación mirando con una bella sonrisa al joven de cabello alborotado que la miraba embobado a su bella esposa que traía el cabello suelto y vestía un vestido de color negro que hacia resaltar su hermosa figura.

Estas bellísima, dijo Gokú acercándose a darle un dulce beso para luego tomarla de la mano e ir con ella a su cena romántica.

Restaurante "Dragón Dorado":

Gokú entro junto a su bella esposa al restaurante, tomaron asiento en una mesa privada, el mozo les tomo la orden y en unos minutos ya estaba la deliciosa cena y bebidas sobre la mesa.

Entonces ya empezaras tus prácticas profesionales, dijo la pelinegra sonriendo.

Si princesa, lo haré en una de las empresas de mi padre, para tener facilidad para seguir practicando las artes marciales dijo Gokú.

Me parece una buena idea, dijo la pelinegra.

Milk ¿te gusto mi sorpresa de la mañana?, dijo Gokú.

Si, amor, ¡gracias¡ dijo la pelinegra.

Los esposos compartieron juntos una deliciosa cena, brindaron y bailaron por algunas horas. Luego ambos volvieron a su departamento.

Gokú abría la puerta, la pelinegra entro primero, pero luego Gokú la alcanzó y la abrazo por la espalda, al tiempo que  le decía al oído: Nuestra noche aún no acaba, luego la tomo en brazos y la llevo a la habitación que ambos compartían donde se demostraron todo el inmenso amor que se tenían.

MI GRAN AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora