21-Sufrirán las consecuencias

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[Lydia P.O.V]

Desperté al escuchar la puerta de la oficina del Sheriff abrirse, me había quedado dormida. Saque la chaqueta de Sheriff encima mío, sabía que me dijeron que vaya a casa pero no podía. Tengo que hablar con Meredith.

—Creo que te dije que te vayas a casa—replicó el papá de Stiles.

—Creo que te dije que no iba ir a ningún lado—le contesté de la misma forma—. ¿Conseguiste algo de ella?

—Deberíamos haber intentado con la médium—comentó suspiro con desganado.

Vimos que Parrish se acercaba.

—Revisamos toda la oficina de Brunski, y hasta ahora no hemos conseguido nada—informó—¿Aún no fuiste a casa?

—No hasta que Meredith empiece a hablar—negué seria.

—Lydia, te prometo que hablará, y cuando lo haga, te lo haré saber. Ve a ver a Jason o a los chicos, confía en mi, todo el mundo habla en un tiempo—repuso el papá de Stiles.

—Entonces déjame intentarlo—insistí otra vez.

—No, ya hablamos de esto—negó rápido el.

—Ya lo he conseguido antes. Déjame intentarlo—replique.

Me miro y sabía que esa mirada decía que tenía razón entonces sonreí.

[Jason P.O.V]

—¿Encontraste  un reproductor?—pregunte al ver que Melissa entró.

—No—negó—. Encontré alguien que te busca. 

Pasó Maddy, estaba seria, era mi mejor amiga de la manada.

—Hola—le salude algo incómodo.

—Oí que casi te matan—replicó seria.

—Oí que casi te matan—replique lo mismo.

—¿Estás bien?—preguntó mirándome.

—Brunski me dio un puñetazo en la cara. Resulta que era un asesino serial—comenté.

—Tiene sentido—asintió.

—Si—murmure—. ¿Qué hay de ti?

—Siguen encerrándonos en el calabozo—afirmo seria.

—¿Están todos bien?—pregunte preocupado.

—Básicamente—respondió. Asentí algo incómodo.

—¿Tú estás bien?—pregunte con una mueca.

—Estoy bien—saltó de golpe—. Me voy a ir.

—No tienes que hacerlo—negué.

—Debería irme—insistió.

—De acuerdo—replique algo dolido.

Vi que intentó abrir la puerta y no pudo.

—Está cerrada—replicó.

—¿Por qué ella cerraría la puerta?—pregunte confundido.

Intente lo mismo, y era afirmativo, estaba cerrada.

—¿Melissa?—la llamé—Melissa.

—Podría romperlo—comentó.

—¿Que tal si no?—comenté serio—. No quiero más problemas con mi madre.

—¿Por qué cerraría la puerta?—indagó seria.

𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄 |S.S ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora