C.14 Se supone que te odio.

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POV Nathy

Extrañamente las cosas iban muy bien con Castiel, bueno, dentro de lo que se puede esperar de él;

Cada vez me costaba menos hacer que firmara los justificantes de ausencia, estaba de mejor humor, llegaba más temprano, etc...

Se había convertido de la noche a la mañana en un extraño para mí. Ya no lo reconocía, ¡era tan raro ya no tener que lidiar con un tonto de primera!

Pero no diré que no me gusta, me podría acostumbrar al nuevo Castiel.

- ¿Pasa algo Nathaniel? -. Melody me asustó, no sabía que estaba ahí.

Me di cuenta de que me había perdido pensando en Castiel, era extraño, supongo que he estado pensando bastante en él, de alguna forma no me sorprende, después de todo ya no tengo "tantos" rencores con lo de Debrah.

Estaba sentado en uno de los bancos de la sala de delegados, iba a escribir los informes que la directora me había pedido que hiciera, pero mi lápiz se cayó al suelo antes de que pudiera responder la pregunta de Melody. Ella fue más rápida y lo recogió por mí, ahora estaba más cerca.

-...Gracias -. Luego de un momento incómodo, al menos para mí, le hablé.

Melody no se alejó, sólo me sonrió y se sentó a mi lado. Soy consciente de que le gusto, y que quizás la esté confundiendo al no decirle nada por la cercanía, pero no sé cómo no herir sus sentimientos, ella ha sido mi amiga desde que llegó.

Dejé de pensar en eso y me concentré en los informes de la directora. Melody me ayudó.

Pasamos un buen rato haciéndolos hasta que terminamos.  Como siempre, Melody sirvió café en dos tazas y me dio una a mí, ella siempre hacía eso cuando estábamos en descanso.

Luego del café, Melody salió de la sala para aprovechar el receso con sus amigas. Yo no salgo mucho de la sala de delegados, no porque no tenga amigos, porque si los tengo, pero prefiero más la paz y tranquilidad.

Tomé un poco más de mi café.

Se escuchó el sonido de la puerta abrirse, no de manera normal, ésta dio un rebote con la pared y pude jurar que vi una grieta despues de eso. El impacto me asustó tanto que derramé un poco de café en mis manos, dolió.

- ¡Hey Nath! -. Era Castiel, sonaba muy animado.- ¿Estás?

Yo me toqué la frente con las mano. Si será tonto, ¿dónde más podría estar?, por algo los delegados están en la sala de delegados.

- ¡Claro que sí!, ¿Dónde más estaría? -. Contesté un poco molesto, si fuera alguien más con el que estoy hablando, no me tomaría esa confianza. Castiel se enfadó un poco, pero pronto se calmó.

Raro.

- ¡Seguro!, Nath, siempre paso a verte y con suerte ¡la mitad de las veces estás aquí!...

Un momento. ¿Acaba de decir que me viene a ver?, ¡¿siempre?!

Intenté no hacer que se de cuenta de lo que acaba de decir. Era lo más lindo que alguien me había dicho, a excepción de la vez en que Su me regaló un peluche, pero ¿qué pasaba?, ¡era Castiel! Y aun así...

Dios, me siento tan felíz en este momento, que podría abrazarte Castiel. Sin embargo, preferí guardar mis impulsos para otra ocasión, pero eso no evitó que sonriera como tonto.

Castiel me miró raro, y yo pude ver cómo se sonrojaba de una manera increíble, casi estaba del tono de su cabello. Parecía un lindo y tierno tomate.

- ¡No lo decía con esa intención!, ¡No...No es lo que crees! -. Comenzó a hacer un baile extraño con las manos, tratando de negar lo innegable.- ¡No te creas!, ¡I-Idiota! -. Me tomó por los hombros. Pero él sabía que no le creía nada, así que se relajó un poco.- Que nadie se entere de lo que acabas de escuchar, ¿me escuchaste?

Opuestamente iguales (Cdm yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora