C. 41 Opuestamente Iguales.

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Luego de que Lysandro y Armin hicieran pública su relación, las cosas extrañamente cambiaron para bien.

A Castiel y a Nathaniel no les importaba lo que pensaran los demás, ellos estaban más ocupados en aprender a amarse. Porque de alguna forma ellos sabían, lo esperaban, que su vida siempre estaría conectada a la del otro. Castiel se iría lejos por un tiempo, tenía que ver con sus propios ojos lo que era "convertirse en un hombre" o así lo llamaba él. Y Nathaniel estaba en paz, estaba seguro que Castiel volvería o el iría a buscarlo.

Alexy y Kentin ya no llamaban la atención como antes y podían tener momentos más íntimos.

Pero Armin estaba un poco alterado por la nueva fama que tenía al salir con Lysandro. No es que Lys sea un famoso o algo así, la verdad cualquier persona que tenga u a pareja de su mismo sexo llama mucho la atención.

Alexy había pasado por eso varias veces en su antiguo instituto y las cosas no habían ido muy bien. Y ahora que es su hermano el que pasa por eso, él está alerta por si algo sale mal.

— Alex, no es necesario que me acompañes al baño. —. Armin se lavaba las manos mientras Alexy lo miraba desde la entrada.

— Ya sé, Armin. Pero ya ha pasado, incluso en éste instituto hay algunas personas que me miran mal.

— Si me llegara a pasar algo, tu no serias de mucha ayuda que digamos. —. Dice cuando le toca su brazo que no es más que un palo sin músculos.

— ¡Hey! —. Se queja y le da un zape en la cabeza.

Ambos terminan riendo y se van de vuelta a la sala de ciencias para empezar las clases.

Armin comenzó a pensar en lo que dijo su hermano, si lo llegaban a lastimar ¿qué haría?

Por un momento se le vino a la mente Lysandro, un pensamiento fugaz lo invadió. Lysandro lo protegería. Pero él no quería eso, no quería depender de nadie, no le gustaba apegarse a alguien. Y no es porque la clase de filosofía le pegó muy fuerte y ahora cree en el budismo. Pero no necesitaba que nadie creyera en él.

En estos meses de relación, Armin había aprendido algo que antes aparentaba y ahora era.

Lysandro lo amaba tanto que hasta él llegó a amarse.

Creía que se amaba, de verdad que su propia mentira sonaba tan convincente que llegó a creerla.

Pero Lysandro lo hizo real.

— ¡Armin! Hola... —. Su novio lo interrumpió de sus pensamientos.

Armin le devolvió el saludo con la mano y se sentó a su lado sobre el suave césped del jardín. Lys aprovechó para acercarse más y tomarlo en sus brazos hasta dejar su cabeza apoyada en su regazo. Era tan lento y ligero que difícilmente pudo notar que ahora estaba acostado y que Lys acariciaba su cabello.

Cerró los ojos y continuó pensando.

Luego de tanto tiempo intentando formar amistad con otras personas que tuvieran sus mismos intereses, se dio cuenta de que era inútil. No pertenecia a nada y se sentía solo como nunca.

Se conformó y creyó que estaría mejor si no seguía intentando encajar, aunque su hermano se preocupaba, Armin no quería seguir perdiendo el tiempo. Era mejor jugar videojuegos.

— ¿Lizzy?

— ¿Qué pasa, Armine? —. Se rió con calma.

— ¿Sabes? No te amo porque me haces feliz, —. Armin hizo una pausa y Lysandro lo miró con más atención.— es más como... Te amo y por eso quiero que seas feliz.

Opuestamente iguales (Cdm yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora