C.1 Libreta perdida.

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Narra el Sr Armin.

Hace ya unos días que Alexy y yo entramos al instituto Sweet Amoir - o como se escriba- Nos presentó el instituto un chico un centímetro más alto que yo, pero de cabello rubio, creo que se llamaba Nathaniel, un nombre bastante lindo, al menos eso dice Alexy.

Finalmente nos fuimos a clases donde conocimos a una simpática chica llamada Sucrette, ella se hizo muy amiga de Alexy, y por supuesto, también de mí, no faltaba más, si soy muy simpático.

Ahora mismo estábamos en receso, realmente me gusta estar solo, pero tengo miedo de que algo le pase a Alexy, ya que no quiere mantener en secreto que es gay, y yo lo respeto, pero siempre hay gente que no lo hace y no quiero que pase lo mismo que en el otro instituto en el que estábamos, no sería justo para mi hermano.

No lo merece.

Comencé a jugar un nuevo juego llamado Summoners War, es bueno, lo descubrí hace unas dos semanas y desde ahí que estoy enfrascado en el tema, ni a mi hermano le hago caso.

Terminé de jugar y apagué mi iPad, miré a mi alrededor y me di cuenta de que había pasado la hora del receso, Su y Alexy ya no estaban conmigo y supongo que todos estaban en su sala de clases.

Quizás Castiel no, pero no había nadie en los pasillos.

"Mierda".

Recogí mis cosas para irme a clases, pero mi iPad vibró dándome la señal de que mi fuente de Maná estaba llena.

Nuevamente me distraje y comencé a jugar mientras que automáticamente cogía mi mochila y me iba a la sala. Como no estaba viendo el camino e iba bastante apurado, tropecé con algo bastante grande que me hizo resbalar y quedar en el suelo.

Dolió bastante, lo primero que hice fue ver si mi iPad estaba bien, por suerte no le había pasado nada. Pero luego quería saber qué pasó, o sea, que yo recuerde, no había nada con que me podría tropezar en los pasillos del instituto, miré hacia arriba y encontré algo muy extraño.

Eran los ojos más fantásticos que había visto en mi vida, uno de ellos era como una esmeralda brillante y el otro era como una piedra ámbar iluminada por el sol... Ahh ¿qué mierda digo?... o simplemente esos ojos se parecían a un personaje de anime que ahora mismo no me acuerdo de el nombre.

Esos hermosos ojos le pertenecían a un tipo que se vestía medio raro, tenía el cabello blanco con puntas oscuras y al parecer era de mi clase, pues ya lo había visto antes, de hecho, él era el único que se quedaba en la sala después de clases, como yo. Este extraño era la causa de que me haya caído, bueno, la caída fue mi culpa, pero el se debió apartar, ¿no?

- Oh, lo siento- Me tomó la mano tan delicadamente que pensé que me estaba tratando como a una dama, pero ¿qué se cree? Yo soy un macho hecho y derecho.

Me levantó lentamente, seguro cree que me hice daño. Qué lindura.

- Perdón, fui yo el que iba distraído.- Le respondí, después de todo, tan malo no soy. Este tipo se me quedó mirando, ¿me rallaron la cara?, ¿tengo algo en los ojos? - Eeeeh, y ¿cómo te llamas?- Me puse nervioso, no me gusta que me miren demasiado, no es que crea que lo hagan seguido, pero es molesto.

- Ah, lo siento, soy Lysandro, ¿y tu?- Sus ojos estaban mirándome directamente, no era intimidante, sentí que era un buen tipo desde que lo vi, pero era bastante profunda su mirada y eso me hacía sentir extraño, pero no incomodo.- No, espera, ya recuerdo. Armin ¿cierto?

- Exacto Lys, y ¿por qué estás fuera de clases?- Parece que se puso nervioso; o no le gustó que le llamara "Lys" o quizás le quedé gustando, es obvio, soy irresistible (nótese el sarcasmo), no pude aguantar una mueca de risa, me mordí el labio por suerte, Lysandro no lo notó, el es bastante distraído ahora que lo recordaba.

- E-estaba buscando mi libreta, ¿me ayudarías a buscarla?- Esta vez no me estaba mirando, se veía desorientado, me di cuenta de que ya había pasado la primera hora, así que sí o sí, obtendría un castigo por esto.

- Claro, ¿cómo es?-.

- Es pequeña y tiene un color oscuro, por favor, si la encuentras, no la leas.

- Jajaja, ¡me ofendes! Nunca haría eso- Parece que este tipo no entiende bromas, de inmediato se puso a pedirme disculpas porque creía que de verdad me había ofendido. Es bastante tierno que fuera tan inocente, y era muy amable también.

Luego de explicarle que era una broma, le pregunté los últimos lugares en que había estado, para ir a ellos.

Busqué unos minutos en la escalera, fui al patio, y luego llegué a la sala de delegados. Entré tocando primero, pero abrí la puerta sin recibir respuestas, ahí se encontraba Nathaniel en el escritorio, como siempre, rodeado de papeles, y estaba Castiel sobre una mesa, qué extraño, Castiel odia a Nathaniel, quizás esté castigado de nuevo.

- Hey, Nath, ¿has visto la libreta de Lys? - Algo me dice que no le agrado a Castiel, algo me dice que me va a matar y es que en el momento en que dije "Nath", se puso de pie bruscamente con una mirada que asusta hasta a la directora. Tragué seco, debe odiarlo mucho para no querer ni escuchar su nombre.

- Sí, aquí está.- Me dio la espalda para sacar algo de una caja que decía "cosas perdidas", no me sorprendería si un día encuentro la cabeza de Lys ahí.- Ten.- Me pasó una libreta de color negro.

- ¡Yupi! Gracias Nath, eres genial.

- De nada Armin. - Miré hacia Castiel que seguía mirándome molesto.

Le saqué la lengua a Ketchup, sobrenombre de Castiel, y éste tuvo que ser retenido por Mostaza, Nath, para que ketchup no me mate. Me fui corriendo mientras no paraba de reír. A poco que son geniales los nombres que invento.

¿Qué podía hacer? Si no le caía bien a ese perro, al menos tenía que divertirme.

Fui corriendo a buscar a Lysandro para entregarle la libreta. Lo encontré en el gimnasio hablándole a Dajan.

- ¡Hey!, ¡Lys!- Le grité mientras corría hasta él.

Lysandro se sorprendió de verme llegar, quizás yo estaba un tanto más energético de lo usual, debe ser por el juego de ayer, había superado un nivel muy difícil.

- Armin, ¿qué pasa?- me preguntó Lysandro cuando llegué a su lado.
Le mostré la libreta y el me sonrió, no de esas sonrisas simples y banales para saludar, sentí algo extraño al ver aquella sonrisa tan tierna, como si sólo pudiese concentrarme en él, me sentí ...wow, extraño, pero preferí desapegarme de esa sensación, sabía que me estaba poniendo hormonal como Alexy.

- Gracias, Armin...

- Ah, si,... de nada je je- Me sentí un poco mareado, así que me fui a tomar aire fresco, nunca me gustó pero sería un momento.- Adiós.

Opuestamente iguales (Cdm yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora