C.26 Incómodo contigo.

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Y no podía hacer nada. Nathaniel se había comprometido, lo habían obligado, a hacer que Castiel pase de curso. No era el momento de negarse.

...

Castiel no entendía nada. Por un lado estaba muy feliz de haber besado a Nath y que éste no lo rechazara, también se había quitado un peso al confesar sus sentimientos, y era obvio que Melody había quedado muy mal frente al rubio y de seguro no intentaba nada más. Pero ya no sabría cómo actuar frente al delegado, y era muy probable que éste lo estaría evitando todo el tiempo posible. Entonces no había avanzado absolutamente nada con Nath.

Dio un largo suspiro mientras caminaba por los pasillos con la guitarra en la espalda. Hoy le tocaba ensayo con Lysandro.

Tomó su celular para mandarle un mensaje a Lys y que no se le olvidara, pero cuando lo iba a hacer, alguien le habló desde lejos.

- ¡Hey, espera! -. Castiel se dio vuelta para ver a Nathaniel. Se sonrojó de la nada, y trató de ocultar su nerviosismo.- Tienes que estudiar conmigo hoy. -. Vio con desagrado que Nath ya ni lo miraba, pero sus mejillas tan rojas y lo tímido que se veía, casi hacen que Castiel se muera.

- ... Sí -. Le había tomado por sorpresa que Nath le hablara, creía que lo evitaría para siempre.

Caminaron en silencio, a Castiel le comenzaba a molestar que Nathaniel le siguiera sin siquiera escuchar sus pasos. Le hacía girar la cabeza cada dos por tres para corroborar que Nath siguiera ahí. Y el pobre rubio se asustaba cada vez que Castiel lo veía, porque siempre lo pillaba mirándolo.

Castiel tomó sus cosas para volver a casa, Nathaniel lo esperaba en la puerta estando ya listo. El chico rubio no se quedó a ver que Castiel levantara su cabeza hacia él, no deseaba sentirse más incómodo, o avergonzado, de lo que estaba. Porque al verlo, lo único que se le venía a la mente era aquél beso.

Castiel había traído su moto al instituto. Parecía que todo estaba en su contra, de seguro el delegado se negaría a subir con él, aunque no sería tan difícil obligarlo.

Nathaniel seguía aún a Castiel, ambos estaban ya fuera del instituto y el chico rubio creía que iban a la parada de bus. Desgraciadamente, ya era muy tarde cuando se dio cuenta de la moto que estaba estacionada al lado, maldijo para sí mismo al estar tan distraído mirando a Castiel que ni miró a dónde se dirigía.

No quizo decir nada, sólo se quedó en la parada. Sí, iba a esperar un bus. No, no iba a sentarse en esa peligrosa e incómoda bici con motor.

Castiel estaba loco si creía que...

- Ponte esto -. Le pasó un casco de protección. Pero Castiel quedó con la mano tendida, Nathaniel no iba a tomar esa cosa. La poca paciencia, muy poca en realidad, que tenía Castiel se fue. Tomó con su mano libre el brazo del delegado y lo arrastró a su moto.- ¡Hoy traje mi moto, no necesitas tomar un bus!

- ¡No voy a subirme a esa cosa! -. Nathaniel trataba de zafarse del agarre, pero Castiel era un poco más fuerte.- ¡es peligrosa!

Se cansó de escuchar las quejas de la rubia. Se dio media vuelta para encararlo mientras se acercaba lentamente a su rostro.

- Te diré algo, Nath -. Habló con la voz un poco más grave de lo usual. Sus caras estaban a pocos centímetros y Nathaniel se sentía cada vez más nervioso.- o subes a mi moto, -. Sus respiraciones se juntaban y no sabía qué hacer.- o te beso. -. Terminó de decir e inmediatamente se separó para ponerle el casco aprovechándose de la sorpresa del chico.

No pudo hacer nada más que obedecer, no quería saber si Castiel estaba dispuesto a complir su advertencia.

Viajaban en silencio. Castiel estaba cada vez más ansioso, quiso sacar un tema de conversación varias veces, le molestaba mucho no escuchar al idiota del delegado y odiaba bastante que éste estuviera evitando a toda costa un contacto entre ellos. Entonces, sólo para aligerar el ambiente, aceleró un poco y dar más movimiento en la moto, lo que hizo que Nathaniel por fin decidiera aferrarse a Castiel por el miedo de caer. Y el pelirrojo sonrió como el idiota que era.

Demonio se lanzó sobre Nathaniel y comenzó a lamer su cara con felicidad, el perro acostumbraba a hacerle eso a Nath desde hace años. El chico sólo podía esperar a que Castiel lo ayudara a quitárselo de encima porque el perro era muy pesado y miy grande.

Ésta vez no fue distinta, aunque el rubio con suerte pudo decir gracias, simplemente se apartó de Castiel en cuanto pudo y se fue a esperarlo a su habitación. Castiel se quedó sorprendido en la sala, comenzaba a preocuparle mucho la actitud de su chico.

Al estar ambos cómodos, Castiel en la cama y Nath en una silla, comenzaron a estudiar en lo que habían quedado hace dos días. El delegado estaba revisando los ejercicios que Castiel había hecho antes, por suerte más de la mitad estaban bien, ¡pero eran ejercicios del año pasado!

Castiel se desconcentraba a cada rato, por esa razón no quería que Nathaniel le enseñara, se distraída con él, con lo tierno que se veía con ese constante sonrojo por estar con el pelirrojo, por esa expresión seria en su rostro, ¡Mierda!, ¡qué atractivo! Como si pudiese ignorar todo eso, y para colmo lo ignoraba completamente.

Intentó concentrarse un poco en lo que planteaba el libro, pero vio un maldito triangulo en el próximo ejercicio y perdió la cabeza. No entendía nada de los triángulos.

- Hey, Nath -. Se acercó lo que pudo al chico, aprovecharía su duda para tenerlo más cerca.

- ¿Qu-Qué pasa? -. Se sintió intimidado por la cercanía, ya no podía más con Castiel tan cerca. Intentó echarse atrás, pero ya no podía.

- ... -. Trató de obviar que Nathaniel haya perdido toda confianza en él, de nuevo, y trató con más fuerza no sentirse dolido por eso.- No se cómo sacar el área de un triángulo, no se a qué se refiere. -. Nada estaba saliendo bien, él no quería que Nath se sintiera incómodo con él, al menos no de esa forma.

- Es muy fa-fácil, -. Su mano temblaba mientras cogía el lápiz para enseñarle a Castiel los lados de la figura y cómo hacer el ejercicio. Castiel estaba a segundos de perder la paciencia.- Eso es la hi-hipo... ¡¿quieres dejar de mirarme?!

- ¡¿Qué tiene de malo mirarte?! -. El libro cayó al suelo. Castiel estaba tan molesto que tomó del brazo a Nath y lo tumbó en la cama sin delicadeza.- ¿Qué te pasa?, Nath... Yo -. Pero todo acabó al verlo a los ojos, sólo pensaba en el miedo que sentía Nathaniel de él.- lo siento, en serio lo siento. Sé que te incomodan mis sentimientos, -. Y cada vez hablaba más bajo, más suave, quería calmar a Nath, no quería provocar nada más en él que amor.- ¡pero sabes que yo no te haría daño!, no huyas de mí. -. ¡¿Cuando se había vuelto tan blando con la gente?!, no, sólo era así con Nath.

Ya no lo tenía agarrado, por eso esperaba que el rubio se fuera, casi lo podía jurar. Pero fue muy distinto.

Nath sólo pudo reaccionar a besarlo, ¡¿Qué le estaba pasando?!, ¿fue lastima?, ¿fue un capricho?, sólo podía saber que no fue eso, porque él todavía no estaba enamorado de Castiel.

El pelirrojo sentía que el corazón se le salía del pecho, sentía un cosquilleo recorrer todo su cuerpo y erizar su piel. No se iba a crear falsas expectativas, pero aprovechó ese beso como si fuera el último siendo el primero que le correspondía Nathaniel.

Al separarse, el chico rubio estaba mucho más tranquilo, Castiel lo miraba expectante. Pero Nath recogió el libro del suelo y se dispuso a enseñarle cómo sacar el área de un triangulo. No es necesario mencionar la decepción de Castiel porque el rubio cagó el momento, pero estaba plenamente felíz de que Nath estuviera más relajado y él más concentrado.

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¡¿Qué?!, Esperaban que el wena Naty se le confesara o alguna wea?! Acaso no han leído los caps anteriores?!

Quién chucha se enamora tan rápido?! (no vale enamorarse de un personaje)

Shapanlapashala

A62~

Opuestamente iguales (Cdm yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora