Tras nuestra verdad: Episodio IV

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La extraña chica que se presento como Malia comenzaba a resultarme inquietante. Hacía algún tiempo se hallaba en la habitación de Reyna, lo cual no solo carcomía mis nervios sino que también me dejaba a solas con él. La mirada oscura y familiar de Nico se clavaba en mi. ¿Qué se suponía que hiciera? Deseaba que las cosas fuesen como antes, incomodas, pero extrañamente era capaz de sentir cierta cercanía de su parte. Pero ambos cambiado. Y este no era el mundo real.
Descubrí eso al tiempo de la muerte de Meredith. Todo lo que ocurría desde el momento en que te enfermas transcurre en una especie de limbo, las consecuencias resultaban distintas a lo que solían ser normalmente. En muchas ocasiones, para peor. Las promesas tenían otro peso, los actos costaban todo lo que eras. Por esa razón aquel acuerdo con la diosa del amor me llevaba tan inquieto. No estaba seguro de que valiera la pena apostar con tanta firmeza. Resultaba como si lanzase una roca sobre hielo frágil.

- Will...lo siento- oí a Nico disculparse por séptima vez en lo que iba de hora.

-¿Por qué te fuiste?

Me observó confundido durante algún tiempo, para luego esconder su rostro entre las palmas de las manos. Sabía que significaba eso. Miedo. Solo he visto asustado a Nico Di Angelo en contadas situaciones. Tal vez, después de todo lo que había pasado  el que algo lo incomodase de alguna forma no lo llevaba a perder el control. Estaba orgulloso de ese chico, a quien poco a poco  logre conocer debajo de una masa de sombras.

-Tengo miedo...- murmuró sin siquiera mirarme a los ojos- no quiero perderte otra vez.

-¿De qué demonios hablas Di Angelo?

- Cuando tu regreses, no existe la seguridad de que lo haga contigo...y aún si fuera así no sería el mismo.
<<Creo que comprendo por qué este ya no era mi mundo, nunca lo fue, al menos no del todo. Necesitaba sanar, dejar atrás aquello que me volvió un Oscuro, toda aquella fuerza que tarde o temprano me consumiría por dentro.
Ahora estoy seguro de que puedo continuar, y tengo esta oportunidad de salvarte....

-Nico no, no quiero que sea del mismo modo ¡Yo te quiero aquí, conmigo!

Una de sus manos se aferraba con firmeza a la misma. Conocía esa señal. Era  una forma  de despedirse cuando las palabras ya no eran suficiente. Solía verlo cuando los pacientes se enfrentaban a su último mal día en este mundo, sabiendo que no estarían aquí cuando estos comenzaran para el resto. No pensaba aceptar eso.

-Se como te sientes- susurró acercando su rostro al mio- pero el mundo verdadero te necesita Will, este es un espejo, ambos sabemos eso.... es una vida mortal, destinada a degradarse.

Lo observé durante algunos instantes antes de que pudiera agregar dos palabras a aquella última frase:

-Lo siento Will...

No pude resistirme. Necesitaba tanto de esto ¿cómo iba a suponer que esa sería la razón de poner toda su vida en peligro? En mi completa ignorancia no planee detenerlo.
Sus palabras zumbaron  ligeramente en mis oídos, al momento en que él me besó. Al igual que su primer día aquí pude sentir como el dolor y la incertidumbre lo tenían por completo. De esa forma me deje llevar, el dulce vaivén de sus labios en los mios, la intención de decirme que todo mejoraría pronto. Nunca alcancé a contemplar  la forma en que acabó, ya que todas las sensaciones que tenía se consumieron en un recuerdo que preferí jamás formular...

El otoño comenzaba a notarse en Manhatan. Y se suponía que este sería mi último año en la escuela. Al menos momentáneamente, no era el niño genio que se salteo un año.
El último verano en el Campamento Mestizo tampoco fue de lo más ameno, sin embargo él supo seguir allí. Todavía cuando nos informaron sobre Meredith, la primera misión a la que iríamos juntos, jamás se olvido de cuanto me afectaba la idea de fracasar. Ahora, cuando Quirón enunciaba las palabras correspondientes al acto fúnebre, su mano jamás se separó de la mía. Salvarla se volvió imposible, y nos encontramos este sitio junto ahora.
Luego del funeral Nico me acompaño a casa, aquel apartamento en un sitio apartado de Brooklyng. De alguna forma el lugar lucía destruido, cuando nos mudamos el verano anterior desde Calofornia. Quirón nunca me explicó el por qué del desperdicio, aunque supongo que mi vida iba bien sin saberlo.

Around us: Sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora