Mas allá de nuestros ojos

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Simplemente desperté en aquel sitio. Sola, muerta de miedo. Muerta y ya. Eso fue lo que ellos dijeron. Eso es lo que ocurre con los que eran como yo. Los que solíamos ser humanos. Supuse que no había nadie mas allí, sobre todo porque en efecto, no había nadie en ese sitio. A excepción tal vez de la total oscuridad que me rodeaba, profunda y espesa;casi tangible. Entonces comenzó a ocurrir... No recordaba nada, nada en absoluto. Ni mi nombre, ni el de mis padres, tampoco sabia de donde venia. Nada. Pude comprender ciertas cosas después de La elección. Solo lo que ellos nos decían, las voces en mi cabeza, como susurros inconscientes. Los demás Oscuros dándonos instrucciones como a niños indefensos y estúpidos. Tarde o temprano acabaría comprendiéndolo: yo era ahora uno de ellos, y lo sería por siempre.
El primer día -supuse que era un día- fue realmente horroroso. Porque despertar en el medio del vacío ya es bastante terrible, con eso no era suficiente al parecer. La audiencia resultaba aun peor. Al principio tus ojos parecen arder como si miles de metales al rojo vivo se clavaran en ellos, solo eso te hacia recordar que seguían allí. Luego el resto de tu cuerpo comenzaba a aparecer de entre las tinieblas. Mi surgimiento transcurrió lenta y dolorosamente. En definitiva no se trataba de dolor fisco,porque en primer lugar no creí que fuese posible y en segundo jamás volvería a sentirlo otra vez. Este resultaba aún peor. Te dolía el alma, todo tu ser escocía como si fueses echado a una pira ardiente. Increíble ¿verdad? Luego un millón de luces oscuras -este mundo no tenía sentido en absoluto- comenzaban a rondar a tu alrededor. En todas las direcciones que fueran posibles, confundiéndose con el espacio indeterminado que a partir de ahora ocuparía. Todas sus voces comenzaron a sonar en frecuencias inconexas, hasta que que repare en que no tenían voces, sino pensamientos. Miles de ellos en el cupo limitado de un intelecto humano. Y nuevamente la sensación de que no toleraría un segundo mas de todo aquello. Entonces aquel extraño idioma, que hablaría desde entonces y en adelante, tenia sentido. Mas sentido que cualquier otra palabra que hubiese oído en todas mi vida como mortal.
<<Elegido...comprende ... Vez mas allá de lo que te permites, comprende>>
Comprende. Era una gran palabra para algo que en verdad parecía incapaz de lograr.
<<Fundete con Aletheia...se uno con el pasado. Esa sera tu tarea, humana.
Te hemos hallado entre los demás, te moldeamos para ser uno mas con nosotros. Aceptalo. Sabemos que morir no es fácil. Pero tu vida servirá para mas...comprende Aletheia, la única verdad, la razón de que existamos. Nos necesitan, todos ellos, al rededor de nosotros. Los humanos nos necesitan>>
Ellos nos necesitan. Por supuesto.
En algún punto de aquella locura debí desmayarme. O lo que fuese que los ángeles hacían al perder la consciencia. De cualquier forma, "desperté" en alguna especie de caverna rocosa, y de algún modo para mi sorpresa la oscuridad brillaba. Sonaba sin sentido. Nada de lo que ocurría en este lugar parecía tener mucho sentido en realidad. Se supone que en algún momento tuve nombre. Pero esa identidad se había ido. Era historia. En cambio, ellos tomaron mi verdad, lo que llamaban Aletheia, para darme una nueva. Moldeada tal y cual se debía .
"Asesina" la palabra o lo que fuese, resonaba en mi esencia, pero carecía de cualquier significado.
Existían muy pocos como yo, los que fuimos humanos no eramos demasiado bienvenidos en este lugar, y podía entender por que. A pesar de en que me había convertido, aun tenia aquella pequeña chispa ardiendo de alguna forma en mi interior. Como una especie de energía nueva e incandescente. Era capaz de entender mas allá de lo que los demás Oscuros jamás lo haría. Por ello cuando obtuve mi primer recuerdo, todo comenzó a dar vueltas, resultaba demasiado para mi en aquel momento. Volver a ser humana por algunos instantes fue abrumador.
Ella era hermosa. Simplemente no se lo podía negar:ojos brillantes y oscuros, igual que su cabello, la piel del color del cobre y aquella actitud; entre amenazante y preocupada. Algo me resultaba familiar en aquella joven, como si las memorias de mi antigua vida cosquillearan una superficie desgastada. Pude sentir cada gota de su dolor, cada instante en el que se sentía miserable o dolida. Y al final, pude sentir su muerte. A través de sus ojos las estrellas brillaban de una forma única, linternas en el cielo oscuro que se reflejaban en sus pupilas.
"Puedo ver las estrellas, mi señora" susurro débilmente. Y luego nada. Oscuridad total.
¿Por que podía ver eso?¿Como era siquiera capaz de sentir lo que aquella chica sintió justo en el instante en que moría? Los humanos nos necesitan.
" Ella no es humana" murmuró la voz dentro de mis ideas.
Esa fue la única vez que tuve acceso a las memorias.
Estaba desesperada. Tenía que existir un modo para abandonar este sitio. Solo huir y luego vería que camino tomar. Las palabras de los recuerdos humanos ya no tenían sentido alguno para mi. Y al cabo de un tiempo, acabé acostumbrándome. La sensación de aislamiento continuaba allí, tras mis espaldas, cada momento volviéndose peor. Solo tenía esta idea. La ilusión de que alguna vez escaparía de La guarida, mi infinita prisión.
...
-¿Quién eres?-oí decir a alguien.
Las palabras ya no eran algo que comprendiera. Pero allí estaban, un idioma de hombres, a quienes supuestamente protegíamos, viniendo directamente hacia mi desde una voz. Solo sabia que así era. Tenía que serlo. ¿Quién eres? Una asesina, eso era lo que sabía, a pesar de que sonara tan vacío y sin sentido para mi. Ser algo que siquiera eres capaz de comprender. Vaya que si resultaba útil ¿Verdad?
"Un guerrero" susurro una voz diferente. Ya la conocía muy bien. Fuera lo que fuera, aprendí a comprenderla, cada una de las frecuencias en las que me hablaba. Los sueños que me permitía tener. Era un enlace con mi otra yo, la que sabía cosas y no pretendía entender lo que era. Supuse que al Guerrero le ocurría lo mismo. Supuse que el también fue alguna vez humano.
-¿Qué es este lugar?-insistió.
-Tu puedes...-
"Hablar". Eso intentaba decir, pero hacia tanto tiempo que no usaba las palabras para comunicarme con cualquier cosa en absoluto, que la idea de estar haciéndolo ahora me resultaba una fantasía. Aun así no resultaba en verdad una gran idea. Los Oscuros nos repudiaban por lo que alguna vez fuimos, por lo que en algún momento acabábamos desistiendo de conservar nuestra antigua identidad. Después de un tiempo aprendí a comprenderlo, la forma en que veía las cosas, como se negaba a abandonar su aspecto mortal. Poco a poco me hizo sentir como otra cosa, mas que un montón de energía con alguna función. Me dio razones para sentirme alguien y no algo.
Al parecer "El guerrero" parecía resistirse a las reglas de la forma mas ínfima que encontrará. En primer lugar se dejaba ver, es decir, como era en realidad:cabello negro, piel pálida, figura esbelta. En segundo lugar el hecho de que aun sentía . Y al cabo de un tiempo pude notarlo. Supe lo que estaba ocurriendo cada vez que el desaparecía. Sobre todo cuando al regresar se le notaba que había estado hurgando mas allá de la lo que se nos permitía ver.
De alguna forma lo envidiaba. Después de todo si tienes una forma de recordar, tienes algo a que aferrarte. Tal vez ya no me quedaba nada en el mundo de los hombres, la Realidad. En ocasiones resultaba tentador tomar los recuerdos que traían los Buscadores. Pero solo era una de los archiveros, solo guardaba memorias, no tenia ningún tipo de acceso a ella como los otros Guardianes. Si tan solo pudiese encontrar algo que me dijera como solían ser las cosas, como cambiar.
Entonces todo enloqueció. Sin dudas algo estaba ocurriendo en la Guarida. Los Antiguos no dejaban de rondar por doquier, podía sentir como su presencia reinaba en todo el lugar a pesar de que no fuesen mas que esencias. Implacable, observandote en cada paso, cada instante. Cada mínimo error. Supe que él era la causa de aquella revuelta. La línea que nos separaba del resto del mundo estaba mas frágil que nunca, y nadie podía entrar ni salir sin correr algún tipo de riesgo. La mayor parte de las salvaguardas se hallaban concentradas en la protección de nuestros frágiles e inestables límites. Por lo cual no representaría ningún problema en realidad robar mis recuerdos.
No considere el que algo así de simple acabaría con el poco orden que con el que contábamos. Mucho menos imagine que sería lo que iba a encontrar, lo que acabaría de descubrir sobre mi.
En cuanto logre alcanzar la Gran Sala -que de hecho no era mas que un hueco lleno de oscuridad maciza- cabía esperar que acabara perdiendome en un mar de locura, dolor y toda la perdición humana. Al principio confiaba fielmente en que aquello ocurriría. Al menos si no lograba completar mi meta, podría morir de una vez por todas. Morir de verdad. Alejarme de una vez por todas de este limbo absurdo.
Para bien o para mal, no fue así . En lugar de ello podría decirse todo lo contrario. Quizá resultó demasiado fácil, y había acabado más allá de la Línea entre nuestro mundo y la Realidad, girando para siempre en una eterna nada. Entonces comencé a sentirlo. Una especie de vacío que permanecía dentro de mi,completarse súbitamente. Hacia ya tanto tiempo que no tomaba una memoria entre mis manos que el , ya bastante confuso, mundo comenzó a dar vueltas a mi al rededor sin detenerse. Una vez que me encontré dentro de aquel remolino pude notar como un sendero de roca se extendía frente a mi... Un pequeño portal hacia esas marañas que volvían a las personas quienes eran en realidad.
Eche a andar por él. Mis pasos eran inseguros sobre el terreno, que iba en ascenso. Y luego algo apareció ante mi, provocándome sobresalto. Mi gran contrincante resultaba ser una niña pequeña, siquiera demasiado impresionante o bonita. El largo cabello castaño se le arremolinaba en el rostro. A juzgar por su expresión, estaba sin lugar a dudas perdida.
La niña continuo caminando, y yo siguiéndola. Daba tumbos con sus pequeños pies a través del relieve curvilíneo. Retrocediendo, y regresando sobre sus propios pasos en ocasiones. En cuanto la perdí de vista por solo un momento, pude oir como sus pasos se volvieron mas veloces, mas ágiles. Intentar seguirla fue imposible. Hasta que finalmente acabó desapareciendo. Reemplazada en cambio por un grupo de personas en el suelo. No personas en realidad, cadáveres. Siete cuerpos inertes recostados en la hierba húmeda. Yo misma los observaba desde el mismísimo centro del horror.
-Míralos-las voces otra vez- mira lo que hiciste, asesina.
Intente alejarme, pero las mismas frecuencias de Aletheia con las que solía comunicarme, comenzaron a aturdirme. Ahora no resultaban mas que sonidos sin significado alguno, persiguiendome, haciendo que el mundo diera vueltas nuevamente.
...
Supe que era un hospital. Algo me decía que tenia que serlo. Sabanas blancas, paredes grises, personas yendo y viniendo por doquier, y más blanco todavía. En definitiva era un hospital. Sin embargo yo no solo era un paciente mas, no según lo que acababa de ver. ¿A quiénes pertenecían los cadáveres del sendero?¿Cómo demonios había alcanzado ese punto? Y sobre todas las demás cosas, la misma pregunta que no me había formulado desde el día de mi Surgimiento ¿Quién era yo? ¿Qué era yo?
Me encontré tendida en una cama. Cientos de cables multicolores me recorrían el cuerpo como pequeñas serpientes electrónicas, los monitores llenando el silencio con un murmullo desesperante e hipnótico. En cuanto intente incorporar e para tener una mejor vista de mi situación algo me detuvo. Mis dos muñecas se hallaban retenidas por un par de esposas metálicas aprisionándolas a ambos lados de la camilla. Esta era la humanidad que había conservado. Esto fue lo que los Oscuros intentaban esconderme. Solo existían tres palabras que era capaz de pronunciar en mi mente:crimen, muerte, Malia... Y las mismas tres se repetían en ese orden una y otra vez. Crimen y muerte parecían ser comunes, simples conjuntos de letras con un significado.
La tercera era distinta, como si su sabor variara al ser pronunciada. Malia. Malia, era un nombre. Era mi nombre.

***

Buenas gente. Si, tarde un poco bastante en escribir esta parte. Primero porque el colegio empezó a reclamar tiempo y segundo porque me costo así como bastante escribir de esta forma.
Espero que el personaje de Ella/Malia(wolfiesheartcofcof)/La asesina les parezca interesante, porque va a a ser alguien menos secundario a partir de los próximos episodios. Y tranquilos,ya voy a volver en el siguiente con Will y Nico(nomematen plz).
Y terminando con esto, agregue la canción en el multimedia, porque a)No se, la amo jodidamente b)Creo que describe mucho no solo al personaje, sino a todo lo que anda ocurriendo c)Siento que los banners son cosa de Solangelo.
Dat.
Mushas gracias y panes a todos los que leen y votan este mamarrasho. Y hasta la prosima(?
Della, etc.

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